“Una guerra entre nosotras” es una obra de teatro que relata la experiencia de un grupo adolescente al inicio de la guerra. Fresca y dolorosa a la vez, ofrece una mixtura de pasado y presente para jóvenes y adultos. El 12 y 19 de marzo volverá a escena en el Centro Cultural de Lonquimay 4714
Cuarenta y un años después Malvinas sigue cosechando historias nuevas, últimamente narradas por familiares, novias, amigos de excombatientes. ¿Cómo vivió la guerra la madre del soldado? ¿Cómo afectó la posguerra a la esposa del soldado aquel? La dramaturga Tatiana D’Agate se pregunta: Si se desata una guerra en tu último año de secundaria ¿Qué haces con el viaje de egresados?
D’Agate es autora de “Una entre nosotras”, obra ganadora del concurso “Malvinas Soberanía” (2022) del Instituto Nacional de Teatro, presentada ya en el Estudio DICAB y en la Usina Cultural del Centro Cívico de Bariloche, y que volverá a escena el 12 y 19 de marzo a las 20.30 en el Centro Cultural de Lonquimay 4714.
La historia narra la experiencia de tres adolescentes que, iniciada la guerra en 1982, deciden suspender su viaje de estudios y donar lo recaudado al Fondo Patriótico. Está basada en hechos reales que D’Agate recopiló de anécdotas personales de su madre, entre otros relatos, y que recreó en esta puesta, donde dos generaciones se encuentran para ejercitar la memoria, recrear sus vínculos, recordar el valor de la amistad y el amor en aquellos tiempos enrarecidos por el conflicto bélico.
“Una guerra entre nosotras” aborda Malvinas desde la lateralidad hacia el centro del horror de los soldados que fueron a combatir a las islas. Mixtura pasado y presente, frescura y tragedia. Tensiona el aire con las contradicciones humanas de una sociedad confundida. Relata cómo vivió entonces un grupo de jóvenes la guerra.
Actúan Agustina Ariza, Luciano Carrasco, Tatiana D’Agate, Chiara Palese, Natasha Salvador, Alicia Tealdi y Fran Vargas, dirige Elisa Sustaita, produce A Tierra de Gestión. La escenografía y el vestuario están a cargo de Lili D’urzo, la iluminación de Michay Quinteros, el sonido de Cristian Busamia y la fotografía de Virginia Salamida.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen