El pasado martes se realizó la inspección ocular para entender qué pasó el 25 de noviembre de 2017 cuando asesinaron al joven mapuche. Durante seis horas imputados y testigxs, revivieron el ataque.
Es 24 de octubre. Son las 11 de la mañana. Un gran operativo a cargo de diversas fuerzas de seguridad ha sido desplegado una vez más en la zona de Villa Mascardi, Rio Negro. El foco está puesto nuevamente en la tranquera que da inicio al territorio que reivindica territorialmente la Lof Lafken Winkul Mapu aunque las zonas linderas también están colmadas de efectivos de la Policía Federal, Policía de Rio Negro y Gendarmería.
El paisaje es soñado: el lago Mascardi está totalmente planchado ya que no corre una gota de viento, el cielo está totalmente despejado y un sol radiante ilumina las puntas de los cerros nevados. A pesar de las postales, los vehículos demorados esperan con caras de pocos amigos mientras escuchan a los efectivos explicarles que es para “garantizar que el operativo judicial pueda desarrollarse con normalidad”.
El operativo del que hablan es la inspección ocular, solicitada días atrás por el Ministerio Publico Fiscal, que forma parte de la causa que busca esclarecer el asesinato de Rafael Nahuel. El joven mapuche murió de un tiro que ingresó por su espalda en noviembre de 2017 mientras se encontraba resistiendo junto a su comunidad en las tierras en disputa. El violento desalojo ordenado por la gestión del ex presidente Mauricio Macri, dejó como saldo varixs adultxs y niñxs mapuches detenidxs, heridxs con balas de plomo y una muerte.
Por este hecho, se encuentran imputados cinco efectivos del grupo “Albatros” de la Prefectura Naval Argentina: Sergio Guillermo Cavia, Juan Obregón, Sergio García, Carlos Sosa y Francisco Javier Pintos. Este comando especial de Prefectura se sumó a los más de 300 efectivos de Gendarmería y Policía Federal que intervinieron aquel día en el lugar.
Hay dos teorías girando: por un lado, el enfrentamiento armado que sostiene que ambos bandos actuaron en legítima defensa, instalada por Patricia Bullrich, ministra de seguridad en ese momento; y por el otro, una especie de cacería humana hacia lxs integrantes de la Lof, simulando las épocas más violentas y de barbarie que tuvo la historia argentina con la Campaña del Desierto.
El juicio llegó 6 años después y no en las mejores condiciones. Desde el 15 de agosto de este año, Fiske Menuco (General Roca) se convirtió en el escenario principal del proceso ya que el Poder Judicial Federal resolvió que las audiencias sucedan allá, a más de 500 km de donde se produjeron los hechos. Familiares, testigxs, amigxs, comunidades mapuches y quienes acompañan la causa pidieron seriamente que se hiciera en Bariloche por las distancias. A pesar de los pedidos formalizados por los abogados de la querella integrantes de la APDH, Rubén Marigo y Ezequiel Palavecino, no tuvieron éxito.
Es más. En Bariloche, a 30 km aproximadamente de donde sucedió todo, existe un Juzgado Federal en condiciones de asumir un caso con estas características. Sin embargo, se decidió hacerlo allá, y es por eso que diferentes organismos de derechos humanos han denunciado públicamente y en reiteradas oportunidades, este hecho como uno más de racismo hacia el pueblo nación mapuche.
A lo largo de estos meses sucedieron diversas audiencias, algunas virtuales, otras presenciales. Ya se expusieron las pruebas recabadas hasta el momento y brindaron testimonio lxs testigxs presentadxs. Jornadas tensas y emotivas fueron las que tuvieron como protagonistas a Johana Colhuan, Fausto Jones Huala y Lautaro González Curruhuinca, integrantes de la comunidad y piezas claves en el armado del rompecabezas, ya que fueron ellxs quienes estuvieron cuando Rafael recibió el disparo y luego descendieron con su cuerpo. De hecho, el mismo día de la muerte, también Colhuan recibió un disparo en su brazo y resultó seriamente herida. Por eso, durante la inspección ocular tuvieron un papel crucial.
Inicia el operativo
A la altura de la tranquera que da ingreso al territorio que está en disputa, se ha formado un cordón humano de efectivos de la Policía Federal que toman lista de las personas autorizadas a ingresar e impiden el paso de las que no. Hasta allí, han llegado integrantes de comunidades mapuches con sus hijxs cultrunes y trutrucas, algunxs trabajadorxs de prensa y la comitiva autorizada para realizar la inspección ocular.
“Pidan la palabra para que sea lo más prolijo y dinámico posible. Va a haber tiempo para asentar lo dicho, tenemos todo el día. Como somos muchos y los senderos son chicos, si no ponemos un poco de orden va a ser un lío”, dijo uno de los tres jueces intervinientes para dar inicio.
Y siguió: “si las defensas necesitan que los imputados se acerquen a los testigos avisen. Vamos a estar todos separados, Nosotros adelante con los testigos e imputados atrás. Vamos en función de los requerimientos de lo que van manifestando los testigos, observando y si necesitan alguna consulta, acercamos a los imputados. Como si estuviéramos en juicio. Tratemos de pedir la palabra para no pisarnos porque la ansiedad está”.
La charla fue encabezada por los jueces del Tribunal Oral Federal de Roca, Alejandro Silva, Simón Bracco y Pablo Díaz Lacava y fue pensada para despejar cualquier tipo de duda sobre el operativo.
El fiscal de la causa, Rafael Vehils Ruíz, escuchó con atención las indicaciones de los jueces junto al resto de la comitiva que luego recorrería el territorio. También estuvo Mariano Przybylski, director nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos, ya que el organismo estatal interviene como querellante en la causa.
Los jueces finalizan explicando cuáles serán las paradas, “Primero Puesto Tranquera, después Puesto Mochila, Antena 1, Antena 2, donde se visualizó el perro. Me parece que Lescano es el que nos tiene que ir guiando porque es el que estuvo y es el suboficial de mayor graduación.” Se refiere al suboficial Francisco Lezcano, que participó de la patrulla de reconocimiento al terreno horas antes del asesinato. Lo había hecho junto a tres de los imputados: Sosa, Cavia y García. “Va a ir diciendo por dónde ascendieron, dónde los binomios se separaron, dónde ubicaron el perro, dónde se ubicaron los otros binomios, cómo bajaron y cómo se replegaron. Van a surgir cosas, vamos a parar, paciencia y orden”, finalizaron.
Fuerza espiritual para lxs testigxs
Mientras se desarrollaba la inspección, integrantes de comunidades mapuches, allegadxs a la Lof Lafken Winkul Mapu y representantes de la Multisectorial contra la Represión pudieron hacer la guardia desde el rehue, un altar sagrado de suma importancia para la Lof y la cultura mapuche. No fue fácil porque en un primer momento y a pesar de haber dialogado con los jueces, ese vallado humano conformado por efectivos de seguridad no les permitía el acceso. Pero luego, gracias a la presión ejercida, se consiguió el objetivo que era realizar ceremonias para brindar newen o fuerza espiritual a sus lamngen, quienes estaban encabezando el operativo.
Al Margen pudo conversar con la machi Betiana Colhuan. A diferencia de todo lo que se había escuchado ese día, ella inició la conversación en su idioma, el mapudungun. Un rato antes había compartido mates alrededor del fuego con quienes pudieron ingresar a esta parte del territorio que reivindican. Entre amargo y amargo surgieron charlas interesantes sobre feminismos, luchas de los pueblos originarios, reflexiones en torno a los derechos humanos y al ser una sociedad verdaderamente plurinacional. Varios de estos pensamientos se plasman mientras amamanta a uno de sus hijos.
“Hemos llegado nuevamente al territorio que está muy militarizado. Rafael Nahuel dejó su vida resistiendo, defendiendo este territorio donde hoy se encuentra el rehue, un espacio de celebración sagrado para nosotros, para nuestra conexión y nuestro ser mapuche. Este territorio ha sufrido tanta represión, atropellos, nos han tirado tiros, nos han gaseado. Es en este mismo territorio donde de esa misma forma le quitan la vida por la espalda a Rafael. Hemos vuelto hoy con tanto despliegue policial de distintas fuerzas, federales, gendarmería. Nuevamente nos vimos hostigados, agredidos por la policía”.
Muy clara y segura continúa: “es difícil volver al territorio, encontrarlo en el estado en que está, con tanta violencia hacia el espacio, está destruido. Nuestras casas están demolidas, nuestro rehue profanado, que es nuestro ser más sagrado. Por eso nuestra cultura espiritual, nuestro ser mapuche también se ve agredido y violentado. Vinimos la semana pasada en el marco del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias. Vimos el estado del espacio y del rehue. Una semana después volvemos a venir y volvemos a ver esto. En nuestra ausencia siguen profanando, siguen manoseando, cambian las cosas de lugar, las tocan. Ni hablar de los tratos y violencias recibidas de parte de fuerzas policiales y represivas del Estado”.
Mientras observa como uno de los integrantes de la Lof acomoda escombros de lo que antes era su ruka, su casa, dice que “estamos esperando que los lamgen puedan bajar, estamos apoyandolos espiritualmente y anímicamente para que ellos tengan la fortaleza porque es un proceso difícil volver a recordar los momentos en los que la policía se llevó la vida de un hermano acá en el territorio y para nosotros como comunidad revivir esos momentos”.
Montaña arriba
Así la pequeña comitiva inició la inspección ocular en la que recorrieron más de 1000 metros, montaña arriba, para llegar al lugar in situ donde murió Rafael. Recién descendieron pasadas las 17,30 hs, luego de 6 horas intensas y emotivas.
Lxs primerxs en bajar fueron lxs miembrxs de la Lof a lxs que se lxs vio muy enterxs al ser conocedorxs del territorio y al estar acostumbradxs a vivir en la montaña. Difícil fue para el resto de la comitiva que tardó un poco más e incluso reconocieron las dificultades del terreno tanto para subir como para bajar.
Los tres jueces fueron los primeros en dejar Villa Mascardi rápidamente, escoltados por efectivos de seguridad, sin tener contacto con la poca prensa que había hecho guardia a la vera de la ruta 40 ni con integrantes de la comunidad. El resto de los presentes aprovechó para reunirse nuevamente a orillas de la tranquera, de forma espontánea para charlar sobre lo vivido montaña arriba.
“Fue muy duro”, se escuchó decir. En todo ese tiempo convivieron imputados y testigxs, recorriendo, reviviendo y regresando al lugar de los hechos por segunda vez. Colhuan, Jones Huala y Gonzalez Curruihunica no habían vuelto a esos lugares particulares después de aquel día. Y brindaron su versión pero también escucharon a los Albatros.
Para esa hora el operativo de seguridad seguía intacto. Muy agotado se lo vio al fiscal de la causa Rafael Vehils Ruiz, quien luego de hidratarse y tomar un poco de aire, dialogó con Perycia y lavaca.org.
“Fue muy interesante porque lo que nosotros buscábamos era lo que obtuvimos. Ver el lugar. Preguntamos a la gente sobre las condiciones climáticas de ese día y fueron muy parecidas. Lo mismo con la visibilidad. Hay lugares que tienen más maleza pero está bastante bien conservado el lugar de los hechos”, explicó el fiscal y agregó, “se indicó donde cayó Rafael Nahuel. Cada una de las partes dio su versión y en definitiva lo que queríamos con la fiscalía era conocer in situ el lugar de los hechos para tener una noción más acabada de lo que en definitiva en declaraciones tanto testimoniales como indagatoria se habían hecho conocer”.
Vehils Ruiz explicó que lo narrado por testigxs sí estuvo bajo juramento, en cambio lo que expusieron los imputados no. Por lo tanto, en su derecho de defensa pueden decir lo que les parezca. Pueden mentir, no se le puede decir nada al respecto. No así los testigxs que si mienten están bajo juramento y les acarrea una consecuencia penal. “Por supuesto que la fiscalía tiene una teoría del caso y esta inspección nos aportó bastante a lo que venimos conversando”, dijo.
Por cuestiones procesales, no pude adelantar a qué teoría se refiere, pero sí adelantó, “tenemos un camino marcado que es el que marcó la Dra. Little a través de su acusación originaria”, se refiere a la primera fiscal del caso Sylvia Little, “esa es la guía nuestra, veremos si estamos de acuerdo con ella o no”.
Es posible que el fiscal solicite un careo entre los peritos que hicieron la primera y la tercera peritación balística, porque llegaron a conclusiones contradictorias, a pesar de haber analizado el mismo proyectil y las armas secuestradas a los sospechosos.
En la realizada a mediados del 2018, los peritos oficiales Roberto Nigris y Karina Uribe, del Poder Judicial de Río Negro, con la adhesión de la perito designada por la querella Silvia Bufalini, informaron que la bala había sido disparada del subfusil MP5 del Albatros Francisco Javier Pintos. Esa fue la primera peritación que se incorporó en ese momento a la investigación. Pero a principios de 2021, peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) del Ministerio Público de Salta concluyeron que el proyectil calibre 9 milímetros que mató al joven mapuche, salió del arma que portaba el albatros Sergio Guillermo Cavia.
“Lo que podemos hacer es adecuar y resignificar la calificación legal en base a elementos que se aporten en esta etapa que es la de la certeza porque justamente venimos de una etapa de sospecha y una etapa de probabilidad con el auto de procesamiento. De las distintas alternativas procesales de la etapa de certeza, se crea el ánimo justamente de certeza que hay que modificar. Bueno entonces se modificará siempre y cuando existan esos elementos de convicción”, concluyó el fiscal conforme con lo sucedido en la jornada.
Una vez finalizado el operativo, Al Margen también habló con el director nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional, Mariano Przybylski. El organismo que depende de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación es querellante en la causa.
“Esta prueba era importante porque venimos hasta ahora en todas las audiencias escuchando testigxs. Nos van contando cada uno su punto de vista pero es la primera vez que tanto el Tribunal como los abogados pudimos ver en el lugar los hechos y dónde los testigxs nos fueron contando acá pasó tal cosa y acá otra. Eso te genera otra visión, sobre todo para el Tribunal que tiene que resolver”, dijo ni bien empezada la entrevista.
“Fue fuerte para todos”, siguió, “sobre todo para Johana Colluan, Fausto y Lautaro que estuvieron ahí. Johana estuvo al lado de Rafa y ella misma recibió un disparo. Nos dijo que no había vuelto a ese lugar desde aquel momento, con lo cual el momento en el que llegamos al lugar donde cayó Rafa fue muy fuerte”, contó Przybylski.
Explicó que fue muy importante marcar el lugar en donde le pegaron el tiro que terminó con la muerte de Rafael. “Todos pudimos ver el ángulo que coincide de abajo para arriba y de izquierda a derecha que son los orificios de bala que tuvo Rafa. Coincidieron con los restos de las vainas que habían disparado. Esto confirma todo lo que venimos hablando y viendo y te da una referencia in situ de eso. Es fuerte verlo”, insistió.
El funcionario reflexionó: “ningún gobierno ni ningún funcionario está exento de que una fuerza de seguridad que dependa de si, un agente o una fuerza de seguridad cometa un hecho de violencia institucional. Puede pasar. Ahora la diferencia es cómo reacciona un gobierno ante eso. Un gobierno puede salir a justificarlo, apoyarlo, marcarlo como ejemplo que es lo que pasó o sancionar y decir esto no puede pasar más. Separar o ponerse a querellar e investigar qué es lo que pasó para que haya responsables. Esas son las diferencias que te van marcando y bajando línea para que las cosas no pasen más porque si vos lo marcas como un ejemplo es bastante probable que siga pasando”.
Conforme con los resultados de la inspección ocular, el funcionario remarcó, “vimos donde empezaron los primeros disparos que estaban marcados con la recolección de las vainas, seguimos subiendo, vimos donde terminó muriendo, lo vimos en el terreno y lo vio el Tribunal. La expectativa es que esto termine como tiene que terminar, que es por una condena por homicidio. Yo no veo otra posibilidad que no sea esta”.
El territorio atropellado
“Es una tristeza hoy volver al territorio y verlo atropellado. Igual que a nosotros, lo mismo fue al territorio”, dice la machi Betiana Colihuan “Atropellado, herido, contaminado, violentado”, son palabras que repite una y otra vez.
“Somos pueblos pre existentes que vivimos en esta sociedad, que se nos ha impuesto una nacionalidad, un idioma, una forma de educación, de salud, pasando por encima nuestra propia cultura y creencias. Gran parte de nuestra gente mapuche ha sido lanzada a las periferias de las ciudades, despojados de sus territorios e identidades lamentablemente”, dice la machi pero asegura que la comunidad no se rinde, “estamos en una lucha por recuperar lo robado, por fortalecer nuestra cultura, nuestra espiritualidad, nuestro ser mapuche. Entendemos que eso es grave porque para el Estado es un peligro que nosotros hoy estemos tratando de fortalecernos. Nos estigmatizan llamándonos violentos, terroristas. Nos tildan de indios salvajes, ignorantes, terroristas, delincuentes, violentos. Nuestro único objetivo es la protección de los territorios sagrados. Proteger el agua, las montañas. No es solo por nosotros esta lucha sino por todas las generaciones.”
Cómo sigue el juicio
El juicio entró en su etapa final. El 1 de noviembre se incorpore la prueba de la inspección ocular y los imputados puedan ampliar su declaración. Uno de los imputados, Cavia, pidió ampliar su declaración indagatoria. Por su parte, el fiscal adelantó que sumará un careo entre los peritos. Luego serán los alegatos de cierre.
El 22 de noviembre el Tribunal dictará sentencia y resolverá si el asesinato de Rafael Nahuel fue en el contexto de un enfrentamiento armado o los prefectos dispararon durante una persecución y mataron por la espalda a Rafael, que estaba desarmado.
Por: Luciana Avilés (especial para La Vaca y Perycia)
Cooperativa de Comunicación Popular al Margen
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