Ayer se cumplió un año del asesinato de Elías Garay en Cuesta del Ternero. El juicio que investiga su muerte está desarrollándose en estas semanas en los tribunales de Bariloche. Ailín Galindo, mantuvo la causa de Elías Garay al aire por radio FM Alas, conversó con gente que lo conocía, viajó a Bariloche a cubrir las audiencias y compartió música de su pueblo en lucha para que su ausencia no se volviese un fantasma.
Elías vivía con su compañera en Loma del Medio, una reserva natural de cipreses que divide el valle de El Bolsón, en una casa de barro y madera que construyeron juntos. Andaba cada vez que podía haciendo favores, ayudando a llevar los bidones de agua a sus vecinos, porque en esta loma, tomada por familias trabajadoras, no hay gas, ni agua, porque la tierra de esta región está en pocas manos muy afortunadas.
“Mucho decir con los ojos -así lo recuerda Ailín-, amiguero, gustoso de la música.” Ailín vivía a cinco casas de la de Elías. La última vez que se lo cruzó fue cuando estaba colaborando con el tendido eléctrico para dar luz a la Loma. Ambos compartían la idea de que lo mejor que podían hacer ahí arriba era trabajar para el barrio, mejorar ese espacio, cuidarlo.
El 21 de noviembre de 2021, el aire de radio se crispó al anunciar la muerte de Elías. La comunidad estaba cercada y militarizada hacía dos meses. Nadie podía entrar ni salir de ahí. Mientras Ailín y su compañero se dirigían hacia la Cuesta del Ternero, la policía desató una lluvia de balas de goma en el primer retén ante los vecinos y amigos que querían despedirse de Elías. Cuando la situación se calmó, los dejaron pasar. Al otro día, su cuerpo, cubierto de hojas del bosque, emprendió su viaje hacia Ingeniero Jacobacci donde lo esperaba su madre. Ella todavía no entiende cómo su hijo, el más pequeño, criado en la fe evangelista, había abrazado la causa Mapuche.
Elías había partido de Jacobacci para armar una nueva vida en El Bolsón junto a su novia. Tal vez le haya pesado la historia que carga la gente de la Cuesta del Ternero. La historia de Lucinda Quintupuray, una abuela mapuche -conocida por sus codiciados quesos- que fue encontrada muerta en su cama -hace 29 años- con un tiro en la cabeza, que su asesinato es considerado el primer femicidio de la Comarca y que todavía sigue impune. Y que al año siguiente su hijo apareció muerto en el río Ternero. Tal vez saber que esas historias de amedrentamiento se repiten aun hoy lo haya acercado a la comunidad, a frecuentar el acampe en apoyo a la recuperación territorial y a la machi que comenzaba a levantarse como autoridad espiritual, a aprender los toques del kultrum y de a poco a asumir su conexión con la memoria originaria.
La última foto del weichafe o guerrero -así lo llaman- la sacó un niño de la comunidad con un celular. Algo de Elías lo cautivó, capturando para siempre el instante en que el perfil del weichafe surcado por una vincha verde y rastas, alzaba sus manos como si tocara una guitarra invisible. Era poco antes de las 3 de la tarde del 21 de noviembre de 2021 y algunos comuneros se habían echado a descansar. Elías estaba de guardia, tal vez practicando algunos acordes en el aire, en una tarde demasiado tranquila. Hasta que se escucha el zumbido de un dron sobrevolando sus cabezas como un presagio de la intrusión de la desgracia. Elías y Gonzalo Cabrera, otro guardián, corrieron hacia la tranquera, se encontraron con dos supuestos cazadores de liebre, uno de ellos disparó tres veces, dos balazos hirieron gravemente a Gonzalo y el último le dio a Elías en la cabeza.
Chilcatuhué era el nombre del programa de radio que todos los sábados -hasta el inicio del juicio- alzaba la memoria de Elías. Chilcatuhué significa lugar de estudio o de lectura en mapuzungun y nació de la urgencia de entender esa interrupción que quiebra la continuidad de los días. La voz como una aguja metálica percutía en la caja de resonancia de la radio, atravesaba el aire para encontrarse con otros. “No estamos solos -anunció una oyente- nuestros lamien Elías, Rafa y el brujo Santiago nos acompañan”.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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