La estructura de pensamiento del Presidente Milei, basada en la escuela austríaca del pensamiento económico, es tan endeble que solo puede ser sostenido mediante mentiras y falacias. Quienes hemos vivido la Década Ganada (2003-2013) sabemos que allí tenemos evidencia empírica sobrada para dar cuenta de que Milei tiene la legalidad y la legitimidad pero no la verdad.
Néstor Kirchner en Villa Palito, provincia de Buenos Aires, 7 de enero de 2004
El Presidente Milei sostiene su pensamiento político en tres premisas económicas fundamentales: a) el individuo busca su bienestar compitiendo frente a otros individuos, b) el lugar físico de competencia es el mercado (en sus distintas formas y tamaños) y, por eso, c) cualquier restricción a la libre competencia entre individuos dentro del mercado es una distorsión. Este es el típico pensamiento de la escuela austríaca de economía que necesitamos comprender para entender el trasfondo de las decisiones tanto del DNU como del paquete de leyes enviadas al Congreso Nacional. Un economista que adhiere a este pensamiento está formado en microeconomía y descree profundamente de la macroeconomía: la microeconomía estudia a los individuos, la macroeconomía solo la hacen los gobiernos.
Para los libertarios, el funcionamiento de la sociedad sólo es posible desde individuos libres compitiendo entre sí a todo momento y en todo lugar. Por eso, las instituciones del Estado, la Nación y la Patria son elementos distorsivos. Y sólo así se entiende que sus decisiones sean desde un profundo pensamiento anti-Estado, anti-Argentina y apátrida. Para Milei, antes que la Argentina, está el mercado global.
En síntesis, Milei es un apátrida. No cree en los límites territoriales ni en la necesidad de una política exterior ni mucho menos en la Defensa Nacional ya que son elementos que interfieren en la libre competencia de individuos en el mercado global. Sólo de esta manera es posible entender su propuesta de eliminar la Zona de Exclusividad del Mar Argentino, permitir la compra de tierras en límites del territorio nacional o permitir el ingreso libre de manufacturas importadas al mismo tiempo que arancelar un 15% a las manufacturas de origen nacional (entre tantas otras propuestas en esta dirección apátrida).
Por ende, el Presidente sostiene su pensamiento (y por eso su política) en tres mentiras estructurales que considera honestamente como verdades: a) hace 100 años hay decadencia (y por eso ellos son la solución), b) la justicia social es una mentira (porque genera déficit fiscal), y por eso, c) la competencia es superior a la solidaridad como base del desarrollo socioeconómico (porque el mercado ordena por sí solo la sociedad). Sin embargo, el Presidente no menciona en ningún momento que la Década Ganada se hizo a partir de 3 premisas que contraponen sus mentiras con la realidad:
Superávit fiscal y comercial: “El país no puede continuar cubriendo el déficit por la vía del endeudamiento permanente ni puede recurrir a la emisión de moneda sin control, haciéndose correr riesgos inflacionarios que siempre terminan afectando a los sectores de menos ingresos. Ese equilibrio fiscal tan importante deberá asentarse sobre dos pilares: gasto controlado y eficiente e impuestos que premien la inversión y la creación de empleo y que recaigan allí donde hay real capacidad contributiva” Néstor Kirchner 25 de mayo 2003
Estado Nacional como armonizador entre el capital y el trabajo: “También queremos la rentabilidad empresaria, esa contradicción entre rentabilidad empresaria, mejoramiento en la distribución del ingreso y crecimiento salarial de los trabajadores es absurda, a mayor rentabilidad empresaria va a haber mayor crecimiento del poder adquisitivo de los trabajadores” Néstor Kirchner 20 abril 2007
La Justicia Social (y por eso la solidaridad) como eje del desarrollo económico: “Yo estoy alegre, contento y con muchísimas ganas, pero quiero vivir en una Argentina donde los argentinos recuperemos la justicia social, donde pasito a pasito nos vayamos dando cuenta que recuperamos la solidaridad, donde peleamos contra la corrupción, donde volvemos a reconocer como valor central el trabajo, donde premiamos la inversión, donde miramos y sabemos que hay otros hermanos al lado que están sufriendo desesperadamente la situación que tienen, que hay chicos que están en sus casas queriendo conseguir trabajo y no pueden, porque se fueron generando circunstancias para vivir estos temas, a pesar del avance que hemos estado teniendo todo este tiempo” Néstor Kirchner 20 abril 2004
Con estas 3 consignas durante los años 2003 y 2013, logramos tener el salario en dólares más alto de Latinoamérica, llegando en 2012 a U$S 1436; la capacidad instalada industrial en sus niveles más altos de la democracia en casi el 80%; la distribución de la riqueza rondando el 50-50 (aunque lejos de los niveles de 1974 en términos de condiciones laborales); la menor cantidad de planes sociales de la democracia (porque el peronismo cree en la generación de empleo por eso un trabajador más es un plan menos); y la deuda del Estado Nacional más baja de la democracia.
Como mencionamos en “La fuerza es el derecho de las bestias”, el que destruyó el salario en dólares de los trabajadores, la capacidad instalada de la industria, la participación de los trabajadores en la renta y aumentó tanto el otorgamiento de planes sociales como la deuda del Estado Nacional fue el expresidente Macri. El Presidente Milei debe hablarle a Macri del fracaso y la decadencia y no a la Década Ganada que le permitió vivir con dignidad al pueblo argentino. Pero no conforme con ello, las tres figuras centrales del actual gabinete (Sturzenegger, Caputo y Bullrich) son parte reciente del fracaso estrepitoso de la decadencia y empobrecimiento que menciona el Presidente.
Hasta el editor general de Clarín escribió que “Sturzenegger fracasó con De la Rúa, fracasó con Macri y ahora va por su tercera estrella”. También el jefe de redacción el mismo diario escribió “Milei empuja una transformación que remite al XIX. El mundo se encamina a la mitad del siglo XXI”. Hecho no menor, entendiendo que Clarín representa el pensamiento del “medio pelo” argentino que es parte de ese 25% de votos prestados que llevó a Milei a la Presidencia de la República.
Por eso, los que vivimos la Década Ganada no podemos hacernos los sotas. Hay que salir a todo momento y en todo lugar a persuadir de que la competencia (propia de la cultura anglófila) no es superior a la solidaridad. En este pueblo mestizo maravilloso no podemos permitir que se consolide una matriz anglófila de sociedad. La libertad de dar es inmensamente superior a la libertad de tener: ningún argentino puede ser feliz con 30% de sus compatriotas pobres al lado. Por más que se pueda tener todo el dinero posible, no hay felicidad en una Patria infeliz. Y que esta posición es perfectamente compatible con un Gobierno que crea trabajo y justicia social.
Por eso, nosotros proponemos la Comunidad Organizada (que es contraria al colectivismo como erróneamente repite el Presidente y también contraria al individualismo). El individuo solo se realiza si su comunidad se realiza. No buscamos que la comunidad desintegre al individuo ni que el individualismo desintegre la comunidad (como propone Milei). Buscamos la armonía entre el individuo y su comunidad. El ejemplo empírico más extraordinario que le ofrecimos a los pueblos latinoamericanos de qué es la Comunidad Organizada fueron los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo donde se expresaron todos los componentes de nuestra casa común. Fue el punto más alto del Modelo Nacional y Popular que supimos construir y que pervive en el inconsciente colectivo.
Hicimos un extraordinario proyecto de país (2003-2013) que le demostró al pueblo argentino que se puede generar trabajo y producción (y por eso dignidad) con un Estado Nacional acotado (10 ministerios), recaudando más de lo que se invierte y dejando que florezcan las flores entre el capital y el trabajo en comunión y con el acompañamiento (no el sometimiento) del Estado. Fracasó el peor equipo de los últimos 50 años con Macri, profundizaron dicho fracaso Alberto Fernández y Cristina, y ahora, antes de ser, fracasó Milei a quien le espera su propio vaticinio: acordate Milei, que quien las hace, las paga.
Sólo queda en pie la Década Ganada que supimos construir con valentía y patriotismo. A preparase compañeros y compañeras, que más temprano que tarde nos toca devolverles la alegría, la esperanza y la dignidad al pueblo argentino.
“Queremos recuperar los valores de la solidaridad y la justicia social que nos permitan cambiar nuestra realidad actual para avanzar hacia la construcción de una sociedad más equilibrada, más madura y más justa. Sabemos que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente (…) al contrario del modelo de ajuste permanente,el consumo interno estará en el centro de nuestra estrategia de expansión. Precisamente para cumplir con esta idea de consumo en permanente expansión, la capacidad de compra de nuestra población deberá crecer progresivamente por efecto de salarios, por el número de personas trabajando y por el número de horas trabajadas”
Néstor Kirchner.
Por Juan Martín Azerrat (politólogo, becario doctoral CONICET, doctorando en Ciencia Política en la Universidad Nacional de San Martín)
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen