En el marco de la pandemia se han incrementado las tareas que corresponden al cuidado integral de las personas, rol asignado históricamente a las mujeres e identidades feminizadas. Conversamos al respecto con Nora Landart, secretaria de Equidad y Género de la Confederación Argentina de Mutualidades.
– ¿Cuál es el debate que deberíamos darnos en torno a la economía del cuidado?
-Lo primero que debemos asumir es que el cuidado forma parte de nuestra vida cotidiana, es una actividad indispensable para la reproducción. No hay familia, unidad doméstica o grupo de convivencia que pueda llevar adelante su vida cotidiana sin una distribución de los cuidados y de las actividades que se realizan. De hecho, las tareas del cuidado han sido tareas asignadas y asumidas por las mujeres y por las identidades feminizadas a lo largo de toda la historia y mucho más desde la división sexual del trabajo.
Por lo tanto, es importante poner este tema en agenda. En el marco de la pandemia las tareas -particularmente para las mujeres- se han incrementado, no solamente por la distribución de las tareas domésticas, sino porque a esta tarea se ha sumado la ayuda y apoyatura para las tareas educativas, las tareas de la escuela, el cuidado de las adultas y adultos mayores y la contención afectiva que muchas veces tenemos que realizar. Tenemos que poder poner este tema en agenda como un derecho que tenemos las personas a cuidar y a ser cuidadas, como una responsabilidad social colectiva donde no solamente hay responsabilidades privadas sino que también hay una responsabilidad de las organizaciones que se da la sociedad en su economía, acá hay una responsabilidad por parte del Estado.
– ¿Cuál es la relación entre esto y el mutualismo?
-Las mujeres mutualistas venimos llevando un desarrollo muy incipiente al interior del sector, hace cinco años que nos hemos organizado y hace apenas un año y medio que hemos logrado institucionalizar la Secretaría de Género. Nosotras entendemos que, en estas tareas del cuidado, reconociéndolas como una responsabilidad social colectiva, debemos hacer un aporte al interior de nuestras organizaciones asignando un valor y una valoración a quienes realizan mayoritariamente las tareas. Pero también incorporarlo dentro de la diversidad de servicios que brindamos.
Esto también va a ser un campo disputado por la economía de mercado, nosotras, nosotros y nosotres tenemos que lograr incorporarlo como un servicio más, articulándolo con las cooperativas… Digo esto porque se da en esta particularidad de servicios de cuidados la posibilidad de avanzar hacia una articulación que es muy virtuosa. Habitualmente las personas que realizan tareas de cuidado suelen estar en condiciones precarizadas, su trabajo suele no desarrollarse en un marco decente.
Las entidades mutuales tenemos una comunidad de asociados y asociadas y estas personas que forman parte de nuestra comunidad mutual van a ir demandando crecientemente este servicio. Para las mutuales el bienestar general y el desarrollo integral de las personas es la parte constitutiva de nuestro objeto social. Las personas que necesitan cuidado aumentan en una población que globalmente va aumentado la expectativa de vida, el envejecimiento es parte de la realidad. Hay que asumir que en la medida que les adultes mayores puedan permanecer en su hogar y puedan tener una apoyatura para sostener su autonomía aumenta su calidad de vida, es necesario trabajar en este sentido
¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo brindamos este servicio? Si bien las mutuales desarrollamos más de 100 servicios hoy en la Argentina, tenemos la posibilidad de estar promoviendo y apuntalando cooperativas de trabajo. Estos cuidadores y estas cuidadoras, que también por roles estereotipados suelen estar asignados a las mujeres, pueden a través de este formato de economía social desarrollar proyectos autogestionados. La capacitación permanente, la salida colectiva a problemáticas que muchas veces están vinculadas a las estrategias de supervivencia cotidianas.
Ser su propia empresa social, eso es lo que diferencia a las cooperativas. Cada una de sus integrantes define el perfil y las características de su propio emprendimiento. En esto creo que la mutualidad tiene la necesidad de brindar este servicio, y no lo ha identificado y no lo ha articulado aún. Hay muchos servicios vinculados al cuidado y a la calidad de vida que la mutualidad está en condiciones de dar; la provisión de medicamentos, alimentos, la conectividad, la capacitación… Esto requiere una profesionalización, el cuidado de una persona para que sea brindado adecuadamente requiere la capacitación. Esto tiene que ver con la posibilidad de que esto sea parte de las políticas públicas, esto no es nuevo. Las feministas venimos hablando mucho de esto, es donde se manifiesta con absoluta claridad una de las expresiones de desigualdad.
Más información: https://ansol.com.ar/2020/08/25/cuidar-y-crear-miles-de-puestos-de-trabajo/
Escuchá el audio de la entrevista completa: [archiveorg economia-del-cuidado width=640 height=30 frameborder=0 webkitallowfullscreen=true mozallowfullscreen=true]
Por Mariela Martínez y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen