¿Qué pasó cuando el gobierno porteño creó una app estatal de transporte que se puso a competir con las privadas? Cosas sobre Uber, la firma norteamericana con trabajadores a los que la Justicia argentina consideró en relación de dependencia.
Uber anticipó su llegada a Bariloche, pero todavía no entró en acción. Su estructura de costos que libera a choferes del pago de licencias y seguros abrió una feroz competencia cuando en 2016 arribó a Buenos Aires. Muchos taxistas debieron reconvertirse. La empresa avanzó con desembarcos en Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Tucumán, Mar del Plata, Salta, Corrientes, Rosario, Jujuy, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Paraná, Posadas, Resistencia, Bahía Blanca, Reconquista. Sumó 500 mil choferes y 10 millones de usuarios. ¿Su estrategia? Captar conductores con incentivos económicos (100.000 pesos al completar 50 viajes, por ejemplo) y captar usuarios con la seguridad de una ruta antes establecida por GPS y un precio más económico. Pero sólo a veces. Tras siete años de operar en la ciudad autónoma, el taxi resulta a menudo más económico que Uber.
El Estado –al que Uber no tributa- no pudo frenarla. Intentó bloquearla, pero eso implica la intervención de terceros, como Apple y Google. En una entrevista realizada por Natalia Suazo, el ex secretario de Transporte de la Ciudad de Buenos Aires bajo la gestión del Pro Juan José Méndez contó cómo resolvió crear junto a los taxistas una aplicación estatal: BA Taxi.
“Estudiamos el tema en conjunto y nos pareció una oportunidad para introducir innovaciones en el sector y no para oponernos a la tecnología”, recordó Méndez. “Surgió la idea de crear una aplicación para vincular el pasajero con el taxista de manera transparente, que la desarrollara el Estado y que no tuviera un costo extra para el taxista”.
BA Taxi está hoy disponible para todos los taxistas con licencia en Buenos Aires; es gratis; permite pagar los viajes con todos los medios electrónicos.
La particularidad de manejar Uber, es no estar encuadrado en legislación alguna (trabajo sin patrón y asimismo no del todo independiente). Al no estar reglada la actividad, son varias las exigencias y pocos los derechos de los choferes. Una encuesta realizada por el Centro CIPPEC en 2021, observó que las personas que trabajan para plataformas dedican, en promedio, cada vez más horas para poder mantener su poder adquisitivo y dependen en su mayoría del ingreso generado en la plataforma.
Uber enfrentó varias demandas judiciales, y la mayoría de los jueces, según CIPPEC, optó por declarar el fraude laboral y aplicar la ley de contrato de trabajo en beneficio del trabajador, considerado dependiente. A fines de agosto de 2021, dos juzgados de la Justicia Nacional del Trabajo firmaron dos sentencias muy parecidas. Por primera vez en la Argentina, dos choferes de una empresa de plataforma de transporte fueron calificados judicialmente como empleados. La empresa (en esos casos Cabify) debió pagar el equivalente a una indemnización por despido. Quedó demostrado que descontaba el 25% de lo obtenido por cada viaje y dirigía con órdenes el trabajo de los choferes. Como Uber, cuyas utilidades son giradas a San Francisco, Estados Unidos.
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen