Este viernes 27 de octubre a las 21 horas la cantautora Pepa Díaz presenta su segundo trabajo discográfico: Encontrar la Paz. Lo hará en un concierto en formato banda que tendrá lugar en Moma, con la participación de más de 12 artistas en escena. “Intento que las cosas que hago tengan un sentido, que me hagan bien pero que también le hagan bien a otras personas. En el caso de la música, es mi mayor riqueza”.
Después de un laborioso trabajo de producción, que la llevó a recorrer nuevos caminos y desafíos en la realización del disco que imaginaba, Pepa Diaz, se prepara para compartirlo este viernes en un concierto junto a más de 12 músicos que son parte de su historia y de la identidad musical de nuestra ciudad. La apertura del encuentro estará a cargo de Alonso Núñez, cantautor chileno y productor del primer disco de Pepa.
Encontrar la Paz consta de 12 canciones, todas composiciones originales que tienen como eje “la invitación a una búsqueda interior de aquellas cosas que le dan sentido a nuestra existencia, ahí donde encontramos la paz personal”. Se trata así de un disco con mucha variedad de ritmos, que explora distintos formatos de banda pasando por lo latino, rock y baladas entre otros, siempre con la guitarra como elemento unificador y protagonista.
“Este es el disco que me había imaginado siendo cantautora”, dice Pepa repasando el andar que hoy da lugar a esta presentación. “El primer trabajo fue una hermosa experiencia, con Alonso aprendimos un montón y tuvimos una visión compartida, pero este disco lo hice yo, produciéndolo también, entonces fue como un ensayo y error de todas las cosas que me imaginaba que podía hacer con las canciones y que hasta ahora no me atrevía”.
Con ese impulso de rienda suelta, cuenta, avanzó canción por canción. “Pensé qué cosas quería que suenen, qué instrumentos quedaban bien, acá o allá, cómo acomodar las formas, las letras, se trató de pensar en todos los detalles y la verdad es que fue muy divertido. Ya tengo ganas de hacer uno nuevo”, dice. “Me equivoqué un montón, pero es lo que tenía que pasar para aprender, así es que estoy muy feliz de haberlo vivido”.
– ¿Qué implica la tarea de producir un disco?
-Hay muchas etapas, en este caso fue pensar primero las formas de las canciones, analizar las letras, si había cosas que me gustaba, si necesitaba cambiar, si tenía que modificar la longitud de algo, a lo mejor de un estribillo. Cuando la forma estaba lista, canción por canción, había que ir pensando qué instrumento me gustaría que suene. Cómo siento que esta canción se va a acompañar. Generalmente, por ejemplo, para una banda de rock, es más sencillo, porque ya tienen un formato establecido: hay uno que toca el bajo, otro la guitarra, pero al ser “mi guitarra y yo nada más” las posibilidades estaban abiertas a lo que se me ocurra. Entonces escuchaba la canción y pensaba cómo quedaría bien, con un violín, una trompeta. A eso hay que escribirlo (para algunos instrumentos específicos donde me imaginaba una melodía), después había otros instrumentos que tenían un poco más de libertad, porque dentro del acorde podían hacer distintas cosas. Para eso busqué a personas que me gusta como tocan y que confío que van a hacer cosas que van a sumar a esta música. Y también el proceso implicó dirigir. Todos esos detalles son parte de la producción musical que quería hacer.
-Le pusiste encontrar la paz, ¿cómo llegaste a esa síntesis?
-Creo que todos tenemos esa búsqueda, algunos lo hacemos más consciente, otras personas por ahí viven su vida y de pronto se encuentran con situaciones que le generan paz y se sienten a gusto. En mi caso fue una búsqueda, siempre intento que las cosas que hago tengan un sentido, que me hagan bien pero también que le hagan bien a otras personas, y en el caso de la música siento que es mi mayor riqueza, por eso se llama Encontrar la paz, porque yo la paz la encuentro en la música y en compartir mi música con personas que la música les toca. Se llama así a propósito de una de las canciones del disco, pero el deseo es aún más grande que solo esa canción. Es como decir: este es el camino que quiero recorrer, el camino de la música, el camino en el que me siento a gusto, en el que siento que soy un aporte y donde me siento en paz. También es una invitación a la gente que se encuentra con este disco, con esta canción y con ese sentir y esa inquietud en sus propias vidas.
-Qué hilo de continuidad encontrás entre este trabajo y el anterior.
-Creo que la continuidad es haber pensado un disco con bandas, siendo solista. Por otro lado, a diferencia, estoy haciendo música más latina, tengo candombes, música afro peruana. Esa podría ser una diferencia. Me mantuve en el formato de guitarra nylon para este segundo disco, que es el formato con el que toco normalmente, en el que me siento más natural, pero también lo tuvimos que pensar o tuve que pensar esto: cómo hacer para acompañar esa guitarra suave de volumen, con la intensidad que tiene una banda.
El lugar que elijo
Cantante, guitarrista y compositora chilena, Pepa Diaz reside en Bariloche hace varios años, participando de diversos proyectos musicales de la ciudad como Panela y Golpe Tierra, entre otros, además de su carrera como solista. Se ha presentado en escenarios de Argentina, Chile y Uruguay. En el año 2017 editó su primer disco titulado “Ciclo del Agua” y en marzo de 2023 lanzó un adelanto de este segundo disco, grabado en esta ciudad, que próximamente se podrá escuchar completo en las distintas plataformas de distribución musical.
– ¿Cómo inició tu recorrido por la música?
-Siempre fui curiosa musical. De chiquita me regalaron un tecladito y me ha gustaba sacar melodías y trataba de tocar lo que escuchaba. En algún momento me cayó una guitarra y no la solté más. Era bastante adicta a la guitarra en la juventud, todavía creo que lo soy. Eso me hacía pasar muchas horas de estudio, de reconocer canciones y decidí que quería dedicarme a la música. No tenía tanto el deseo del escenario, me gustaba la música, la compartía con los amigos, pero no tenía la visión de subirme a un escenario y que las canciones corrieran hacia otros lugares. En ese sentido, para mí es muy significativa la presencia de mi amigo Alonso porque, no solo fue el productor en mi primer disco, sino que fue el primer amigo que me escuchó cantar en privado y me dijo: eso lo tienes que mostrar. Compartíamos la carrera de música y él ya tocaba sus canciones, ya había grabado, era para mí un ejemplo. Entonces que mi amigo me dijera eso era un montón. Así que me empecé a animar a mostrar mis canciones, tímidamente en Valparaíso.
– Y ¿cómo llegaste hasta estas tierras?
-En un momento del caos de todo lo que yo hacía, trabajaba mucho en docencia de escuela, dije: quiero poder dedicar más tiempo a tocar, a estudiar guitarra, a hacer canciones. En ese momento tomé la decisión de venirme a Argentina, para poder dedicar más tiempo a la música. Y la vengo piloteando, tuve momentos malos también, a veces me arriesgué y no me salió tan bien, pero me siento en paz, siento que fue una cosa que necesitaba en mi vida, se me abrieron muchas puertas. La música también me ayudó mucho a empoderarme, a decir: tal vez no soy una persona perfecta, pero esto es lo que puedo dar y lo voy a hacer lo mejor posible. Todos esos caminos, esos lugares fueron un ping pong que me llevó hasta este lugar, aquí y ahora, donde me siento feliz. Los aprendizajes, que a veces fueron difíciles, porque además estudié una carrera muy docta, muy clásica, que también me sirvió para pensar la música desde otro lugar, entonces incluso esos errores, los reconozco hoy y pienso: si no hubiese habido algún error no hubiese llegado.
– ¿Cómo o porqué elegiste Bariloche?
-Me atrajo la naturaleza, todavía me siento sobrecogida de lo hermoso que es, salir a caminar por el Nahuel Huapi, todavía me asombro y no puedo creer los colores del atardecer, la primavera explotada de belleza, las flores. Conocí Bariloche en septiembre del 2016 y en diciembre del 2016 me vine a vivir. Fue amor a primera vista. Además, hay mucha movida musical para lo chiquita que es y eso también me llamó la atención, viniendo de Valparaíso que es una ciudad grande y tiene muchas carreras de música. Encontré que había actividad musical en todos los bares, bandas de muchos estilos, gente con muchas ganas de compartir, de conocer, eso me encantó y esto de tener más tiempo para hacer música, para poder crear, para explorar la creatividad. Por ahí con la vida a veces tan apurada no tenemos tanto tiempo para darle espacio a lo creativo, que para mí es esencial en la vida.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular al Margen
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