La organización Gente Nueva se manifestó frente a los hechos de violencia que durante las últimas semanas ocurren en las calles del barrio Virgen Misionera y señaló públicamente la preocupación por los incidentes que se agravan con el correr de los días y la necesidad de trabajar de manera conjunta en el conflicto.
“Hace varias semanas que el barrio viene atravesando situaciones de violencia conflictivas, lo que nos tiene preocupados y ocupados en dos líneas: una es la de poder tener respuestas y un trabajo articulado en forma institucional entre los distintos organismos competentes que intervienen para ver qué respuestas le corresponde a cada cual”, señala Federico Ingaramo, referente de Gente Nueva, organización a cargo de la gestión de las cinco escuelas del barrio.
En este sentido, se pusieron en contacto con la Fiscalía, con otras organizaciones instituciones barriales como SENAF y con la defensoría de menores. Asimismo, realizaron la exposición policial solicitando presencia en los horarios escolares de los establecimientos para llevar tranquilidad a las familias de los más de 800 estudiantes que concurren a estas escuelas.
“Hay que tener en cuenta que si hay menores involucrados se actúe en forma consecuente con eso, respetando los derechos de jóvenes que estén siendo parte de algunos hechos y, obviamente también, con el tema judicial y legal que corresponde ante los hechos de violencia o delictivos que hay. Eso por una parte, pero también, en esa segunda línea, estamos apelando a un momento de mucha responsabilidad comunitaria y de lazos barriales, familiares”, continúa Ingaramo y hace hincapié en un escenario donde priman los discursos de odio, la intolerancia, el individualismo.
“La responsabilidad comunitaria va a ser central para lo que estamos viviendo, pero también para lo que se viene. Como organización social queremos ir por las dos partes, porque tenemos esa responsabilidad, de poder ser parte de un entramado y de una articulación territorial en lo que nos corresponde y nos responsabiliza, como organización que tiene escuelas, proyectos, que tiene su presencia en los barrios, pero también trabajando mucho con la familia. Acá hay una responsabilidad adulta sobre los jóvenes pero también sobre la vida misma de cada uno y de los niños y niñas que están en los barrios”.
En ese sentido, señala, la situación de violencia es una preocupación real por los casi mil estudiantes que concurren en forma diaria a las cinco escuelas que la organización tiene en el barrio Virgen Misionera, las más de 500 familias que también acompañan a sus hijas y a sus hijos y los casi 200 trabajadores que diariamente están en el barrio.
“Tenemos derecho a vivir tranquilamente y apelamos en ese sentido a un momento de paz. Sabemos que hay muchas cuestiones de fondo no resueltas que posiblemente exploten aún más, pero por eso mismo apelamos al lazo comunitario, a la paz, a la solidaridad, teniendo en cuenta también que salimos por cuestiones que son emergentes o conflictivas, pero el barrio es un barrio de familias muy trabajadoras, muy solidarias, que acompañan a las instituciones. Un barrio que se hizo comunitariamente de muchas necesidades, pero también de muchos sueños. Esa parte también la queremos contrapesar”.
– ¿Tuvieron alguna respuesta?
– La parte institucional nos muestra una vez más las limitaciones. No por los trabajadores de los organismos, donde no hay crítica en tanto que están dentro de estructuras, pero hay mucho límite en lo que estamos escuchando desde la Fiscalía, las fuerzas de seguridad y la misma Senaf respecto a poder mediar y dar soluciones al tema. Todo recae en ciertas actuaciones de Senaf que no están ocurriendo, posiblemente por limitaciones que tenga el mismo organismo por falta de recursos o lo que sea, pero todas las trabas, cuando hay menores involucrados en situaciones conflictivas, terminan la no respuesta del Organismo de Protección de Derechos. Estamos esperando la renovación provincial de la responsable de la Senaf para ponernos en contacto y plantear la urgencia que tiene este asunto, pero es entre todos. Me parece que es una situación que involucra a las organizaciones barriales, comunitarias y también a las instituciones de otra índole.
Es así que, hasta ahora, en términos preventivos, lo que hay hace dos semanas es más presencia policial a partir de las 18 horas, esperándose que a partir de la semana que viene, con refuerzos de personal por temporada, se sume personal para prevención durante el día también en el barrio. “Ahí lo que estábamos planteando es justamente que las actuaciones que involucren a menores estén ajustadas a derecho para respetar las garantías y derechos que tienen jóvenes que estén en alguna situación de conflicto, pero también es requerimiento de las mismas escuelas y las mismas comunidades estar más tranquilos en horarios escolares por situaciones que se puedan dar. Entonces reforzar la presencia en forma preventiva no punitiva ni intimidante”.
Asimismo, adelanta que se está pensando en dispositivos organizacionales para tener durante el verano espacios de encuentro y de intercambio para que el verano no sea sólo un transcurrir y haya propuesta en el barrio. “Estamos en contacto con la Municipalidad a ver si hay propuestas de ese lado y nosotros como Gente Nueva también viendo qué podemos sumar a este tiempo de receso. Cuanto más tengamos presencia y cuanto más tengamos espacios de esparcimiento y de recreación para los pibes y las y los jóvenes del barrio creo que puede contribuir a esto que decíamos al principio: seguir siendo un barrio de laburantes, de gente con ganas y con sueños de vivir mejor”.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Al Margen
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