Jóvenes por Bariloche junto a vecinos, vecinas y una mesa compuesta por diversas instituciones trabajan para hacer de la cuenca del arroyo Ñireco un área protegida y recuperar un espacio vital para la comunidad.
En busca de transformaciones que puedan perdurar en el tiempo y traer cambios profundos en la comunidad, desde Jóvenes por Bariloche están impulsando una mesa de trabajo junto a vecinos, vecinas y diversas instituciones para hacer de la cuenca del arroyo Ñireco un área protegida.
A esta iniciativa llegaron luego de intensas jornadas de limpieza en el arroyo Ñireco, donde se llegaron a sacar hasta 17 contenedores de basura. “Se formó un micro basural y fuimos a trabajar para erradicarlo: solo en la primera jornada sacamos seis contenedores. Había desde animales muertos hasta envoltorios de productos que tenían más de 10 años”, cuenta Jennifer Navarro, integrante de Jóvenes por Bariloche.
A raíz de tanto trabajo, repasa, la última jornada decidieron hacerla interinstitucional. “Entendimos que, si solamente íbamos nosotros a limpiar, no generábamos un gran cambio, pero sí era posible si hacíamos que participen, junto a vecinos y vecinas, diferentes instituciones”, continúa. Y la propuesta tuvo un eco importante: en la última jornada participaron más de 60 personas.
Fue así, a través de la experiencia en este andar, que surgió la chispa de crear una mesa de trabajo que pudiera elaborar un proyecto para hacer un área protegida estipulada en un radio de unos siete kilómetros que coincide con el perímetro de los barrios Nahuel, Malvinas y Omega. Actualmente, participan organismos como Parques Nacionales, la Universidad Nacional de Río Negro, investigadores del CONICET, biólogos y profesionales de la escuela de hotelería, representantes del Departamento Provincial de Aguas (DPA), entre otros, junto a los vecinos y vecinas.
Cambios definitivos
Lo cierto es que no se descarta que las limpiezas ayuden en lo inmediato, ya que ponen el foco en la problemática concreta y producen cambios visibles. Además, la experiencia y concientización que se produce a partir de todas las personas que se acercan a las jornadas de limpieza, y ponen de su tiempo para dejar un espacio público limpio, constituye una iniciativa importante, pero no termina de dar una solución más definitiva: erradicar los micro basurales y evitar que caiga basura a la cuenca.
“El proyecto que queremos presentar es interinstitucional, pensando en los vecinos del barrio, que ellos puedan hacer uso de la cuenca. Cuando uno se siente familiarizado y lo toma como propio, tiende de a cuidarlo más”, dice Jennifer y también valora el intercambio que se da entre los que viven en el lugar y pueden compartir la experiencia y las personas que trabajan desde la investigación.
“Es clave traer los saberes de los profesionales y al mismo tiempo nuclearlo con lo que viven los vecinos en el día a día, los que caminan los barrios. La intención final es presentar un proyecto de Ley en el Concejo Municipal, para establecer un área protegida. Al menos para arrancar. Algunos preguntaban por qué este sector, por qué no más arriba, por qué no más abajo, pero, en definitiva, trazamos el espacio en zona donde estamos trabajando. Al San José Obrero se acercan muchas familias y podemos hacer una gran labor de educación ambiental”, señala y recuerda que con Jóvenes por Bariloche tienen mucho territorio recorrido: “Todos esos barrios los hemos reforestado, el Nahuel Hue, el Omega, El Maitén. Queremos aprovechar y darle foco a este espacio, sentimos que el resto puede venir después, pero es importante empezar con un sector ahora”.
Recuperar lo que era
Cuando la memoria vuelve y recuerda lo que hubo, desandar el camino para recuperar espacios vitales se vuelve imprescindibles. Son muchos los que todavía tienen fresca la evocación de una vida en comunión con el arroyo, con sus aguas claras. Y cuando esas personas ven a lo lejos a los grupos que se acercan a limpiar, algo se enciende y no dudan en poner manos a la obra.
“Una vecina se acercó a limpiar con su bolsa y nos contó que cuando era chica siempre iba a disfrutar con su familia a la costa del arroyo, tiene ese recuerdo de su niñez, de ir a pasar el día, como si fuera un balneario. Hoy tienen que tomarse dos colectivos, estar parados horas en la ruta para ir a una playa. La de los Coihues es la más cerca para los vecinos de barrios populares y tardan mucho en poder llegar. Por eso, esa también es una de las prioridades y un objetivo claro: queremos revalorizar estos espacios pensando en el vecino y que puedan venir a cuidarlo, hacer uso del espacio ya que están muy cerca, es muy rico en flora, fauna nativa. Tiene mucha importancia”, completa Jennifer.
Vale la pena recordar que esta es la segunda toma de agua más grande que hay en la ciudad, un dato nada menor en ejido urbano donde la faltante de este recurso aqueja constantemente a diversos barrios, constituyendo una grave problemática sobre la que es necesario ocuparse.
Es así que el 21 de marzo volverá a reunirse la mesa a partir de las 14 horas. La propuesta es que quienes participen se acerquen y traigan su proyección para pensar el arroyo de acá a 20 años. Al mismo tiempo, se les pedirá a algunas instituciones que participan que traigan un diagnóstico para compartir en voz alta.
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen