Los movimientos sociales se concentran este 7 de agosto, día de San Cayetano, en las principales ciudades del país por Tierra, Techo y Trabajo. Dialogamos con sus principales referentes en Bariloche, sobre su irrupción en el escenario político.
Desde la primera marcha en unidad de los movimientos sociales el 7 de agosto de 2016, hubo un antes y un después que sus principales dirigentes sintetizan así: visibilidad de la economía popular, articulación con el sindicalismo tradicional y gravitación en la vida política e institucional.
Aquel día de San Cayetano se terminó por soldar la locomotora de un programa para el tercio de los trabajadores, sin derechos, que lograron arrancarle al macrismo una ley de Emergencia Social y otra de Integración Urbana para asentamientos y villas.
Talleristas, cooperativistas, cartoneros, recicladores, artesanos y vendedores de la vía pública, entre otros, regresarán a la calle en busca de las leyes que faltan: de emergencia alimentaria, de políticas para la agricultura familiar, de prevención de adicciones e infraestructura social. La cita es a las 17.30 en Onelli y Moreno.
“En estos tres años hemos logrado que nuestro sector sea visible; que se nos reconozca como trabajadores de la economía popular y que tenemos derechos”, dice a Al Margen José Huenchuán, uno de los referentes de la CTEP en nuestra ciudad.
“El crecimiento del triunvirato, como se nos ha denominado a la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, ha logrado cierto grado de unidad con gran parte de las CGT y las dos CTA. En esa unidad, que tuvo diferentes grados y momentos, cumplimos un rol muy importante”, agrega.
Huenchuán cuenta que el sector organiza en Bariloche a cerca de 600 trabajadores y que no para de crecer. Ahora, por ejemplo, los artesanos de la calle Mitre iniciaron un proceso de acercamiento, tras la incautación que el municipio les hizo de la mercadería semanas atrás.
En los últimos años, los movimientos sociales lograron umbrales inimaginables. Por ejemplo, acceder a consultorios privados a través de su propia mutual, organizar una marcha de La Quiaca a Ushuaia o enhebrar cinco proyectos de ley y ponerlos a discusión con diputados y senadores nacionales.
“Fuimos capaces de plantear un proyecto político con proyectos de ley. Algunos se pudieron enmarcar en normas, otros no. Es cuestión de tiempo”, señala Laura Ferman, del MTE-CTEP.
“Fue importante la articulación que logramos en los barrios, haciendo lecturas acertadas de las necesidades del pueblo. Si bien la mayoría de nuestras organizaciones existíamos antes del 7 de agosto de 2016, desde entonces el tridente empezó a incidir en la política, empujado por la realidad económica y social”, añade Ferman.
Un gobierno de los Fernández
Los movimientos sociales mantuvieron con el gobierno de Cristina Kirchner un vínculo pendulante. Con algunas organizaciones como Barrios de Pie y la CCC, incluso, hubo mucha tensión. ¿Qué perspectivas tendrán ahora sobre un eventual gobierno del Frente de Todos?
“Alberto Fernández ha dicho que le dará espacio a la economía popular, y no creo que sea un discurso de campaña”, sostiene Huenchuán. “Creo que desde lo político podemos acompañar un espacio nacional y popular y, ya en términos personales, creo también que si no hay soluciones para nuestro sector seguiremos en la calle. No vamos a bajar nuestras banderas”, advierte.
En un mismo sentido se expresa Mónica Carriqueo, referente la CCC en nuestra ciudad: “Vamos a impulsar que gane otra fuerza que logre desplazar a Macri del gobierno, pero si no cumple con nuestras demandas seguiremos en las calles”.
Laura Ferman espera que un gobierno de Alberto Fernández invierta el orden de prioridades que tuvo la anterior administración con los trabajadores de la economía popular.
“Nuestra lucha es por más y mejor trabajo”, dice Ferman. “Somos una realidad que vino para quedarse. El Estado tiene que poder pensarse de otra manera y modificar su estructura”.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen