La posible ratificación de la condena a 5 integrantes de la comunidad Buenuleo y el pedido de desalojo del territorio que habitaban, preocupa a activistas ambientales por el cuidado de las nacientes del arroyo Ñireco que podrían verse afectadas con el desarrollo de un emprendimiento turístico comercial. El Ñireco es el curso de agua más importante que recorre la ciudad y abastece a la mayoría de los barrios.
Ramiro Buenuleo es lonko (referente) de la comunidad mapuche Buenuleo, condenado en marzo por usurpación del territorio que habitaban al pie del cerro Ventana junto a Rosa Buenuleo, Lucas Dinamarca, Sandra Ferman y Nahuel Maliqueo. Este miércoles un Tribunal de Impugnación provincial realizó una audiencia de revisión, tras la que deberá ratificar o rechazar la sentencia en los próximos días. La ratificación implicaría el desalojo del territorio de 92 hectáreas por donde cursa el arroyo Ñireco, el más caudaloso que recorre la ciudad, del que se abastece Aguas Rionegrinas.
“Nosotros sabemos que la condena será ratificada, por eso deshabitamos las 90 hectáreas hace más de un año”, dice Ramiro Buenuleo. “El desalojo será algo obsoleto”.
Fuera de la sede judicial, en 12 de Octubre y John O’ Connor, un grupo de activistas convocados por el Kolectivo Kultrunazo advertían que el desalojo implicará que las nacientes del arroyo queden prácticamente bajo control de un privado.
“La gente no viene acá a involucrarse en el tema porque somos mapuche o de algún pueblo originario, sino a sabiendas de que su lucha es por el no maltrato a la naturaleza, a las nacientes de los arroyos”, agregó.
De confirmarse la sentencia de principio de año, Ramiro Buenuleo deberá transitar los próximos tres años con una condena en suspenso, es decir, de cumplimiento condicional. “Pero lo que a nosotros nos preocupa es la entrega de ese territorio a personas que no van acorde a lo que nosotros hacemos como comunidad, que es la protección del medio ambiente, del agua”, dice.
Esas personas a las que hace referencia Buenuleo, es Emilio Friedrich, a quien llama “el ostentador” y a quien la Justicia considera propietaria de las 90 hectáreas que dice haber comprado su familia en 2009. Buenuleo dice que Friedrich ahora construirá un complejo turístico, lo que será “una catástrofe ambiental”.
“El único paso del arroyo Ñireco, es por el medio del territorio”, dice Buenuleo. “Al decir nosotros que estamos sobre las nacientes del Ñireco, es porque no hay nadie más arriba. En todos estos años, custodiamos de que nadie se meta a vivir más arriba que nosotros, porque el ser humano es el ser más sucio que hay sobre la tierra. ¿Adónde iría a parar toda esa suciedad? Al arroyo que abastece de agua a la mayoría de los barrios de Bariloche.”
Historia de la causa
En septiembre de 2019 la comunidad Buenuleo se asentó en la zona del Cerro Ventana tras la muerte en agosto de 2014 de Antonio Buenuleo – abuelo de Ramiro- y en octubre de 2020 Emilio Friedrich presentó un amparo alegando ser propietario de ese territorio. En septiembre de 2020, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) reconoció a la Comunidad Lof Che Buenuleo la “ocupación actual, tradicional y pública” de un territorio de 481 hectáreas y ordenó la entrega de las tierras. El relevamiento había sido solicitado en 2010 por Antonio Buenuleo. La resolución del INAI fue sucesivamente apelada hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en febrero de 2023 dejó sin efecto la resolución de restitución de tierras a la comunidad Buenuleo.
“Para llegar a este posible fallo condenatorio, el INAI dio de baja una resolución administrativa sobre el relevamiento de la ley 26160 bajo pretexto de que la provincia no fue participe”, señaló en un comunicado la Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche. “El cierre de la carpeta técnica de la comunidad fue resuelta como una de las acciones de la Mesa Alternativa de Resolución de Conflictos con Comunidades Originarias, mesa interministerial creada por el gobierno Nacional, en febrero del año 2020, de la cual la Provincia de Rio Negro fue parte”.
Por redacción
Fotos: Pablo Candamil
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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