La segunda edición del Festival de Poesía Como un Rayo, que tuvo lugar en el corazón del barrio Los Coihues, cobijado por la Biblioteca Carilafquen, puso a la poesía en primer plano.
El encuentro, con entrada libre y gratuita, convocó a toda la comunidad a nutrirse de diferentes voces y trayectorias que, desde el ámbito local, regional, y otros puntos del país, se arrimaron al resplandor para ser parte de un evento que propuso enriquecedoras actividades a lo largo de cuatro días.
“Estamos profundamente conmovidas por haber logrado realizar este sueño en un año tan difícil”, señaló Lola Halfon, una de las organizadoras del festival, junto a Camila Vallendor, frente a una sala repleta en el inicio de esta fiesta (ver agenda en @comounrayo.festival)
“Desde el principio, cuando pensamos en hacerlo posible, fue en un plural que no solo involucra a un equipo increíble que estuvo trabajando todo el año en la gestión, la producción, la comunicación del festival, sino también a una comunidad. Sabíamos que crear un encuentro así de potente y transformador era en red, de manera cooperativa, colectiva, con vecinas, compañeros de la Biblioteca; con amigas y su entusiasmo, sus proyectos, sus emprendimientos, su acompañamiento”, continuó la poeta.
De esta manera, Halfon destacó el gran apoyo de la comunidad para llevar adelante este encuentro que ya se instaló en la agenda de la ciudad, dando lugar a la circulación de la palabra en todas sus dimensiones, con la participación, en esta oportunidad, de 15 poetas de diversas provincias argentinas, en diálogo con otras artes: música, artes visuales, danza; además de una feria de libros con editoriales de la Patagonia, mesas de conversación, espacios de micrófono abierto y más.
“Cada vez más personas quieren que esto suceda. Estos espacios son refugio en estos momentos. Pero cuando decimos refugio no nos referimos a fingir demencia, que a veces es muy lindo. En este caso no se trata de un desentenderse: para nosotros refugio es un lugar donde pensar, sentir, hacernos preguntas, estar cerca, escucharnos, mirarnos, mirar el mundo, mirarnos a nosotros, creando nuevas dinámicas, que no son las del individualismo, la opresión y el egoísmo, sino las de crear un lugar donde pensar juntos, con ternura, pero con los ojos abiertos”.
Una llama encendida
“El Festival Como un Rayo es más que un evento cultural; es un movimiento que busca despertar la sensibilidad y la conexión a través de la poesía”, señala la declaración de interés municipal que el evento obtuvo este año, donde se reconoce en este hecho su impacto en la comunidad, promoviendo el arte como herramienta de transformación social y cultural.
“Este evento no solo promueve la poesía, sino que también fomenta la cooperación y el trabajo en red, vitales para la transformación social y cultural de la comunidad”, continua el texto y destaca los objetivos del festival como espacio para fomentar la diversidad de voces, confluyendo expresiones de diferentes partes del país y dando un lugar preponderante a la diversidad local. “Se busca promover el intercambio de experiencias entre poetas de diversas trayectorias, enriqueciendo el panorama poético de la región. Además, se pretende colocar la poesía en un lugar central dentro de las manifestaciones artísticas de Bariloche, promoviendo su lectura y escritura en un ambiente festivo que desmitifique el arte poético y lo acerque a un público más amplio. Asimismo, se impulsará la colaboración con otras ramas del arte, enriqueciendo la experiencia poética y contribuyendo al reconocimiento de los poetas como trabajadores de la cultura, valorizando su labor en la sociedad” expresan los fundamentos, donde también se reconoce a la ciudad como un semillero de poesía, donde conviven poetas consagrados y un emergente movimiento de voces jóvenes.
Al calor de la noche del jueves, las palabras volvieron a ser cobijo. Como recordó Lola citando a Claudia Masin en Curar y ser curados: “la escritura poética es un modo de celebrar que estamos aquí y que somos capaces de hacer algo con lo que nos ha tocado (…) Lo que pide hablar es lo deseante, lo más vivo que tenemos. Pero también lo dañado, lo moribundo, lo que nos hace mortales está en el corazón de los poemas. (…) Es en el cuerpo que se conmueve, que se altera, gozoso o doliente, es en ese cuerpo, que se ve afectado y afecta, donde comienza la escritura”.
“La escritura poética, inútil como es, afecta. Y por más crudos que sean los versos restituye”, dice Lola y también trae por estas horas al poeta peruano José Watanabe cuando señala: “La cólera o el ansia de belleza que impulsa a los árboles a restituir la rama podada, está conmigo. Todo será restablecido” y continúa: “la escritura poética embellece, porque hay ficciones más justas, más hermosas y podemos escribirlas”.
Así, junto Camila Vallendor, en la apertura de este encuentro, se atreve a desear que como un rayo “este festival nos sacuda, nos despierte, nos atraviese, nos inquiete y nos devuelva el lugar en el que estábamos, pero distintos a como nos encontró”.
Accedé a toda la información en Festival de Poesía del Carilafquen
Por Violeta Moraga
Fotos: Gentileza festival Como Un Rayo
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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