Este 8M compartimos la historia de Belén López Peiró, una joven que afrontó los costos de decir la verdad: se animó a acusar a su tío que la abusó de chica, sostuvo un largo proceso judicial para obtener justicia y escribió dos libros que fueron faro en la lucha sobre este tipo de violencias. Con la sentencia pudo poner punto final a esta historia y empezar a escribir sobre otros temas.
Belén López Peiró, después de estar flotando en el agua estancada de la justicia, logró hacer pie. Su tío político, ex comisario, fue condenado a 10 años de prisión por abuso sexual a una menor. Una noticia que el 3 de enero salió en todos los diarios del país y en periódicos internacionales como el Washington Post y El País. Belén no esperó a la sentencia para reparar su vida. Encontró refugio en la escritura, tuvo el apoyo de sus padres y su hermano, aunque el resto de la familia miró hacia un costado. Buscó, a través de charlas, acercarse a otras personas que habían transitado por esta situación.
Contó su historia en un primer libro “¿Porque volvías cada verano”: una trama que hilvana las voces de los y las que estuvieron ahí, que pudieron haber sospechado algo, que pudieron haber escuchado algún ruido esas noches de enero, cuando su tío se metía en su cama de adolescente. “¿Por qué volvías cada verano? fue la pregunta que le hizo su tía cuando se enteró de que su esposo la abusó desde los 13 a los 16 años cuando su sobrina pasaba las vacaciones en su casa en Santa Lucía, provincia de Buenos Aires.
Hay muchos libros que tocan el tema del abuso, pero éste aborda de lleno esta problemática. Fue un libro que impulsó a otras mujeres a hablar porque se animó a describir crudamente esta situación de violencia y las tramas de hipocresía y ocultamiento que encubrieron al acusador en un pequeño pueblo que lo respetaba como comisario. Este texto no solo pone en palabra el abuso y el contexto que lo hace posible sino que también alerta sobre los altos costos de afrontar la verdad. El caso más famoso del alcance de estas palabras es el de la actriz Thelma Fardín, quien reconoce que su lectura colaboró en la decisión de denunciar al actor Juan Darthes.
Su segundo libro “Dónde no hago pie” está narrado en primera persona. Esta voz cuenta la revictimización que sufrió durante el proceso judicial: sentirse expuesta a volver a contar aquello que le causó tanto dolor, escuchar las preguntas injuriantes de la defensa del acusado, hasta soportar que parte de su su familia declarase en su contra.
Luego de 9 años de un proceso muy complejo, intentando probar un crimen de abuso sexual a una menor, sin evidencias físicas ni testigos directos, se hizo justicia. La escritora redactó ella misma la denuncia y el veredicto determinó que el ex comisario de la Bonaerense era responsable de todos los cargos enumerados en la acusación.
Más allá del alivio que trajo la sentencia, Belén no quedó anclada a eso que la marcó de chica, pudo correrse del lugar de sufrimiento yde los comportamientos asociados a la figura de la “buena víctima”. Ahora vive en Barcelona, está en pareja, trabaja como coordinadora de talleres literarios, estudia una maestría en escritura creativa y acaba de entregar el manuscrito de su próxima novela.
Las historias que cierran, que pueden poner punto final a tanto sufrimiento todavía son pocas y vale la pena contarlas.
Por Verónica Battaglia
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