Un resplandor volvió a encender la Biblioteca Popular Carilafquen, en el barrio Los Coihues, para dar apertura a la tercera edición del Festival de Poesía Como un Rayo.

Camila Vallendor y Lola Halfon abrieron este jueves la tercera edición del Festival
Una vez más, la lumbre de la poesía convocó a la comunidad a participar de una nueva edición del Festival de Poesía Como un Rayo, que este jueves tuvo una sentida apertura al desandar -en el documental presentado- los caminos que hoy hacen renacer y albergar este evento que llega con la fuerza de la primavera y el esplendor de los caminos en flor.
En las palabras de inicio, las poetas Lola Halfon y Camila Vallendor pusieron en valor la construcción colectiva de un evento único en la región, que reúne a poetas de distintos puntos cardinales para celebrar la palabra y sus intersticios a lo largo de cuatro días.
“Avanza la ultraderecha en el país y en el mundo, abundan los discursos de odio, la indiferencia en todos los niveles, el sálvese quien pueda, el uso degradado de la palabra que tiende a automatizarse, a banalizarse, a polarizarse. Y qué hace la poesía contra los grandes poderes del mundo: posiblemente nada”, dice Lola Halfon frente al silencio contenido del público expectante.

La librería La Sede presente con un amplio catálogo de poesía
La poeta recuerda en esta apertura el concepto Inutensilio, del poeta Paulo Leminski. “Hace trescientos años, por lo menos, que la dictadura de la utilidad es uña y mugre con el lucrocentrismo de toda nuestra civilización (…) Pero el principio de utilidad corrompe todos los sectores de la vida, haciéndonos creer que la propia vida tiene que ofrecer un lucro”, dirá el poeta. Sin embargo, también dirá: Las cosas inútiles (o “in-útiles”) son la finalidad misma de la vida. Vivimos en un mundo en contra de ella. La verdadera vida. Hecha de júbilo, libertad y fulgor animal.

“La poesía va a contrapelo del mundo, de lo inmundo del mundo“, dirá la poeta Lola Halfon. “Esto no es porque no se toque con el barro, todo lo contrario, la poesía es barro, es embarrarse y es hacer del barro otra cosa”
“¿Por qué estamos acá? Venimos, nos sentamos a escuchar en este silencio tan hermoso que se produce en esta biblioteca cuando alguien viene y lee un poema y nos quedamos pensando y charlando de ese verso, de esa palabra. Y nos vamos a nuestras casas, quizás a escribir, y volvemos al día siguiente, a un taller y a la noche a escuchar más poesía y así durante 4 días”, se pregunta entonces Lola.
“¿Por qué personas de distintas partes del país, que no pueden estar acá, pero quieren que esto suceda, apoyan y sostienen este festival simbólica y materialmente? ¿Por qué? ¿Qué hace la poesía con nosotros? es la pregunta que nos hacemos”, dirá. “No tenemos la respuesta, pero sí nos parece que la poesía va a contrapelo del mundo, de lo inmundo del mundo. Es decir, a contrapelo de la mezquindad, de la velocidad, de la superficialidad, de la insensibilidad, de la funcionalidad”, continúa la poeta.

“La poesía subvierte el lenguaje, revitaliza la lengua, pero sobre todo revitaliza los afectos”, señalan las poetas en la apertura y destacan el rol de la comunidad para la realización del evento.
Entonces, trae las palabras de Olalla Castro: se escribe no para que algo crezca, sino porque de pronto todo se vuelve gris donde se está y hay que arrojarse. Sin embargo, también reflexiona: “Qué distinto es arrojarse con otras. Porque, así como la poesía va a contrapelo de lo inmundo del mundo, esto no es porque no se toque con el barro, todo lo contrario, la poesía es barro, es embarrarse y es hacer del barro otra cosa”.
La emoción asoma después de ver el documental, que narra la edición anterior del festival, sintetizando lo imposible: jornadas de compartir, intercambiar, dialogar, dejarse abrazar por la diversidad en la búsqueda de la palabra. “La poesía subvierte el lenguaje, revitaliza la lengua, pero sobre todo revitaliza los afectos. Eso nos demuestra este festival una vez más: que la poesía nos acerca, que construye comunidad, que inútil como es, la necesitamos”, continúa Lola.

La primera jornada invitó a ser parte de Conservar algo de la belleza del mundo. Poesía y artes plásticas.
Así, durante cuatro días, el espacio no dejará de ser, además de todo lo que es, un lugar para recordar y celebrar, como dice otra poeta amiga de la casa, la verdad de la poesía: la amistad de los poetas.
“Verdad y belleza van juntas, porque lo más lindo de la poesía, lo más grande que nos ha dado es esto: el encuentro con otras y con lo otro: la afectación y los afectos. Porque no escribimos poesía para escapar de nada, no escuchamos ni leemos poesía para escapar de nada. La imaginación, la fantasía, la curiosidad no son escapes, sino que es nuestra manera de estar en las cosas con otres, de no dejar que nos devore el discurso dominante”, cierra Lola y retoma las palabras Olalla Castro: “No basta con saber escribir, se ha de romper el látigo que esconden las palabras. Escribimos para cambiar de ojos, porque llevamos siglos mirando con los suyos. Escribir consiste en alzarse más allá de los muros que levantaron otros, sembrar palabras nuevas de las que puedan hacer de nuevo el mundo”.

Ediciones desmesura y la asamblea de poetas una vez más dijeron presente.
Para que esto suceda, las organizadoras hicieron énfasis en la cantidad de emprendimientos y personas que ayudaron a hacer posible este festival. “Queremos dejar muy en claro que este festival lo realizó un equipazo alucinante porque ante todo enamoradas de este equipo y una comunidad espectacular”.
Texto y fotos: Violeta Moraga
Equipo de Comunicación Popular Al Margen

