En el último tiempo se han sucedido declaraciones y visitas de altos funcionarios estadounidenses que han puesto énfasis en la importancia de nuestros bienes naturales y tecnológicos para la seguridad de su país (el suyo, no Argentina). Desde la jefa del Comando Sur hasta el embajador yanqui en Argentina han planteado el camino “correcto” que debe seguir nuestro país y los peligros de que nos asociemos, vinculemos o financiemos con su nuevo gran enemigo China.
Para ello han señalado sus sectores de interés: energía nuclear, el litio, el mar argentino, Vaca Muerta y su petróleo y gas, ciencia y tecnología en general (desde las vacunas COVID hasta el 5G para nueva era de telecomunicaciones). ¿Qué hacer entonces con esas nuevas fronteras, esos bienes estratégicos, los cuales por sí solos no alcanzan, pero sin los cuales es imposible el desarrollo de un país más justo?
Desde siempre las grandes potencias han intentado y logrado hacerse con la mayoría de las riquezas de nuestros territorios. Sin embargo, desde hace un tiempo existe un nivel de injerencia más sofisticado que la fuerza bruta o económica, que es a través de la captación de políticos, funcionarios y académicos que avalan sus operaciones contra sus rivales geopolíticos (1) y (2).
Una de las más recientes es el lobby norteamericano contra nuestro desarrollo nuclear. Nos guste o no esta tecnología, es considerada hoy por casi todos los países como una de las energías más limpias, además de sus aplicaciones médicas y ambientales. Además, es una tecnología de punta en la cual nuestro país tiene gran historia y es uno de los pocos países en el mundo capaz de construir y gestionar centrales nucleares. Incluso ha exportado a países del primer mundo (Holanda y Australia). Argentina había logrado financiamiento chino para una cuarta y quinta central en el país, que permitía continuar el desarrollo soberano de esta tecnología, una de tecnología china y otra de la tecnología que ya maneja nuestro país. El gobierno Macrista frenó ese desarrollo y con el gobierno actual se logró el financiamiento de una sola, de tecnología China y se está en plena disputa para que los chinos nos enseñen el manejo de esa tecnología.
El lobby norteamericano entonces apunta a hacer caer también este trato, con voces políticas y hasta académicas en contra de la ciencia de oriente. Según Raúl de Latorre para Pagina 12 (3) ,en abril de 2022, una delegación yanqui visitó el país y se entrevistó con diversas áreas de gobierno y de organismos vinculados a la energía nuclear. Ante ellos, expusieron diversos cuestionamientos a la tecnología ofrecida por China para Atucha III, por falta de calidad, incumplimientos de normas internacionales, problemas de diseño y de seguridad, y mucho más. Un estudio por parte de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal responsable de la operación de las tres centrales nucleares existentes en el país (Embalse y Atucha I y II), consideró improcedentes aquellos cuestionamientos, sustentados principalmente en “recortes periodísticos sin respaldo científico”. El lobby norteamericano pone también sus cañones en el desarrollo del CAREM, un desarrollo propio nacional de reactores de pequeña escala, en los cuales somos competidores directos del país norteamericano.
Otro ejemplo de discurso pirata encubierto de las potencias está sobre nuestros bienes naturales. Desde el litio y el petróleo, al mar argentino, surgen discursos adornados con la conservación de la naturaleza y contra el cambio climático. El de más reciente impacto mediático fue un vuelo sobre el mar argentino con representantes del gobierno yanki y británico impulsado por la ONG Solidaire y su cara visible, el piloto de avión, cineasta y empresario gastronómico Enrique Piñeyro. Las imágenes impactantes de una multitud de buques sirvieron para que el embajador estadounidense y el británico, más sus aliados políticos locales se declararan a favor de una política de cooperación internacional para el manejo y conservación de los recursos pesqueros en el atlántico sur.
