Enfrentarse a la luz blanca de los pasillos de un supermercado es en la actualidad subirse al carrito de una montaña rusa plagada de sorpresas: nunca vamos a encontrar nada igual. Los precios cambian cada día, no hay contemplación. Se etiqueta y se re etiqueta, se va olvidando, cuánto salía ayer. No hay rubro que escape ni empresa, por más grande que sea, que no remarque.
En estos tiempos, algunas familias logran organizarse con otras y comprar al por mayor, andar nuevos canales, ver el modo de saltar ese camino largo y plagado de extras entre el productor y el consumidor. Llegar a la fuente, es la cuestión. En este marco, los nodos de consumo, que se van multiplicando en Bariloche parecieran dar cierta organización a esa necesidad de un consumo diferente, donde los costos tal vez no logran abaratarse demasiado, pero se sabe a quién se le está comprando, la calidad y el proceso de lo que se adquiere.
La humanidad del encuentro entre las partes, lejos los envoltorios brillantes, alimentan una forma más amable en lo pequeño, donde no se anda tan perdido dando vueltas con el carrito.
Así se vivencia en el nodo Dondelu, que reúne la producción de más de ocho productores de La Comarca Andina, que llegan cada semana -en épocas cada quince días- con verduras agroecológicas a Bariloche. El proyecto nació hace más de siete años, junto con la Cooperativa Cultivo Ecológico del Bolsón.
“Esta red de productores, y de intercambiadores que sería mi rol en este en este proyecto, fomenta que cada vez lleguen más verduras y otros productos a más familias, permitiendo la posibilidad de comer sano y a la vez alientar un comercio justo, una agricultura amable con la tierra donde la forma de organizarse es horizontal”, cuenta Lucila y reconoce que en este tiempo se acerca más gente. “Se van sumando más personas semana a semana, creo en parte alentados por lo agroecológico, que también está incrementando su auge. Hay interés en adquirir productos agroecológicos desde una economía sustentable, que refuerce y se nutra del trabajo en red, donde también el cliente es tomado en cuenta porque es un eslabón fundamental de esta cadena de intercambio. Claramente las familias se van juntando, conversando, y de boca en boca se organizan compras, sobre todo, en este tiempo de crisis donde el mango escasea y llegar al fin de mes es difícil”, continúa.
Y es que la inflación no deja recodo sin tocar y también en los nodos van corren detrás de esta situación. “Todos los insumos del campo hay que comprarlos y eso es un dinero que también está atrapado en la inflación. Intentamos, de todas formas, no sucumbir ni exagerar con los precios, pero sí, lamentablemente la inflación nos va ganando y sostener un proyecto así, donde se le pone tanto cuerpo, a veces se hace cuesta arriba”.
Sin embargo, vuelve a destacar lo nuritivo de reunirse y organizarse para adquirir productos saludables donde “además del alimento al cuerpo se le ponga alimento a otro tipo de organización ”, algo que se vuelve fundamental: “Es un bálsamo para estas épocas donde prima el desconcierto. Es importante darle fuerza a economías familiares, formar parte de proyectos que sean motores de cambios sustanciosos y concretos en tiempos de violencia exacerbada en todos los ámbitos. Admiro a la clientela, el amor y compromiso que le ponen cada semana al venir a retirar la producción, que desde la semilla se cuida con respeto”.
Multiplicar
El nodo de compras Al Margen también impulsa este tipo de engranaje basado en una propuesta de consumo que involucra a las partes de la cadena alimentaria y prescinde de los intermediarios. En este caso, con una amplia oferta de productos de todo tipo que excede las frutas y verduras.
Luego de seis años de funcionamiento, el nodo hoy tiene un mailing de 450 personas a las que mes a mes les llega la propuesta de manera ininterrumpida a través de un carrito de compras que realizó la empresa cooperativa de tecnología Animus, lo que hace que realizar el pedido sea muy dinámico. Luego, se retira el día determinado en el local y se paga en efectivo. “De las 200 familias que están pidiendo actualmente, en promedio dos pedidos pueden llegar a quedar colgados. En ese caso llamamos al referente: se entra por un referente, por eso no salimos abiertamente a los medios a decir: súmense”, detalla Sebastián, integrante del Nodo.
Consultado sobre cómo se manejan respecto a precios, en este contexto tan complejo, detalla que entre lo que se adquiere y lo que se cobra hay un 8% a partir del cual pagan horas, alquiler, logística y capitalizan con herramientas necesarias para sostener el proyecto como heladeras, freezer, computadora y demás. Como describen desde el espacio, son tiempos difíciles de transitar. “Sin embargo, mientras los grandes comercios directamente prefieren no vender sin antes remarcar, las familias que viven de sus emprendimientos y representan su principal ingreso necesitan de vender como de respirar. En este contexto resaltamos el compromiso de los pequeños productores familiares, cooperativas y unidades productivas locales a quien le compramos desde siempre, y que nos respetan el precio solicitado y publicado diez días antes de entregar su mercadería, algo que tampoco sucede con los grandes supermercados y cadenas mayoristas”.
En este marco, algo que destaca es que mucha gente se suma porque sabe a quién le compra: “Nosotros le ponemos en la foto de cada producto si pertenece a la economía popular o si es un comercio chico, un comercio grande. El 65% de los 50 proveedores que tenemos son de la economía popular, local o regional. Es decir que hay un montón de plata que va a la economía familiar, gente que hace medias lunas, tofu, cerveza artesanal, yerba, pan, miel o una chacra orgánica en Puelo. Para la mayoría de los emprendedores, el pedido de Al Margen es el más grande del mes”.
El valor de estos datos, es todavía mayor si se considera que lo que generan con estos emprendimientos ocupan el 80% de sus ingresos en el que mayormente participan entre 2 y 3 personas. “Por eso creemos que esta es una dinámica que fortalece a la economía popular y regional con sus vecinos”.
Marcio por su parte cuenta que arrancó con Muerdo en un momento en el que estaba sin trabajo. “La idea era traer algunos productos que no estaban en las dietéticas para ser de alguna forma el distribuidor, pero no prosperó, entonces un amigo que hace esto mismo en La Plata me animó a comenzar este emprendimiento”, repasa.
Muerdo constituye un emprendimiento mediante el cual distribuye en Bariloche y Dina Huapi, sin cargo ni mínimo de compra, de una serie de alimentos naturales, sin agroquímicos y a precios justos. “Desde un principio me enfoqué solo en cosas orgánicas o agroecológicas. Después fui trayendo otras que no lo son, pero fijándome mucho qué cosas. Algunas sé que se venderían, pero no las traigo porque no estoy de acuerdo con los ingredientes, ni me parece que sean un buen alimento”, describe. “Las pasas, por ejemplo, no traigo las convencionales por los procesos de deshidratación y demás que les hacen, entonces consigo orgánicas y si no consigo no traigo. Las granolas las traigo de porque sé que trabajan con ingredientes orgánicos. Estoy un poco atrás de esas cosas”.
Entre los desafíos del emprendimiento, como ocurre en diversos rubros, también está el de amortiguar los costos del envío. “Muchas veces sucede hay cosas que no me sirve traer, pero son cosas que me interesan, entonces ahí veo cómo buscarle la vuelta para achicar el margen y tener buen precio. El tema del transporte es un costo adicional que tenemos en Bariloche que impacta bastante en el precio final. Por eso siempre estoy tratando de ver cómo achicar ese margen. Es poco triste como nos terminamos acostumbrando a todo esto del precio de las cosas, obviamente la gente si antes compraba un kilo, ahora compra un cuarto y eventualmente vuelve a comprar”.
En diversos rubros
Los mencionados son solo algunos ejemplos de los nodos de consumo que se arman, que cada día se multiplican más y dentro de los cuales también podemos mencionar, entre otros, a la Red de Alimentos Cooperativos Patagónicos que articula con pequeños y medianos productores también apostando a un cambio en la matriz del circuito con los consumidores y las formas de comercialización. Asimismo, desde la Unión de Trabajadores de la Tierra se viene empujando la necesidad de fortalecer a cooperativas y federaciones que no conciben la comida como un mero negocio.
El pensar otra manera de producir y de consumir, no se limita solo al alimento. También se da en otros rubros, como la ropa, sobre todo con la moda circular, una propuesta que apunta a reciclar prendas con una mirada que contempla el cuidado del medioambiente considerando que la industria textil está entre las más contaminantes del mundo.
“Nuestro proyecto nació yendo a la feria de Otto Goedecke y 25 de Mayo. Todos estamos siempre con el bolsillo ajustado y partió de querer generar un extra”, cuenta Romina de Aesthetic Moda Circular. “De a poco, en vez de gastar ese dinero, lo fuimos reinvirtiendo y viendo nuevas oportunidades en lo que era la moda circular. Ahí nos empezamos a abocar a lo usado en buen estado. De todas formas, el proyecto nace no solamente con la idea de generar un ingreso extra, sino con la motivación de empezar a cuidar el medio ambiente y concientizar a la gente, a nuestras generaciones, sobre la moda circular. Muchos jóvenes están en búsqueda de esto, empiezan a nacer nuevas oportunidades porque también hace que la prenda esté a un precio mucho más accesible que en un local nuevo, entonces hay prendas que están en muy buen estado a un precio mucho más accesible y nos sirve a todos”, señala y cuentan que ahora además de estar en la feria se manejan por redes sociales y en un espacio físico sobre calle Calfuco.
Así, se continúa tejiendo este asociativismo estratégico que sigue empujando diversos proyectos. Lo cierto es que cada vez más se necesita rearmar circuitos que acerquen a productores y consumidores para dar respuesta y abrir otro camino al de la lógica de un mercado cada día más despiadado.
Contactos: lodelu: 2944 29-3203 / Muerdo: www.instagram.com/mmuerdo / www.instagram.com/aestheticmodacircular
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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