La prórroga del contrato de concesión del Cerro Catedral firmada por el entonces intendente Gustavo Gennuso puso en discusión el manejo y uso de los bienes naturales y abrió un debate que no culminó con lo que fue la entrega -para gran parte de la comunidad- del uso de la montaña hasta 2056 a la empresa concesionaria Catedral Alta Patagonia (CAPSA): todavía se reniega de los términos y la validez de la concesión, y a medida que ocurren los avances y las iniciativas sin mucha claridad, el estado de alerta de vecinos y organizaciones vuelve a activarse frente a lo que pueda ocurrir en el complejo.
La iniciativa enviada por el Intendente Walter Cortez al Concejo Deliberante para darle parámetros urbanísticos a seis zonas del Cerro, para que la concesionaria Catedral Alta Patagonia urbanice 70 hectáreas, que entre otras propuestas tiene la edificación de un hotel a 1.200 metros sobre el nivel del mar, así como diversas áreas residenciales de distinta densidad, de uso permanente y temporario- renueva la inquietud.
“Era esperable que en algún momento empezaran, pero nos enteramos de golpe por la resolución de la convocatoria al Consejo de Planeamiento Estratégico”, explica Ana Wieman, de la Asociación Árbol de Pie sobre esta instancia obligatoria en cumplimiento de la ordenanza 2929 que alarga la concesión por 30 años, así como la realización de unaaudiencia pública y por último la aprobación de una ordenanza. Y dice esperable, porque el desarrollo de una nueva urbanización ya había generado arduos debates en el 2018: la millonaria inversión inmobiliaria ya había sido expresada por Catedral Alta Patagonia como parte del negocio, aunque para ello deba modificarse el Código Urbano que hoy impide nuevos loteos por fuera de la base de la montaña.
“La urbanización, junto con la extensión de la concesión es algo que habíamos rechazado de plano la mayoría de los que estuvimos en la audiencia pública del 2018 y antes también, con algunas presentaciones que hubo en la justicia y las más de 6 mil firmas para convocar un referéndum sobre el tema que los concejales declararon inadmisibles”, continúa Wieman y subraya lo que dejaron asentado en una nota presentada al Concejo: en altura no se debe construir más y esto está avalado, según detalla, por estudios técnicos ya realizados que señalan que el Cerro Catedral no es urbanizable. “Es inestable geológicamente, por eso también es una barbaridad el reservorio de agua que han hecho: incluso cerca de la costa del lago la gente no tiene agua”. El reservorio al que se refiere, a mitad de la montaña, tiene 130 millones de litros de agua, destinada a la fabricación de nieve.
Otro punto que menciona es que se aprobó la ordenanza que da factibilidad de hacer el desarrollo inmobiliario sin los estudios de impacto ambiental, que dicen, se presentarán a medida que se vaya avanzando en los distintos pasos del proyecto. “No se puede dar factibilidad de urbanizar un lugar sin hacer un estudio ambiental antes. El día de mañana la empresa puede argumentar que se siente damnificada y hacer un juicio millonario al municipio porque habían dado la factibilidad al desarrollo”, detalla. “Tampoco se puede seguir construyendo más en altura, estamos tapados de estudios técnicos en Bariloche”.
Como se mencionaba más arriba, una parte nada menor del proyecto es el desarrollo de un Hotel a una altura hasta ahora no permitida, pero sobre la que parece avanzarse como se ha ido avanzando en el resto de la montaña: un territorio cada vez más exclusivo del poder concentrado del que con el tiempo pueden disfrutar cada vez menos personas, no solo por el incremento desorbitante del valor de los pases (casi un 300% en el 2024) sino por el cierre de programas como el Esquí Escolar, que permitía a los niños y niñas de 5to grado acceder a una semana de esquí, entre otras cosas.
“Estoy queriendo dejar de lado la parte ambiental porque siempre dicen que los ambientalistas somos fundamentalistas que nos oponemos al desarrollo, que somos el palo en la rueda, pero económicamente es nefasto para Bariloche porque el acceso desde el aeropuerto es por asfalto hasta el cerro sin pasar por Bariloche y con este hotel nuevo que están haciendo y las viviendas, los esquiadores no necesitan ir a la ciudad”, continúa en relación a los supuestos beneficios que traerían las inversiones, y el verdadero derrame que pudiera haber para la ciudad, que, en verdad, quedaría a un costado.
Sin embargo, lo ambiental es fundamental y un punto no menor a considerar, no se trata solamente de lo que haya que desmontar para hacer las viviendas, sino, incluso, del cambio que prevén se va a producir en el clima por el calor generado por las viviendas que se duplicarían. “El cambio climático es una realidad, aunque sea rechazado y desmentido por el Gobierno Nacional, existe. La cota de nieve está cada vez más alta, por eso han hecho esta tremenda instalación de cañones. Otra cosa que a nosotros nos preocupa mucho es la consecuencia de las explosiones permanentes durante toda la temporada, ignoramos la consecuencia acumulativa de las explosiones sobre una montaña que está siendo permanentemente estremecida con los estampidos: hemos pedido que nos informen y nunca han contestado”, dice. Se suma, además, el tema de los servicios, ya que el cerro va a necesitar tendido eléctrico. “Nos podría dejar sin luz a buena parte de Bariloche o con una conexión inestable. ¿Por qué nosotros vamos a pagar el tendido eléctrico a un desarrollo inmobiliario en la montaña?”
Finalmente, desde Árbol de Pie recuerdan que todo esto viene de la concesión original, en la que se había dado la opción a la empresa de hacer un desarrollo inmobiliario. “Lo que pasa es que 30 años atrás no había el criterio ambiental que hay ahora y no se estaba en la situación ambiental del mundo. Además, no entendemos cómo se puede avanzar con un desarrollo inmobiliario cuando no son titulares de la tierra, ya que la Carta Orgánica dice claramente que las tierras del Cerro Catedral son propiedad inalienable del pueblo de Bariloche, lo que quiere decir que no se pueden vender. Nadie puede vender lo que es de todos”, señala sobre un punto fundamental, que es la enajenación de la tierra.
Eso del derrame
Como se detallaba anteriormente, en la ordenanza 2929, que alargó la concesión hasta el 2056 -sin licitación pública nacional o internacional- el Municipio crea seis áreas de ocupación concertadas (AOC) que en total suman 70 hectáreas. Y si bien, hasta ahora las cuestiones urbanísticas y ambientales no permitieron garantizar los permisos que requiere el proyecto, la maquinaria se habría puesto en movimiento. En el momento actual, Catedral Alta Patagonia debería realizar la propuesta de desarrollo, previo a lo cual, el Municipio tiene que señalar cuáles son los parámetros urbanísticos para dar paso al desarrollo urbanísticos.
“En base esos parámetros, que señalan lo que pueden o no hacer, vendrían los anteproyectos de Catedral, que no están presentados”, explican de manera informal profesionales técnicos que trabajan en el tema y señalan que el proceso actual (la presentación del ejecutivo del Plan Director Desarrollo Urbano Ambiental del cerro Catedral ante la Unidad Coordinadora del Consejo de Planificación Municipal) está dentro de los términos legales “por más que no nos guste”, ya que se encuentra dentro de las disposiciones establecidas por la Ordenanza N° 2929-CM-2018. Para ir marcha atrás directamente habría que hacer una ordenanza que derogue la ordenanza 2929, y además hacer una ley que derogue la ley del 94.
Por esto, frente a esta situación, para algunos, no es que allí “quieran o no quieran” realizar un desarrollo inmobiliario, sino que “deben” hacerlo, como parte de los emprendimientos inmobiliarios y hoteleros que figuraban en la Ley del 94 (de hecho, obtuvieron la concesión comprometiéndose a realizar inversiones por más de 22 millones de dólares). Asimismo, tienen que estar garantizadas todas las obras de infraestructura y provisión de energía: Capsa debería presentar el proyecto de ampliación de energía eléctrica, además de la iniciativa de cómo se van a trabajar los desagües cloacales, entre otros puntos que preocupan por el colapso de infraestructura que ya vive la ciudad.
En esa misma mirada, avanzar implica inversiones que, si se hacen como corresponden debería significar no un negocio para unos pocos, sino con un beneficio más amplio, algo difícil de visibilizar y medir concretamente.
En el medio, también estarían en juego lotes sociales que fueron promesa de campaña del intendente de Bariloche: el desarrollo urbanístico en el cerro Catedral dejaría unos 1.000 terrenos al municipio, según trascendió en las últimas semanas, una necesidad de la que nadie reniega. La pregunta, entre otras, es a qué costo o si se trata, una vez más, de espejitos de colores en un intercambio desproporcionado que en verdad atiende los grandes intereses de este grupo empresario.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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