Para nuestro país aceptar esa propuesta equivale reconocerle a Inglaterra un lugar en la mesa de decisiones sobre nuestros recursos, es decir, cederle definitivamente la soberanía sobre las Islas Malvinas. Además, un comunicado de la Asociación Argentina de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca (A.A.C.P. y P.P.), Organización Sindical integrante de la FETRAMAR afirma que “Debemos destacar que es falso que las flotas pesqueras de origen chino, español, etc., se encuentren depredando el Mar Argentino, ingresando diariamente a aguas de jurisdicción nacional para realizar actividad pesquera ilegal en nuestro Mar. Los trabajadores de la Pesca, que en el ejercicio de nuestra profesión convivimos diariamente con dichas flotas, podemos dar fe de ello y muchas veces nos constituimos en custodios de nuestro territorio marítimo, dando aviso inmediato a la Prefectura Naval Argentina si detectamos buques ingresando dentro de la milla 200” (límite a partir de la cual empiezan las aguas internacionales).
Las fronteras de los países se desdibujan en muchos aspectos de la vida actual hiperconectada virtualmente. El tránsito de personas y la economía cotidiana a través de los límites entre países y jurisdicciones sigue siendo compleja, pero los intereses económicos y estratégicos de los poderes mundiales atraviesan fronteras como si no existieran. En esta realidad se empiezan a repensar las estrategias de defensa de los países, al menos aquellos que quieren defender lo propio. Los bienes naturales, la ciencia y técnica y la soberanía sanitaria y alimentaria son las fronteras a defender si se quiere pelear por un país más justo.
Al menos desde la teoría y el discurso, es la línea que buscó enfocar, al menos en parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto (el jefe del Ejército Argentino), Juan Martín Paleo, en la reciente presentación de los lineamientos estratégicos durante la apertura y primer encuentro del Ciclo de debates para la elaboración del Libro Blanco de la Defensa Argentina 2023. En esta presentación, Paleo anunció ocho planes de campaña para la defensa nacional: “Ocho planes de campaña que contemplan principalmente la defensa de los recursos naturales y los espacios soberanos del país”, destacó Paleo, y que “se espera que se conviertan en ejercicios en el terreno para las Fuerzas Armadas“. “Este año vamos a poner en práctica tres: uno es el de la zona del Comahue, donde se encuentra Vaca Muerta; otro de la zona Buenos Aires, que es fundamentalmente la zona de Bahía Blanca y el complejo nodal de comunicaciones (donde entran al país los grandes cables submarinos de conexión a internet global); y otro del Atlántico. Vamos a poner en práctica nuestra capacidad de desplazar medios militares para disuadir, y en el caso necesario defender, nuestros objetivos de valor estratégico“, señaló Paleo. El jefe del Estado Mayor se refirió a los yacimientos como “fronteras a través de las cuales ingresan divisas al país”, que también se verían alcanzados por el nuevo despliegue militar y que el enfoque tradicional de la defensa militar no era adecuado: “La geografía separa fronteras de naciones, ese era el enfoque tradicional desde Napoleón“, señaló. “Decidimos echar mano a otro concepto: la conectografía”, que “relaciona infraestructuras y cadenas de suministro.
Como venimos sosteniendo en esta columna, el modelo de país está en disputa entre sectores sin los mismos límites que las coaliciones políticas gobernantes y opositoras. Y en ello también está en disputa para que y quienes se cuidan nuestros recursos. En este sentido, el historiador y ensayista Bruno Napoli en una nota reciente de Canal Abierto (4) advierte“Las FFAA tienen la potestad de proteger objetivos estratégicos de la Nación. No pueden intervenir en conflictos internos, lo tienen expresamente prohibido. Ahora, si los pongo en un objetivo estratégico, y hay un conflicto con una comunidad, los actores principales de seguridad van a ser ellos, con lo cual terminan interviniendo”, sostiene. “En un país con la experiencia del genocidio, cada gestión fue muy cuidadosa respecto de la utilización de las FFAA, pero ponerlas en un lugar estratégico implica un posible conflicto con la comunidad y eso es muy peligroso”, concluye Napoli. Cabe entonces, volver a destacar la necesidad de dar el debate urgente y serio sobre qué herramientas tenemos y cómo hay que usarlas para defender lo nuestro y a nuestra gente, para un proyecto concreto y realizable de país más justo y poder mejorarle la vida a nuestro Pueblo.
3-https://www.pagina12.com.ar/538896-ofensiva-para-desconectar-a-la-argentina-de-china
4-https://canalabierto.com.ar/2023/03/28/politica-las-fuerzas-armadas-custodiando-vaca-muerta/
Por Manuel De Paz
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
Seguí leyendo Al Margen: