El presidente de la Federación de Entidades Empresarias de Bariloche, Leonardo Marcasciano, repasa con Al Margen los aspectos sobresalientes de un año atravesado por la crisis económica y los planes a futuro.

Nada fue tan esperado entre los empresarios de Bariloche como la nevada de los últimos días. Leonardo Marcasciano, presidente de la Federación de Entidades Empresarias FEEBA que nuclea a comerciantes, chocolateros, cerveceros, mini mercados, madereras, transportistas, dice que venían de una caída en marzo, abril y mayo del 30% de las ventas que recién ahora repunta con la llegada de turismo.
—La baja de la inflación está buenísima, eso estabiliza y acomoda la macroeconomía, pero en lo microeconómico todavía no se nota, está muy complicado, hay un nalgueo muy importante —reconoce.
Marcasciano preside la FEEBA y es dueño del Centro del Copiado de avenida Gallardo, que en 1992 trajo a la ciudad la primera fotocopiadora de planos. Desde siempre está con muchísimo trabajo, aunque en mayo tuvo un parate como nunca antes.
—Bariloche volvió en sí a un ciclo de altas y bajas —dice.

Viene de una reunión con el ministro de Turismo Fabián Gatti, donde quedó ratificada la elección de Diego Piquín al frente de la Agencia de Turismo provincial que se dedicará al gerenciamiento de políticas del sector con participación del Estado y privados. Marcasciano elogia a Piquín: dice que técnicamente es lo más sólido que existe en la Argentina. Que todo lo que hoy es Bariloche, es resultado de sus 10 años al frente del Emprotur, la agencia de promoción turística de la ciudad. Se refiere a Bariloche a la Carta, Navidad en Bariloche, el aliento a las tradicionales fiestas del chocolate y de la nieve, la preventa en el exterior. Cita datos de la CAME, Cámara Argentina de la Mediana Empresa que integra su federación: si en todo el país la ocupación turística es del 50%, Bariloche está en un 80% porque además de ser linda (dice) el rol de Piquín fue clave.
—Lo que derrama el sector turístico es muy fuerte: si el mozo no recibe propina no hace la fotocopia para la escuela del hijo —dice. Pone otro ejemplo: un lavadero con 30 personas trabajando ocupa el 95% del tiempo en manteles y sábanas.

En busca de uranio
Pocos días atrás la CAME difundió el encuentro de su bloque patagónico con el presidente de la Comisión de Energía Atómica, Germán Lavalle. Dice Marcasciano que la reunión fue gestionada por los empresarios, querían interiorizarse sobre los planes del organismo nuclear en la extracción argentina de uranio para alimentar los tres reactores nacionales: Atucha I, Atucha II y Embalse. Dice que la CoNEA consume 200 toneladas de uranio enriquecido en Estados Unidos y Brasil que es importado de Rumania y Kazajistán, entre otros países, y que sin embargo aquí hay pymes vinculadas al sector minero y petrolero con capacidad de proveerla.
—Patagonia tiene una ventaja que es la superficialidad del uranio, o sea es más sencillo extraerlo, sin procesos jodidos para el medio ambiente, usando incluso los mismos pozos de petróleo.
La CoNEA realiza desde hace tiempo inversiones en investigación que ofrece al sector privado. De los 17 proyectos uraníferos en el país, 14 están en la Patagonia. El más grande de ellos –Ivana Minerales, fusión de Minera Cielo Azul y la subsidiaria local de la canadiense Blue Sky- se encuentra en Valcheta, Río Negro.
—Nos dijeron que están dispuestos a comprar el uranio que podamos extraer, luego el excedente podría ser exportado.
El posible interés de la CoNEA en proveerse de este elemento químico natural, además del abastecimiento de las centrales nucleares, radica en el proyecto que dio a conocer el gobierno nacional de alimentar los data centers de las big tech de inteligencia artificial del mundo. Una apuesta que dentro del universo científico catalogan como ruidosa, pero de pocas nueces.
Por Pablo Bassi
Colectivo de Comunicación Popular Al Margen
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