“La tierra de los otros” es un libro que despliega los hallazgos de una investigación interdisciplinaria sobre los efectos en el presente del despojo territorial de los pueblos indígenas en la provincia de Río Negro.
Este sábado en la sala del Concejo Deliberante se presentó el libro: un producto del trabajo de una comisión conformada por historiadores, antropólogas, legisladores y abogados con el propósito de marcar un nuevo norte para la reformulación de políticas públicas en materia de tierras.
La tapa del libro presenta el escudo argentino atravesado por un alambrado de púas, las dos manos ya no sostienen el gorro frigio -símbolo de la igualdad entre los pueblos- y el sol -que iluminaría la verdad- está mirando para otro lado.
Pilar Pérez -historiadora- explicó que, si bien la comisión trabajó con conflictos actuales, al rastrear las raíces de dichas problemáticas se arribaba indefectiblemente a un punto bisagra en la historia: la conquista del desierto. “Partir desde ese momento de quiebre permite entender cómo fueron distribuidas las tierras de la Patagonia, cómo se conformaron los grandes latifundios que siguen perdurando hasta hoy con gran poder económico y político.”
Lorena Cañuqueo -licenciada en comunicación social- remarcó que este trabajo sobre la documentación de archivo y del análisis situado de casos da cuenta de ciertas lógicas del presente que justifican el racismo, privilegiando a algunos y dejando a otros en una tenencia precaria de la tierra.
La antropóloga Laura Kropff remarcó que este crimen histórico no es solo un problema de aquellos que fueron víctimas de la violencia estatal, sino que tiene que ver con todos los que habitamos la Patagonia.
Los datos sustanciales que aporta esta investigación apoyan lo que la memoria social mapuche denuncia hace mucho tiempo, esta memoria hace trizas la versión oficial y totalizante sobre la conquista del desierto. ¿Qué pasó con los sobrevivientes de la masacre de los pueblos originarios? fue una pregunta que la academia tardó un siglo en poder formular. Hasta que la reforma de la Constitución de 1994 reconoció la preexistencia de los pueblos originarios y así éstos se convirtieron en sujetos de derechos y los investigadores empezaron a registrar sus relatos sobre el Awkan: el malón blanco.
Hubo mucha gente por agradecer. A este trabajo se sumaron referentes políticos que encauzaron las denuncias de las comunidades abriendo un canal de interlocución con el estado provincial a partir de la creación de esta comisión. Este gran esfuerzo compartido incluye también el análisis de las leyes provinciales relativas a las tierras fiscales y los derechos de los pueblos originarios y de la aplicación de esas normas por parte del estado rionegrino en distintas etapas históricas.
Este estudio evidencia el imperativo de un ordenamiento territorial nuevo que contemple los efectos del genocidio fundante del estado y que respete la concepción comunitaria de la tierra así como los derechos lingüísticos y de salud de los pueblos indígenas.
La necesidad de que esta comisión siga trabajando se revela como una urgencia en el contexto actual de la discusión de la nueva ley de tierras fiscales que se quería imponer sin la participación de gran parte de la sociedad rionegrina y especialmente de quienes esperan que haya una política de resarcimiento y reparación. César Miguel -ex legislador- le pidió al concejal Ramón Chiocconi, presente en la sala, que acompañe esta causa en su futura gestión como legislador provincial.
Lorena Cañuqueo recordó a Rafael Nahuel y cerró su discurso exigiendo que no haya ni un muerto más por defender el territorio.
Por Verónica Battaglia
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen