En las últimas semanas la televisión volvió a marcar agenda después de un tiempo donde las redes son la principal fuente de lo que se habla. Los Trendig Topic y las tendencias en Twitter dejaron de ser protagonistas para mostramos que la Televisión está lejos de ser un medio obsoleto a punto de pulverizarse. El caso de Jey Mammon abrió varias puertas y debates acerca de temas muy delicados que tienen que ver con el abuso sexual infantil, la violación, el consentimiento sexual en menores, la credibilidad y revictimización de lxs denunciantes, entre otros temas.
¿Cómo se abarcan estas temáticas en este medio de comunicación? ¿Tiene la responsabilidad suficiente? ¿Qué pasa cuando la justicia no actúa y se hace un show mediático con el sufrimiento de las víctimas y victimarios?
A raíz la detención de Marcelo Corazza, ganador de Gran Hermano y productor del último, por corrupción de menores se le realizó una entrevista en el programa A la tarde de Karina Mazzocco a Lucas Benvenuto quien se identificó como el joven detrás del infame caso de la red de trata de menores, los “boy lovers”, cuya cabeza era el psicólogo Jorge Corsi. Benvenuto fue captado por estos abusadores a los 11 años y tardó 17 más para animarse a contarlo. En esta entrevista expuso la denuncia realizada al famoso conductor en el año 2020 por abuso sexual cuando tenía 14 años y el músico, conductor 32. También relató que mantuvieron una relación durante 8 años.
#yositecreo
El tratamiento de la televisión parece haber avanzado cuando se exponen denuncias de abuso sexual. Se poner el foco sobre el victimario y no sobre la persona que denuncia. Esto es un avance gracias a la lucha y la concientización que vienen dando los movimientos feministas.
¿Pero la televisión hizo tal cambio de deconstrucción y crecimiento? Se me encendió una alarma cuando escuche en la tele replicar al unísono que ponerse del lado de la víctima significa considerar que los hechos denunciados “ocurrieron” sin duda alguna. El lema “Yo si te creo” es tomado y usado de forma literal para justificar un linchamiento mediático amarillista. ¿Qué significa “Yo si te creo”? En ningún caso significa atentar contra el principio penal de presunción de inocencia y no escuchar al acusado. Sino cambiar el lado de inclinación de la balanza, ya que durante mucho tiempo en los casos de agresión sexual la presunción de inocencia se ha afirmado sobre la premisa de poner en cuestión la conducta de la víctima. Significa acompañar y contener a la misma, que puedan presentar denuncia con la confianza de que no serán cuestionadas ni increpadas y tendrán la oportunidad y las condiciones necesarias para aprobar la agresión. También que se apliquen ciertos protocolos en todos los estratos para que la víctima no se sienta abusada una y otra vez.
La espectacularizacion de la violencia
La denuncia de Lucas Benvenuto sobre Jey Mammon refiere a un hecho sucedió en 2006, cuando el músico tenía 32 años y él 14. La acusación fue llevaba a la Justicia en 2020, pero el juez y fiscal a cargo consideraron que la acción había prescripto, por lo que el acusado fue sobreseído.
El Código Penal de la Nación establece que la víctima tiene hasta 12 años para iniciar un proceso judicial contra el acusado. Cumplido ese plazo, el caso prescribe. Hubo dos importantes avances en torno al tema: La Ley Piazza sancionada en 2011. El famoso diseñador de ropa fue el impulsor de la norma. A partir de este cambio, el período de prescriptibilidad de 12 años comienza a contar desde que la persona cumple los 18 años, y no desde el momento en que se consumó el delito. En 2015, se aprobó la llamada “Ley de Respeto de Tiempos de las Víctimas”. La misma plantea que el plazo debe comenzar a transcurrir desde el momento en que la víctima decide realizar la denuncia.
Cuando la justicia no actúa con perspectiva de género o como en el caso de Benvenuto directamente no actúa caemos en las subjetividades de “a mí me parece”, “yo le creo a” creando un “Boca/River” que no es deseable sobre todo para el denunciante ya que se utiliza el morbo para informar dejándolo más expuesto y revictimizado. En este caso hipermediático el acusado niega rotundamente que los hechos planteados en la denuncia ocurrieron y que además Benvenuto miente sobre la edad cuando se conocieron (Jey Mammon relata que lo conoció a los 16). Esto crea un caldo de cultivo para generar un circo mediático donde el objetivo no son la búsqueda de la verdad sino puntos de rating. Como plantea la Antropóloga Rita Segato en los casos de femicidio se espectaculariza la violencia. En una nota a Télam expone:
“El gran desafío es cómo informar sin espectacularizar, sin que la violencia se transforme en un espectáculo, que es lo que hacen los medios. Y lo hacen porque la noticia se vende. Si producís un espectáculo con un caso de violencia, vos tenés muchos compradores, una gran audiencia. Se transforma en mercancía. No se puede evitar espectacularizar porque perdés público. Eso debe ser revisado. Qué vamos a poner en primer lugar: el valor de la vida o el valor de la mercancía-espacio mediático. Porque cuando se transforma en un espectáculo va a ser reproducido, va a producir una epidemia.”
Un claro ejemplo de esto es cuando en horario central algunos noticieros mostraron, a raíz de la detención de Marcelo Corazza, una serie de chats explícitos entre pedófilos y en el caso de Jay Ammón se leyó la denuncia de Lucas Benvenuto donde relata detalladamente los abusos que sufrió.
Vulnerabilidad diferenciada
La condena social y mediática zigzaguea entre condenar el abuso de la denuncia y/o condenar el hecho de que un adulto mayor (32 años) mantenga una relación sexo afectiva con un menor (14/16/17 años). Muchos personajes televisivos plantearon que un adulto salga con un menor de 18 es algo aberrante ya que la ley considera que no existe consentimiento posible en un menor de edad.
¿Qué dice la ley? El ordenamiento jurídico vigente en nuestro país establece que cualquier acto sexual con un menor de 13 años es delito, sin importar si existió consentimiento. Entre los 13 y los 16 años puede haber consentimiento, pero el Código establece que puede considerarse delito si existió un aprovechamiento de la “inmadurez sexual” de la víctima, cuando el autor es mayor de edad (estupro). A partir de los 16 años las relaciones consentidas no constituyen delito. En el caso de denuncia en el rango etario de entre 16 y 18 años se debe considerar cada caso en particular por ejemplo la diferencia de edad, si hay una relación de poder entre las partes etc…
Las consideraciones que pueda hacer cada unx si está bien o si está mal que un adulto salga con un menor entre 16 y 18 años se constituyen en el plano moral. Y en este sentido me pregunto: ¿Es en la televisión donde debemos darnos ese debate y realizar ese pacto socio moral? A su vez la moral va cambiando en el transcurso de los años. En el año 2001 mirábamos el sketch de” la nena” en Poné a Francella sin miramientos ni culpa alguna. En el año 2013 se envió una carta de la organización Red de Contención contra la violencia de género a las autoridades de Telefé. En la misma se solicitaba que dejen de emitir el sketch de “La Nena” ya que lo calificaban de pedófilo. Daniel Dátola, guionista del ciclo aseguró: “Me parece una locura, una estupidez”. En ese momento esta opinión era mayoritaria en la opinión pública y en los medios de comunicación. Hoy en día, año 2023, es completamente impensado que se sketch este al aire.
El periodista Alejandro Bercovich en su programa Pasaron cosas plantea un punto interesante en cuanto a la contradicción que se da entre la indignación que se genera hacia los abusadores de menores en estos casos, con el castigo que se pide para los jóvenes cuando cometen delitos. Inmediatamente se pide la baja de imputabilidad a los 14 años.
“Una parte de la sociedad y de los medios de comunicación buscan idealizar una infancia a la cual solo protegen cuando se trata de lo sexual, y después, para todo lo demás esa vulnerabilidad se olvida o se deja de lado”.
Tal grado de indignación tampoco se da cuando Las estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación muestran que aproximadamente en un año nacen 1938 bebés de niñas de entre 10 y 14 años. Son 160 niñas por mes: cada 5 horas una niña se convierte en madre.
Siete de cada diez abusos sexuales ocurren en los propios hogares. Estos abusos y embarazos se previenen con información y educación. Pero parte de la sociedad rechaza la Educación Sexual Integral que protegería en parte de estos abusos y embarazos a niñas y niños.
Juicio por la verdad
La defensa de Jey Mammon pidió la realización de un Juicio por la Verdad para demostrar la inocencia del acusado. Es un procedimiento judicial sin efectos penales. A partir de 1998, en Argentina se comenzaron a realizar estos juicios tras el pedido constante de las organizaciones de Derechos Humanos y familiares de víctimas de terrorismo de Estado de juzgar a los responsables de crímenes de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura cívico-militar. Su objetivo era averiguar qué ocurrió con las personas detenidas desaparecidas aunque no se pudiera determinar quiénes fueron los responsables.
En una entrevista televisiva la actriz Thelma Fardín explica que algunas víctimas recurren a este tipo de juicios con el fin de “reparar el dolor” sufrido ante un delito que no puede ser juzgado legalmente porque prescribió. “El juicio por la verdad está todo por hacerse, de hecho estamos trabajando en un proyecto de ley para encontrar el modo en que no sea punitivista. Las víctimas no buscamos la cárcel, alguna si y es respetable”
Sonia Almada, presidenta de la organización Aralma contra las violencias en la infancia, propone una nueva reforma para “tratar a los crímenes de abuso sexual durante la infancia y la adolescencia como crímenes de tortura, para los cuales sí aplica la imprescriptibilidad”.
Es poco probable que la justicia de lugar al pedido de la defensa de Jey Mammon ya que él es el acusado y Benvenutto no ve como positivo llevar adelante este proceso.
Es deseable que por una vía o por la otra que la justicia actué porque si no lo hace, lo hará cultura de la cancelación y el escrache y el lugar de impartir justicia y bajar el martillo seguirá siendo un espacio donde no se busca la verdad y la justicia sino el espectácularización y la comercialización.
Por Irene Rassetto
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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