Mientras las dudas sobre el rumbo del gobierno crecen y el ajuste aprieta cada vez más el bolsillo de los argentinos y argentinas, Milei saca a relucir su mejor habilidad: él es un showman. Se encienden las luces, los medios amigos y las redes sociales son el escenario y Lali Espósito, la famosa cantante y actriz, el blanco fácil. ¿Por qué el presidente se ensaña con figuras públicas que opinan distinto a él? ¿Cómo se explican estos ataques en medio de la crisis?
Es su primera presentación en el Cosquín Rock, un sueño, lleva un vestido negro, unas botas altas, está espléndida. Después de trabajar desde niña en televisión decidió lanzarse a la música y ahora está en la cima de su carrera. Antes de tocar el tema “KO”, Lali Espósito se toma unos minutos para hablarle a su público: “Lo más importante de todo, esto que somos nosotros, esta fiesta que somos los argentinos, esta unión que genera el arte, la música, la cultura, nadie nos lo va a sacar jamás. Esto depende de nosotros. Depende de quienes estamos acá arriba con ciertas responsabilidades y mucho amor, y depende de ustedes también acompañar y de defender. Esta canción es para los mentirosos, los giles, las malas personas, los que no valoran, los antipatria”.
La palabra antipatria tocó una fibra sensible del presidente Milei, que tiende a reaccionar con violencia. Y eso fue lo que hizo. En una entrevista con LN+, apuntó directamente contra la artista al llamarla “Lali Depósito” y cuestionar su participación en festivales públicos. Pero los agravios no terminaron ahí. Siguieron -y se agravaron- por redes sociales. En su cuenta de X, Milei retuiteó una imagen hecha con IA posteada por un seguidor donde se la ve a Lali con una bolsa de dinero y a su alrededor pibes pobres.
Sin embargo, el ensañamiento del presidente con figuras públicas que expresan opiniones distintas, no es algo nuevo. Ya lo hizo con las periodistas como María O’Donnell o Silvia Mercado por temas realmente menores.
El principal problema que enfrenta el libertario es que, hasta ahora, no hay señales a la vista de que su plan de gobierno vaya a funcionar. Con la Ley Ómnibus caída. El DNU pendiendo de un hilo. La inflación ahogando a las familias argentinas, jubilaciones mínimas que están por debajo de la canasta básica y la economía estancada. Una alianza con el PRO en puertas, con Mauricio Macri a la cabeza, como salvavidas a una situación que empeora cada día más.
En este escenario de creciente incertidumbre, Milei saca a relucir su mejor habilidad: la de showman. Se encienden las luces, los medios de comunicación amigos y las redes sociales son el escenario y Lali Espósito, la famosa cantante y actriz, el blanco fácil. ¿Por qué el Milei echa mano a esta estrategia mientras el país se prende fuego?
El show en las redes y en la tv es el lugar de la cancha que le queda cómodo. Y allá va, mientras su gobierno navega entre la crisis económica y la crisis política, a intentar fidelizar al sector de sus votantes que todavía no se desilusionaron, como puede ser el segmento de varones jóvenes, quienes además conforman gran parte del electorado libertario. Un informe de la consultora Analogías reveló que, a solo un mes de haber asumido, la imagen positiva de Milei cayó 5 puntos respecto de la que tenía en el balotaje. El estudio asegura que el 47% de la población opina que el jefe de Estado tiene actitudes autoritarias.
El mensaje de Lali en el Cosquín Rock fue, además, un claro llamado en defensa de la cultura. Eso molesta, porque Milei lo que busca -y para esto las redes le son una herramienta muy útil-, es fragmentar. Llevar las burbujas del algoritmo a la vida real, como si dentro del público que sigue a Lali no hubiera votantes suyos y de otros diversos partidos. En sus recitales hay un punto de unión y Milei busca fracturarla, porque la única salida a su proyecto de gobierno, es la organización colectiva. Lo demostró el paro del 24 y las manifestaciones contra la Ley Ómnibus, que en Buenos Aires, a las afueras del Congreso, fueron brutalmente reprimidas.
“Qué peligroso. Qué triste”, había tuiteado Lali Espósito en agosto pasado, tras la victoria de Milei en las PASO. El peligro acecha, porque estos ataques planificados y dirigidos, tienen un objetivo disciplinador. “Si te gusta el durazno, bancate la pelusa”, continuó el presidente en su raid mediático contra la cantante. “Respeto, aunque no comparto, que su plan dé la espalda o no priorice a la cultura, pero creo que la demonización de una industria y de las personas que la conforman no es el camino, siento que la asimetría de poder entre usted y los que ataca por pensar distinto y la información falsa vuelve a su discurso injusto y violento”, respondió la artista. Es que la Argentina, a la violencia política, ya le dijo nunca más.
Por Camila Vautier
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen