8700 científicos y científicas respaldaron al candidato opositor Alberto Fernández con su firma. Breve crónica del acto en la UBA de un científico de Bariloche que estuvo allí.
Los científicos estamos entrenados en observar, analizar, buscar datos, elaborar métodos y procesos, tratar de explicar lo que vemos, sugerir ideas y conclusiones y mirar con ojo crítico nuestras conclusiones y las de otros. Eso que aplica a nuestra especialidad no se condice necesariamente con lo que hacemos en el resto de nuestra vida cotidiana. Porque los que hacemos ciencia estamos inmersos en la misma realidad, percepción y prejuicios que el resto de la sociedad. Así es que podemos encontrar muchos colegas que no prestaron atención a las predicciones que hacíamos muchos sobre un posible gobierno de Macri. Y seguimos encontrando colegas que a pesar de reconocer el desastre que ha sido el Gobierno actual para el sistema CyT deciden volver a votarlo. Eso sí, son una minoría.
Hace una semana 150 personas entre intelectuales, científicos y artistas firmaron una solicitada a favor de la reelección del presidente. Es valorable siempre que en democracia los distintos actores expresen sus preferencias electorales. Eso sí, en el caso citado, uno esperaría una evaluación a partir de fundamentos concretos y con una línea argumentativa que se corresponda con la cita de hechos de nuestra realidad.
Quizás esa espera de argumentos sólidos esté en el preconcepto de que los científicos e intelectuales, al ser gente altamente capacitada, tiene más herramientas para analizar la realidad, más allá de su especialidad. Sin embargo, nos encontramos con un texto con frases muy grandilocuentes y slogans, pero sin ningún respaldo desde la racionalidad o de hechos de nuestra realidad y muy similares a los spots a los que nos tiene acostumbrados el Gobierno.
Más allá del contenido, el número de firmas es importante. Un gobierno que posee un apoyo del poder económico nacional e internacional inédito en democracia y con el 95% de los medios de comunicación a favor logró que solo 150 personalidades firmen una solicitada en su apoyo. Ahora bien, si nos ponemos a recordar las distintas medidas del Gobierno de Cambiemos y sus discursos que ha expresado en contra de la comunidad científica, tecnológica y universitaria quizás nos empiece a parecer más lógico ese número. Desde tratarnos ñoquis o personas desconectadas del resto de la sociedad, que investigamos cosas sin importancia para el país y/o que despilfarramos recursos públicos. Y si a eso le sumamos que la comunidad científica y universitaria no es ajena ni ciega al desastre socioeconómico que nos ha sumido este gobierno neoliberal, mucho más lógico aún ese número.
Lo que si llama la atención positivamente es la reacción de la comunidad científica y universitaria contra este Gobierno. Desde antes de su victoria en el Ballotage en 2015, el sector ha sido protagonista junto con otros trabajadores de miles de acciones movilizaciones, foros, ferias, charlas, debates y entrevistas denunciando las consecuencias que podía traer y luego mostrando los datos que corroboraron el desastre promovido por el Gobierno neocolonial de Cambiemos. Por eso quizás no llame la atención que en el día miércoles 31 se le entregó una carta con 8700 firmas de la comunidad científica y universitaria al principal candidato opositor Alberto Fernández, en apoyo a su candidatura junto con Cristina Fernández. El acto de entrega tuvo una carga simbólica muy fuerte y una energía muy especial. El aula magna de la Facultad de Exactas de la UBA estaba completa en su capacidad y más, con una gran cantidad de gente parada en las escalinatas y en el fondo, más de mil personas. Asimismo, en otras tres aulas también llenas se había colocado pantallas que trasmitían en vivo el acto, que era seguido on line también por muchos en las provincias. Alberto Fernández llegó en el horario estipulado, pero alteró un poco la agenda una reunión con 30 científicos y científicas premiados este año por distintas instituciones y con algunos de los exponentes más destacados de la ciencia argentina.
El candidato del Frente de Todos entró al aula magna acompañado por Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y por el reconocido matemático y divulgador científico Adrián Paenza. La Dra. Morgade fue la encargada de explicar el porqué de esa carta en apoyo a Fernández – Fernández. “Queremos contribuir, con nuestro voto y nuestra voz, a un contundente triunfo electoral que cierre definitivamente la etapa de restauración conservadora abierta en 2015, que condena a nuestro país al atraso, al endeudamiento y a la pobreza” afirmó Morgade. El documento lleva 8700 firmas; más de 4000 de investigadores de carrera, 1500 de becarios, técnicos y trabajadores del Conicet, y de otros 17 organismos de ciencia y de 54 universidades nacionales. “Son firmas de todas las áreas y de todas las provincias del país, entre ellas de científicas y científicos premiados y otros radicados en el exterior. Lo sentimos muy representativo de una mirada amplia de la comunidad científica”, destacó Morgade.
En este sentido, un dato relevante es tanta cantidad de gente del sector que se animó a poner su firma en el marco de un gobierno que se ha destacado por perseguir y hostigar a quienes expresan pensares críticos a sus políticas. Desde gente que ha sido presa por un tweet, hasta casos de censura, cierres de medios de comunicación y despidos en instituciones por razones ideológicas. Eso sin entrar a mencionar los casos de represión y persecución judicial a opositores. Pero los firmantes entendimos que el poner todo, jugársela en forma colectiva y masiva es la forma no solo de protegerse sino de la de otro modelo de país. En este sentido, Fernández hizo referencia a la Noche de Bastones largos y sus consecuencias, y presentándose como “un hijo de la universidad pública”. “Crecí con la idea de hacer un país que deje de expulsar a los valiosos. Vivimos en un mundo donde la riqueza de un país está dada por su conocimiento. Invertir en conocimiento no es un gasto, es la mejor inversión. Yo estoy más convencido que ustedes de que lo que hay que hacer en la Argentina es apostar al desarrollo de la inteligencia”.
El acto de esta semana demostró una vez más que la mayoría comunidad científica y universitaria entendemos que la realidad del sector está atada a la realidad del país. Así entendemos que el crecimiento inédito e inclusivo del sector, durante el Gobierno anterior, con sus errores y falencias, se dio en el marco de un crecimiento inédito e inclusivo del país, también con sus errores y falencias. Y hoy, la debacle del sector está atada y relacionada al debacle político, institucional, económico, soberano y social en que nos ha sumido el Gobierno de Macri. Y lo principal, que la mayoría pensamos que la formula Fernández – Fernández es la única manera de recuperar el rumbo de crecimiento de sistema científico y para poder potenciar el lugar de la ciencia y las universidades como herramientas fundamentales del Estado para hacer un país soberano e inclusivo. En este sentido, Paenza le dijo a Fernández “Queremos pensar el país. No queremos que el país nos vaya saliendo. Lo que te ofrece toda esta comunidad son políticas científicas, gente que ha trabajado y pensado cómo se puede mejorar la calidad de vida, incluyéndonos a todos. No hay derecho a que haya unos pocos privilegiados”. En este sentido, Fernández expresó “No sé cómo hicieron, pero estos tipos (los neoliberales) nos convencieron de que es un símbolo de status social tener medicina privada, mandar los chicos a colegios privados y vivir en un barrio cerrado, con seguridad privada. Y eso es solo la mayor muestra deterioro. Porque si algo nos ha distinguido en el mundo, es haber promovido la educación pública. Eso es lo que nos permitió hacer realidad algo que era un discurso, la movilidad social ascendente”, analizó Fernández. “Estamos en un tiempo en que algunos creen que hay quienes tienen la mala suerte de caer en la escuela pública, o se preguntan para qué abrimos universidades en lugares pobres. Votando, podemos cambiar a estos inescrupulosos que dicen semejantes cosas sin que nadie reaccione”, concluyó Fernández. Y quizás el mensaje más destacable y simbólico del país que nos propone construir Alberto Fernández esta en este pasaje:
“El de Ciencia y Tecnología fue uno de los dos ministerios que le propuse crear a Cristina en su momento. Por ahí equivocamos de ministro, pero fue una buena idea. Por eso me comprometo a que en la Ley de Ministerios que aprobemos va a estar el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ya sé que algún diario va a decir: ¡pero cuánto va a costar! Le recordaré que va a costar tantos puntos de Leliq (letras de deuda del Banco Central que compran los bancos por los cuales reciben intereses), algo por lo que nunca se preocupan. Cada vez que me vienen con estos argumentos, no hago más cuentas en pesos, sino en intereses Leliq. Para que se den cuenta qué es lo importante, y qué es lo trágico. Con un punto de Leliq tenemos los intereses de La Matanza. Con diez días de intereses de Leliq, les damos medicamentos a todos los jubilados. ¿Y están preocupados por qué hacemos con las Leliq? Vergüenza debería darles. Entre los bancos y los jubilados, elijo los jubilados; entre los bancos y la escuela pública, yo voto la escuela pública; entre los bancos y los investigadores, yo voto a los investigadores. Nadie con dignidad puede tener la disyuntiva”.
Bueno, ahora nos toca a nosotros votar.
Por Manuel de Paz
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen