Esta semana se desarrolla el tercer Foro Mundial de Derechos Humanos en conmemoración por los cuarenta años de la vuelta a la democracia. Referentes y activistas de todo el mundo se dan cita en el espacio memoria exESMA. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) regional Bariloche, área de pueblos originarios participó del encuentro con la ponencia Un municipio intercultural y el desafío de la pluriculturalidad. Al Margen conversó con Felisa Curamil, representante de la APDH y del Parlamento Mapuche.
La letra de la carta orgánica de Bariloche supone la preexistencia de los pueblos originarios, garantiza el respeto a su identidad y a su cosmovisión, promueve el derecho a una educación bilingüe e intercultural, reconoce la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y asegura su participación en la gestión de los recursos naturales mediante la consulta previa e informada. “Si bien Bariloche se reconoce como municipio intercultural desde 2007-dice Felisa-, todavía falta mucho trabajo para que ningún derecho pese más que otro. La interculturalidad es un proceso, una construcción en la que el resto de la sociedad también tiene que ser parte”.
Sectores de nuestra sociedad todavía suscriben al discurso de la conquista del desierto. Concentrados en el grupo Consenso Bariloche se valen de los grandes medios de comunicación para viralizar un discurso de odio hacia el pueblo Mapuche. “Los que vienen de afuera son otros –dice Felisa-. Nosotros estábamos, estamos y vamos a seguir estando en este territorio. Es necesario conocernos, comprendernos y respetarnos para convivir sin discriminación”.
En este encuentro la ponencia se centró en la urgencia de políticas interculturales que hagan efectivas las normativas vigentes. Esto se traduce en promover el mapuzungun como lengua reconocida oficialmente, capacitar a funcionarios, desarrollar acciones culturales en materia educativa y de comunicación destinadas a residentes y visitantes, como así también incorporar las celebraciones Mapuche como días no laborables.
La expansión de emprendimientos inmobiliarios avanza sobre territorios de posesión indígena aún no regularizados por el Estado, judicializando las demandas de las comunidades y criminalizando a sus miembros. “Ni la sociedad, ni el Estado se comprometieron con una agenda de discusión política sobre el conflicto de nuestro pueblo. Recién el año pasado se conformó la Comisión Pluricultural Furilofche, representada por las comunidades originarias, el Parlamento y organizaciones Mapuche, que junto al municipio buscan poner en marcha un enfoque intercultural en las políticas públicas”.
Las leyes nacionales, provinciales y municipales en materia indígena existen pero no se aplican. La justicia se inclina por el derecho occidental y la burocracia estatal entorpece los reclamos de las comunidades. Esto se revierte con un verdadero debate político y social que vuelva efectivas las leyes. La representante del Parlamento Mapuche cerró la entrevista expresando su voluntad inclaudicable con su pueblo “Yo voy a hablar cuantas veces sea necesario hasta que nuestra cultura y nuestra cosmovisión sean respetadas”.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen