El sueño de productores y grupos de compras sigue en pie. Este viernes realizaron un “verdurazo” para demostrar que es posible. Carlos Irasola, de la Red de Alimentos Cooperativos Patagónicos, conversó con Al Margen y dijo que la pelota está del lado de la municipalidad.
En poco menos de dos horas, se vendieron los 500 kilos de verduras y frutas y sopa que productores de la región concentraron este viernes al mediodía en la plaza que linda con la Escuela La Llave. “El verdurazo”: así se promocionó esta iniciativa de organizaciones de frutihorticultores y grupos de compras de Bariloche, que reclaman la reapertura del Mercado Comunitario Municipal. Había papa a $1400 el kilo, zanahoria a $1200, cebolla a $1100. Todas sin químicos.
Si el mercado estuviera funcionando, los productores podrían acopiar mercadería para vender en la ciudad y regular, ciertamente, los precios de una plaza concentrada. En junio, informó la Cámara Argentina de la Mediana Empresa, los precios de los agroalimentos se multiplicaron 4,5 veces de la chacra a la góndola.
Carlos Irasola, integrante de la Red de Alimentos Cooperativos Patagónicos, conversó con Al Margen en Ideas Circulares (Radio C) sobre el conflicto abierto con la municipalidad.
-Hagamos un breve repaso: ¿Cuándo dejó de funcionar el mercado?
-En la gestión de Gustavo Gennuso se desguazó, se desparramaron las cosas para un lado y para otro y se instaló el Centro de Servicios de Herrería y Carpintería en el salón principal donde funcionaba el mercado.
-Estamos hablando del galpón que está detrás de la estación, sobre calle Vereerbrugghen.
-Sí, en realidad es bastante más que un galpón. Es un lugar muy adecuado para el funcionamiento de un centro de acopio y distribución que, en algún momento, tuvo también venta al público. Pero además, el lugar tiene cámaras de refrigerado y congelado que hoy no están accesibles a las organizaciones de productores y consumidores porque están siendo utilizadas para el abastecimiento de escuelas, cosa que vemos bien pero no que sea excluyente ni que haya eludido la opinión del directorio del mercado.
– ¿Cómo funciona el directorio del mercado?
-Hay una ordenanza que rige su funcionamiento, que prevé un consejo participativo asesor, que son las organizaciones de productores, elaboradores y consumidores que eligen sus representantes en ese directorio; luego hay representantes del Ejecutivo y del Concejo Deliberante. Yo integro ese directorio por las organizaciones; puedo decirte que estamos haciendo intentos frustrados para que el mercado se ponga en funcionamiento.
– ¿Cuál fue el argumento oficial de la gestión Gennuso para el cierre?
-Que era muy costoso mantenerlo y no era rentable.
– ¿Y el argumento de la gestión Cortés cuál es?
-La representante del Ejecutivo en el directorio, que es Silvia Ferrari, dice que lo quieren abrir, pero lo cierto es que no dan un solo paso en ese sentido. Por el contrario, persisten situaciones que van agravando la situación: en el lugar no hay servicio básico de limpieza, no hay calefacción en invierno, si llevás un caloventor salta la térmica porque hay problemas, el Centro de Herrería se iba a trasladar en marzo, después en junio, en julio, en agosto, estamos en septiembre y cada vez hay más fierros trabajando. No podemos meter una bolsa de papa ahí adentro.
-En una nota que te hicimos en marzo de 2022 decías que a la sociedad, en general, le fue difícil defender un mercado que no sentía propio, porque no había podido acercar al público productos de calidad a precios razonables, ni ser un espacio donde productores y consumidores tuvieran una relación más cercana, con una diversidad mayor de ofertas que sirviera a ambos lados del mostrador. ¿Hoy cómo sería esa relación?
-Imposible de saberlo porque no tenemos lugar. Nosotros somos organizaciones del pueblo, no somos el Estado. Estamos muy limitados, pero podemos llegar a hacer un montón de cosas, incluso contribuir sin duda con aportes alimentarios a descomprimir una situación que es muy seria.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular A Margen
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