A los cincuenta años la cantidad de estrógenos decae pero la vida continúa. Y nadie te avisa que esto puede traer una variedad de síntomas. Las mujeres no se contentan con volverse de a poco la viejita de los cuentos, quieren seguir con el ritmo profesional y sexual al que estaban acostumbradas y acuden a la ginecología para que le recete cremas para reencender la libido.
Otras, la pasan mal: desde los famosos sofocos a ataques de ansiedad, insomnio, depresión. Las menos, ni se dan cuenta, transitan este período sin mayores sobresaltos. En la mayoría de los casos, la menopausia arriba como una visita inesperada, de la que nadie te advierte.
“Lo único que yo sabía de la menopausia eran los calores y que empezaba a los cincuenta -cuenta una de las entrevistadas-. Alrededor de los 45 empecé a sentir ansiedad, cambios de humor, falta energía y pensé que estaba anémica. Fui al médico y me recetó antidepresivos. Entonces estaba en ese camino cuando aparecieron los calores. La ginecóloga me dio terapia de reemplazo hormonal para ayudarme con el tema de los calores y porque no podía dormir. Con el suplemento de estrógenos me sentí mucho mejor”.
Gracias a los avances en medicina vivimos más años y ahora la menopausia abre la puerta al tercer tercio de la existencia de las mujeres. Pero la caída del estrógeno y otras hormonas empieza antes, en el climaterio. Esta etapa de transición abarca el antes, el durante y el después de la menopausia (día de la última menstruación) y trae desajustes en el cuerpo durante un periodo de 5 a 10 años. Para sacar este tema del oscurantismo, conversamos con la ginecóloga Gimena Almudévar sobre las formas de desandar ciertos prejuicios asociados a la menopausia y los modos de acompañar a las mujeres en esta etapa.
– ¿Cómo es la vida sin estrógenos?
-Los estrógenos nos ayudan a proteger el corazón, los huesos, a mantener la piel humectada y el cabello brillante, es la hormona asociada a la juventud y a la sexualidad, sin embargo, se puede vivir bien con una baja cantidad de estrógeno, progesterona y testosterona. Hacer ejercicio, alimentarse bien y un buen descanso colaboran para una mejor calidad de vida en esta etapa. En el climaterio aparecen ciertos síntomas que pueden afectar nuestra rutina, Es necesario estar atentas para ver si necesitamos cambiar alguna conducta o recibir alguna medicación.
– ¿Cuáles son los síntomas y cómo se tratan?
-La sintomatología es muy variada, puede ir desde los típicos calores, la irritabilidad, depresión, alteraciones en la memoria, dolores articulares, falta de sueño, baja líbido, sequedad vaginal. A veces ocurren varios síntomas juntos, a veces te pasa uno solo y a veces no te pasa nada. Cuando los síntomas afectan la calidad de vida de las mujeres se puede optar por un tratamiento de suplemento de hormonas u otra medicación.
Un estudio que en realidad no estuvo del todo bien diagramado, ni del todo bien interpretado determinó que poner estrógenos no era conveniente porque aumentaba las probabilidades de cáncer de mamas. Desde ese momento los médicos dejamos de dar terapia hormonal de reemplazo para aligerar los síntomas. Ya hace años que ese estudio -denominado WHI- se revaluó y ya hay otros estudios que recomiendan el uso de hormonas. Es importante explicar que el climaterio es un tiempo de transición y después el cuerpo se reacomoda a este cambio y los síntomas pasan.
– ¿Por qué de esto no se habla?
-Antes las mujeres a los 50 años ya eran abuelas, cesaba su función reproductiva y se dedicaba a otra cosa. No se hablaba de que podían sentir dolores al tener relaciones sexuales o que el humor le cambiaba por tener baja las hormonas, y los calores se los tenían que aguantar porque eran parte de la vida. De esto no hablaban las mujeres ni los hombres y desde la medicina tampoco acompañábamos este proceso. Tengo muchas pacientes que me dicen que no saben por qué están deprimidas y no lo asocian a la menopausia, porque nunca nadie les explicó que una falta de estrógeno te puede hacer sentir triste, sin ganas de nada.
– ¿Existe un sesgo de género en la medicina en relación a este tema?
-Es verdad que la medicina hace 50 años atrás era un ámbito masculino y los hombres en la andropausia no tienen síntomas tan marcados que afectan su bienestar como en el caso de las mujeres. Ahora hay mucha más presencia de mujeres en la medicina. Hace poco se abrió una subespecialización en la ginecología que se dedica a la salud vaginal, en el sentido que aborda las funcionalidades y no su patología. También la demanda es otra. Ahora las mujeres de 50-60 años quieren seguir teniendo relaciones sexuales y las quieren disfrutar y para esto consultan a los médicos.
Existe una cuestión desigual en cuanto al acceso a los tratamientos hormonales. La medicación más básica que es estrógeno y progesterona es cara, alrededor de 10.000 pesos por mes. Considero que tendría que haber una ley que exija a las prepagas la cobertura del 100% de la medicación para la menopausia y que estos medicamentos se incluyan en el Plan Médico Obligatorio para que el Estado provea una opción a aquellas mujeres que no tienen los recursos para comprarlos.
– ¿Se debería enseñar como un contenido de la educación sexual integral (ESI)?
-No sé si el momento de hablar de esto es a los 15 años, pero sí es una charla que se tiene que dar con el ginecólogo. El médico tiene que informar sobre el climaterio y sus posibles tratamientos en caso de que afecte la calidad de vida de la mujer. Pero hay muchos especialistas a quienes les cuesta hablar de esto en el consultorio o que lo minimizan. No se dan cuenta cuál es el impacto de una persona que está con muchísimos calores por día, lo incómodo que puede ser empapar la ropa en una reunión de trabajo. Son los que creen que las mujeres se tienen que aguantar estas molestias, en lugar de considerar que estos síntomas pueden traer otros problemas más graves.
Es hora y está bueno hablar de los fantasmas y los síntomas entorno a la menopausia, informarse sobre los posibles indicios que pueden afectar el bienestar de la mujer, compartir la experiencia con otras, saber que no es la única que está atravesando malestares y que cuando éstos son agudos puede recurrir a una medicación que ayude a transitar esta etapa, que dura un tiempo y luego pasa.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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