El diputado nacional Leandro Santoro visitó Bariloche y manifestó la necesidad de construir una amplia nueva mayoría para derrotar a Milei. Los asistentes lo escuchaban en silencio y alguno se preguntaba, tal vez, ¿Cómo podría decodificarse la más amplia mayoría en Río Negro?
Es tiempo de fortalecer la resistencia cultural a Milei y construir una mayoría política amplia para derrotarlo electoralmente. Eso dijo el sábado en la UNCo de Bariloche Leandro Santoro, el diputado nacional del Frente de Todos. La idea de amplitud va muy a tono con su estrategia para conquistar la ciudad de Buenos Aires, su terruño. Santoro es el dirigente opositor al Pro que gobierna CABA con mejor imagen positiva y menor imagen negativa. Una encuesta de julio de CB Consultora señala que, si las elecciones legislativas de 2025 fueran hoy, y si La Libertad Avanza y el Pro llegaran a ella por separado, el peronismo unido junto al radicalismo que comanda Martín Lousteau quedaría segundo a sólo cinco puntos de los libertarios. El escenario es posible si uno observa la incipiente articulación que llevó a Lousteau a presidir la bicameral de Inteligencia con los votos del kirchnerismo. Los asistentes a la charla lo escuchaban en silencio y alguno se preguntaba, tal vez, ¿cómo podría decodificarse la más amplia unidad en Río Negro?
Santoro, candidato a jefe de gobierno porteño el año pasado, llegó a Bariloche a conversar en un auditorio colmado donde, curiosamente, no había dirigentes partidarios locales. Santoro, ex radical, alfonsinista, planteó la necesidad de prestar escucha atenta a las demandas sociales y diseñar lo que llamó un Estado de Justicia como etapa superior al Estado de Bienestar. Una suerte de radicalización de la justicia social, dijo, sumamente equilibrada, con inversión nacional y extranjera, empresas públicas y privadas, valores meritocráticos y solidarios. Mientras explicaba la idea, fue deslizando algunas definiciones coyunturales: la inoportunidad de promover un juicio político a Milei y de establecer un salario básico universal, y la tajante negativa a sellar un acuerdo con la vicepresidenta Victoria Villarruel, como promueve un sector del peronismo. Excepto la crítica por elevación al diputado Agustín Domingo y la senadora Mónica Silva de Juntos Somos Río Negro, por su voto a favor de la Ley Bases, no ahondó en la coyuntura provincial.
Hubiese resultado interesante escuchar qué opinaba sobre el tema. Tanto el peronismo como el partido provincialista del gobernador Alberto Weretilneck tienen por delante un horizonte tormentoso. La agencia Mercados & Estrategia, que dirige Pablo Díaz, evaluó en agosto que si las elecciones legislativas de 2025 fueran hoy, el peronismo unido obtendría un 18%, tres puntos por debajo de JSRN y 15 puntos por debajo de LLA que se ampliarían a 23 puntos en alianza con el Pro. La derecha podría quedarse con dos de los tres senadores e incluso con los dos diputados en juego. Algo impensado para una parte del peronismo y JSRN en 2023, cuando pergeñaron el Gran Acuerdo Rionegrino con la UCR para evitar un escenario como éste.
Una perspectiva posible que Santoro ofreció a la noche en una cena con la militancia social de Bariloche sobre la política para los próximos años, mediada por influencers y followers, es distópica, ciertamente pesimista. Acudió para ilustrar este tiempo a una anécdota risueña y preocupante: la confusión de un grupo de jóvenes del conurbano sobre el concepto de justicia social que emergió de un focus group. Más que la acción del Estado buscando corregir la desigualdad social, estos jóvenes la entendían como la acción social de vengar por mano propia el delito ante la inacción del Estado. La secuencia disparó risas. “¿Y entonces? ¿Cómo seguimos?”, preguntó alguien. La conclusión, coincidente, fue persistir militando en los espacios comunitarios contra viento y marea.
Por Pablo Bassi
Fotos: Pablo Candamil
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
Seguí leyendo Al Margen: