Impulsados por la Fundación Gente Nueva, en coordinación con quince muralistas de larga trayectoria, se realizaron en forma simultánea once obras en distintos barrios de Bariloche. La iniciativa, lejos de concluir, se propone continuar con nuevos proyectos para acercar el arte a toda la comunidad.
Pensando el arte como protagonista y herramienta de transformación, la Fundación Gente Nueva, en conjunto con un grupo de muralistas, se propusieron intervenciones en diversos barrios de nuestra ciudad: el despliegue colectivo culminó con once murales y la participación de nueve escuelas en el proceso.
“El impulso nació con la visita del artista platense Luxor a principio de año. En esa oportunidad llegamos a realizar murales en dos escuelas del Barrio 2 de abril, una de las cuales había sufrido un incendio. A partir de eso, junto con la artista Alicia Pez, pensamos en amplificar, no sólo la movida de murales, sino la cuestión de llegar a los barrios en articulación con un conjunto de artistas de Bariloche”, cuenta Federico Ingaramo, de la Fundación Gente Nueva.
Es así que, mediante una importante coordinación con 15 muralistas de Bariloche, la experiencia se amplió a escuelas en Virgen Misionera y Villa Llanquín, además del Barrio 2 de abril. “Se pudo articular entre la parte artística, los referentes de cada territorio, de cada espacio educativo, y también la pata nuestra de la organización para generar las condiciones, los recursos, los insumos. Fue una semana en la cual en forma simultánea había once murales pintándose en barrios de Bariloche”, continua.
El trabajo previo requirió reuniones entre los muralistas y los referentes educativos de cada espacio, lo cual permitió trabajar los bocetos, las ideas, las dinámicas comunitarias que cada escuela fue encontrando como para poder, en esta semana, plasmar los murales. “Algunas escuelas lo hicieron con alumnos, otras con las familias, otros con vecinos del barrio, otras con las mismas compañeras o compañeras educadores. Se generó una instancia muy piola, que dentro de lo que es la organización Gente Nueva viene siendo, pero que explotó en esos 15 días”.
Lo cierto es que, sobre todo en este contexto particular, la necesidad de dar relevancia a las cuestiones artísticas sobresale junto con el significado profundo que tiene el arte en los barrios. “Veníamos haciendo una movida comunicacional donde trabajamos el lugar del Estado, de la educación, de la salud, el acceso a la tierra y el derecho también al arte y a la belleza en los barrios y a la participación popular de instancias que mejoran no solo la cuestión visual sino cómo eso se fue construyendo. Me parece que junto al proceso artístico hay también un proceso organizativo y comunitario que nosotros impulsamos, pero fundamentalmente acompañamos, porque lo lindo y lo rico de esta instancia es que Gente Nueva fue un actor más: lo que hicimos fue acompañar a un conjunto de muralistas que pensó, diseñó, organizó y ejecutó una política y una propuesta artística comunitaria y barrial inmensa”.
La distribución de la belleza
En una ciudad turística donde la postal generalmente queda reducida a un circuito muy específico, estas labores también toman otra dimensión en busca de ampliar esas fronteras. “Los que vivimos y estamos en los barrios también tenemos el derecho y la capacidad para poder hacerlo. Queremos como organización que se sigan haciendo cosas en este sentido, ya sea murales, teatro, música, cuestiones deportivas. En los barrios sabemos que es fundamental para mejora la vida cotidiana. En esta etapa del país tan complicado, poner belleza, poner encuentro, poner arte en los barrios es un signo de que se puede, de que necesitamos otra cosa, de que somos capaces de pensar y hacer las cosas de otra manera”, afirma Ingaramo.
Por su parte, la artista visual Alicia Pez señala la importancia de generar el encuentro entre tantos artistas que trabajan de lo mismo y sin embargo no se conocen. “A diferencia de los músicos o de los teatreros, que arman festivales o se juntan a tocar, en las artes visuales es más difícil ese encuentro. Entonces, también se trató de encontrarnos entre artistas, hacer algo en común y hacer lo que nos gusta. Esa era la invitación: autoconvocarnos a hacer lo que nos gusta teniendo todo el empuje y el apoyo de la Fundación”, dice y señala el mural como una forma del arte de alto impacto: “Está ahí, está en la calle, es para todos. Una galería a cielo abierto”.
Junto con la instancia de encuentro entre artistas, también destaca la experiencia comunitaria de llevar la obra adelante. “Nos organizamos por zona en los tres territorios donde Gente Nueva tiene escuelas y armamos grupos para cada territorio de manera que pudieran crecer todos estos murales en simultáneo. Nos gustaba también incluir a la comunidad escolar y territorial, es una forma de que se apropien de esos murales, de esas paredes y de esas posibilidades de expresión. Creo mucho en el arte desde la sola belleza, después puede haber conceptos, discursos, otro montón de cosas que siempre hay, pero sólo ponerles colores a las calles ya me parece hermoso. Me imagino una ciudad de colores y me la imagino hermosa realmente”.
La reconocida ilustradora recuerda el antecedente del mural realizado con Luxor a dúo en la escuela de Virgen Misionera. “En realidad no soy muralista, soy una intrusa, aunque tenía algunas experiencias y Luxor tenía muchas ganas de trasladar la idea de lo que es la Ilustración en un libro a un mural, hacer esa mezcla. Entonces pensamos en una imagen narrativa que cuenten y hay una fusión que estuvo muy buena”.
Después de la experiencia, que además de Alicia Pez y Luxor contó con la participación de Naty Boom Boom, Ale Giusto, Juli Japines, Sato, Andreina Poli, Walo, Vivi Dziewa, Charly Mariño, Mariana Ravioli, Lili D’urzo, Yapan, Kyre, Mati Cerati y Vale Aves Baradit, el hecho artístico no parece terminarse aquí, sino por el contrario, apenas ser el comienzo.
“Siento que es una semilla para que esto se expanda. Teníamos esas ganas de que no sea una cosa eventual sino un antecedente: podemos juntarnos entre un montón de artistas y se pueden hacer cosas alucinantes: es organizarse, poner una fecha, armar una idea y buscar formas de llevarla a cabo. Poder romper esos límites de la postal me parece que está bueno. Llevar el arte más allá del circuito clásico. No lo estamos haciendo para la fachada, es algo mucho más profundo y que realmente produce cambios asombrosos en la gente. Realmente es muy poderoso lo que se puede transmitir, lo que se puede cambiar el mundo a través del arte. Para mí esto recién empieza”, concluye.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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