Este jueves de 16 a 20 horas se realizará en el Fab Lab Bariloche la Edición Montaña del Club de Reparadores: una propuesta de reparación colectiva de objetos que se realiza de manera gratuita y voluntaria para empujar la economía circular, la reducción de residuos, los lazos de colaboración y resiliencia social.
“Reparar extiende la vida útil de las cosas evitando que se conviertan en residuos, y en este sentido es un acto de sustentabilidad. Reparar es un acto de lucha contra la obsolescencia programada. Reparar valoriza nuestra relación con nuestras pertenencias y permite que pasen de una generación a otra. Reparar es mejor que reciclar porque es más eficiente extender la vida útil de las cosas que convertirlas en nuevas materias primas”, dice el manifiesto del Club de Reparadores, proyecto que nació en Buenos Aires en el año 2015 y que este jueves 13 de diciembre tendrá su versión en Bariloche a partir de la iniciativa de Nicolás Fakiel, Denise Klahr y Agustina Lugani, quienes presentaron la propuesta para hacerse eco de manera local de esta iniciativa que, como ellos mismos describen, busca generar un triple impacto: ambiental, ya que alargar la vida útil de las cosas reduce los residuos que se generan; económico, ya que promueve el trabajo de los reparadores barriales, clave para una economía circular; y humano, ya que se refuerzan los lazos de la colaboración y se revaloriza a las personas y sus saberes, construyendo resiliencia social.
“Nos sumamos porque tenemos en común las ganas de realizar acciones con impacto local”, dice Nicolás Fakiel y cuenta que empezaron inscribiéndose en el programa “Club de Reparadores por América Latina”, quedando seleccionados para este programa de capacitación que busca que equipos de distintas ciudades del continente activen espacios a nivel local para promover la cultura del cuidado y la economía circular a través de la reparación. “A partir de ahí participamos en una serie de capacitaciones virtuales con el Club de Reparadores. Tuvimos además una mentoría con parte del equipo de ellos para llegar a realizar este evento en Bariloche: una jornada reparación colectiva enfocada en el rubro montaña”, continua.
La propuesta puntual para este jueves es reparar carpas, ropa de montaña, pantalones, camperas, bolsas de dormir, colchones inflables, trajes de neopreno, entre otras cosas. Justamente, parte de la propuesta de Club es que se convoque a encuentros de reparación itinerantes, voluntarios y colaborativos, donde personas de todas las edades y ocupaciones intercambian saberes y herramientas con el fin de alargar la vida útil de los objetos, fomentando así la colaboración entre pares.
“Hicimos una convocatoria a reparadores y reparadoras voluntarias, gente que se da maña en lo textil, en reparar cosas, o que tienen un local con algún tipo de conciencia y les atrae la movida de reparación que, lógicamente, tiene mucho que ver con la economía circular, con aflojarle a la cultura del descarte; también con reivindicar el rol de la reparación como práctica de consumo responsable. Hay un montón de objetivos detrás de esta acción”, sigue Nicolás.
Es así que para esta ocasión un nutrido grupo de alrededor de diez personas van a participar de la tarea de reparación en un trabajo voluntario para el cual aportarán sus máquinas de coser, materiales e insumos, si bien la idea es que todos los participantes lleven a la actividad lo que puedan sumar para la realizar tarea.
La gesta tendrá lugar en el Fab Lab, que prestó el espacio. También colaboró el Centro del Copiado, que donó impresiones gratis para que se pueda difundir la actividad por el barrio, y El mundo de las Telas, que donó una bolsa de material con sobrantes. “Vamos a hacer una mesa creativa colectiva donde habrá retazos y telas por si algo no se puede reparar, pero tal vez sí se pueda reconvertir. La idea es que sea un evento que invite a involucrarse en la reparación de nuestras propias cosas”.
De esta manera, no se trata de llegar a dejar eso que queremos arreglar y volver al rato, sino de compartir este espacio y aprender colectivamente en el encuentro con el otro. “Si vas a reparar algo en un lugar así, algo en común tenemos, seguramente algo en torno al medio ambiente, la sustentabilidad y hacer cosas en comunidad”, señala Nicolás.
El consumo responsable también aparece como parte del evento, al apostar a la posibilidad de no seguir generando tanto descarte en una ciudad donde la problemática de la basura sigue siendo una arista pendiente con un basural a cielo abierto que figura dentro de los 50 lugares más contaminantes del mundo. Como señalan desde la organización “los productos que consumimos parecen durar cada vez menos tiempo, cada vez resulta más difícil repararlos. Muchos objetos están diseñados de tal manera que es imposible siquiera abrirlos, los fabricantes no ponen manuales ni repuestos a disposición de los consumidores, y la excesiva oferta de productos baratos realizados con mano de obra esclava hacen que muchas veces reparar un objeto sea más costoso que comprar uno nuevo. El Club de Reparadores busca contrarrestar esta realidad tan difícil como insostenible.”
Quienes llevan adelante el evento invitan a inscribirse en el siguiente link, a aquellos que quieran participar del evento, para una mejor organización: https://bit.ly/CDRbariloche
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación popular Al Margen
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