La Legislatura de Río Negro aprobará hoy un marco regulatorio para los trabajadores de APP de reparto, hasta que el Congreso de la Nación establezca una legislación de fondo.
Las APP de mensajería y reparto de alimentos como Pedidos Ya, Globo y Rappi se establecieron en las principales ciudades del país, entre ellas las de Río Negro. La relación laboral que imponen estas empresas divide opiniones entre sus trabajadores. Mientras el Congreso de la Nación dilata una legislación que rija su vínculo jurídico, la Legislatura provincial buscará aprobar hoy un marco regulatorio.
Algunos ponderan la salida laboral, otros prefieren contrastarla: mientras el decreto presidencial incluyó a los repartidores como trabajadores esenciales, desde el indicio de la pandemia siete de ellos murieron en accidentes de tránsito en todo el país. Sus salarios en Bariloche, oscilan en 16.000 pesos.
El proyecto de ley provincial es impulsado por Marcela Ávila y Lucas Picas, ex secretario de Trabajo durante la gobernación de Alberto Weretilneck. Los legisladores proponen crear un Registro Provincial de Aplicaciones Móviles de mensajería urbana y reparto a domicilio de alimentos. Para poder operar, las empresas deberán estar inscriptas en AFIP, establecer domicilio en Río Negro, detallar la nómina de repartidores, proveerles de ART y medidas de bioseguridad: seguro de accidente, guantes, barbijos y alcohol. Para viajes interjurisdiccionales, tendrán que garantizar cascos homologados e indumentaria con bandas reflectivas.
“Estas plataformas se vienen consolidando en el mundo. Y el Estado rionegrino no puede mirar para otro lado. Mientras haya un vacío jurídico, tenemos que generar un umbral mínimo de cuidados para repartidores y usuarios”, señaló Lucas Pica a Al Margen.
– Hay un debate en el sector gremial. ¿Cuál es para usted la relación laboral que debe establecerse entre las APP y los trabajadores?
– Hay varios proyectos dando vuelta. Están quienes califican a la relación estrictamente laboral, y proponen incorporar algunos artículos a convenios colectivo de trabajo existentes. Y están quienes proponen calificar la relación laboral como prestación de servicio, para que el repartidor pueda facturarle a más de una aplicación. Creo que esa discusión hay que darla en el Congreso y, mientras tanto, fijar cuidados para esos trabajadores.
– Los repartidores denuncian que en Buenos Aires las empresas incumplen con las obligaciones impuestas
– Eso ocurre porque la discusión de fondo la tiene que dar el Congreso. Creo que el rol del Estado es crucial.
La experiencia de Bariloche
Pedidos Ya es la única APP que al momento desembarcó en Bariloche. Hasta fines de 2019, registraba 70 locales de comida adheridos. Cuenta con 30 trabajadores que prestan servicio en un radio que va desde el kilómetro 1 de Bustillo a Ñireco y desde la Costanera hasta Brown.
La mitad lo hace de lunes a lunes en dos turnos de cuatro horas. El resto, con una frecuencia más flexible. La empresa paga por pedido 55 pesos más un porcentaje por kilómetro realizado. Facundo, que se encuentra dentro del primer grupo y prefiere mantener en reserva su apellido, cuenta a Al Margen que por semana puede ganar alrededor de $4000.
“La empresa te dan casco, remera, campera rompeviento y la caja donde transportamos la comida, pero te los descuentan en cuatro cuotas semanales de 250 pesos cada una”, agrega.
“El salario es bajo y muchas veces la aplicación te liquida 800 metros realizados, cuando en realidad hicimos más de un kilómetro”, dice Facundo.
Pedidos Ya premia al trabajador más rápido, indiferente a su medio de transporte. La ART sólo cubre casos extremos: no garantiza todo golpe ni cualquier medicamento.
“Tampoco es fácil encontrar obra social para los monotributistas. Ni la obra social de Uthgra, Unión Personal o PAMI nos aceptan. Por supuesto, tampoco tenemos vacaciones”, cuenta.
Facundo integra la Agrupación de Trabajadores de Reparto (ATR), uno de las organizaciones de precarizados, como la Asociación de Personal de Plataformas (APP), el primer sindicato de la actividad. Por otro lado, está la Asociación Sindical de Motociclistas y Mensajeros (AsiMM), enrolado en la CGT, que organiza al puñado de personas en blanco, sobre todo en Buenos Aires.
El debate alrededor de las APP de reparto se da también en otros sectores de servicios y la producción. Los asalariados en empresas privadas y el Estado suman 9 millones, los monotributistas y cuentapropistas superan los 13 millones. El mercado de trabajo formal en el mundo es cada vez más expulsivo. Y la Argentina, no es la excepción.
Por Pablo Bassi
Foto: Euge Neme
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen