La problemática de los incendios en los basureros a cielo abierto está presente en toda la provincia. Los recicladores y recicladoras son actores clave en el conflicto, siendo quienes trabajan los residuos y quienes actualmente encabezan el reclamo por la Ley de Envases. En la ciudad de Viedma lograron encontrar una alternativa, nos la cuenta José Paredes, integrante de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores y del MTE.
-¿Cómo abordaron esta situación en Viedma?
-Para nosotros es una prioridad laburar con los compañeros y las compañeras que se encuentran en los basurales a cielo abierto. Nosotros salimos de un basurero en Viedma donde teníamos una situación parecida a la de Bariloche, se prendía fuego todo el tiempo, los gases que se generan tarde o temprano terminan explotando el mismo basurero. Es una situación muy complicada de laburo y la peor parte se la terminan llevando los compañeros y compañeras que trabajan en los basurales al pie de los incendios.
En Viedma hace tiempo atrás se cerraron los basurales a cielo abierto, pero hubo un cuello de botella porque se cerraron los basureros y no se abría la planta de separación de residuos. Nosotros desde nuestra cooperativa impulsamos durante dos años la apertura de la planta. Hoy por hoy estamos laburando dentro, tiene resultado. Entendemos que el primer eslabón, antes de cerrar un vertedero, es una promoción ambiental firme en la calle.
-¿De qué se trata la propuesta de la Ley de Envases?
-Las grandes empresas trasnacionales y multinacionales son las que introducen los envases dentro de la sociedad, introducen la cultura del descarte, del derroche, donde ya no hay más envases retornables sino que todo es descartable. Desde la Federación estamos impulsando este proyecto de Ley que tiene que ver con que estas empresas se hagan cargo de los envases que están introduciendo al mercado.
-De alguna manera lo que busca es generar un impuesto que desaliente a las empresas a que produzcan plástico…
-Nosotros hablamos más que nada de tasa, porque cuando se habla de impuesto la gente piensa en un “impuestazo”, en un impuesto muy grande. La tasa que planteamos es mínima en relación a las ganancias que tienen estas grandes empresas. Obviamente que si vas a bajar los recursos hacia los municipios, los municipios tienen que distribuirlo entre las cooperativas de recicladores de cada ciudad.
Hoy por hoy en la provincia de Río Negro tenemos cinco diputados, a los cuales le estamos pidiendo hace más de un año que apoyen la Ley porque es sumamente beneficiosa para la sociedad, para los vecinos, para la gente en su totalidad. Nosotros sabemos muy bien lo que es laburar con la basura mezclada. Hoy en Bariloche hay más de 70 personas trabajando en el manto, que son compañeros que se están integrando a la Federación. Para pedir que un basurero se cierre, hay unos cuantos pasos antes, tenemos que tener en cuenta que los compañeros y las compañeras que hoy están laburando al cerrarse se quedan sin laburo, como nos pasó a nosotros.
Nosotros tuvimos que salir a remarla en dulce de leche cuando se cerró el basurero donde laburábamos porque no teníamos el sustento económico de todos los días, ya no llegaban los materiales a nuestras manos. Los tuvimos que salir a juntar de todos los basurales clandestinos que se formaron después del cierre. Nosotros estamos de acuerdo con que los basurales se cierren y que los compañeros no trabajen más en esas condiciones pero primero que eso, hay que estudiar el impacto. Cuando los vecinos que están acostumbrados a tirar en un basurero, si se lo cerrás, al otro día van a empezar a tirar en cualquier descampado que encuentren y se generan micro basurales clandestino alrededor de los barrios.
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-Referido a los basureros clandestinos ¿Cómo se organizó Viedma para que esto cambie, para que los vecinos y vecinas tomen conciencia de la separación de residuos?
-Primero que nada, después de salir del basural, tuvimos que salir a hacer una promoción ambiental por los colegios, por distintos lugares para volver a recuperar esos materiales que antes nos llegaban a la mano y después del cierre ya no llegaron más. Nos encontrábamos con una situación en donde alguna gente separaba los residuos pero el camión pasaba e iba a parar todo junto al relleno sanitario.
Esa separación sirve para que el vecino se acostumbre a hacerla, pero después en lo que tiene que ver con el cuidado ambiental no sirve porque se termina en un relleno. En ese sentido, lo que nosotros impulsamos y tuvimos que convencer a los vecinos, de que separen los residuos, los junten en bolsones y nosotros pasamos a hacer una recolección diferenciada. Al día de hoy lo estamos haciendo de esa manera. Concientizamos a los vecinos y vecinas, ponemos puntos verdes y los compañeros de la cooperativa pasan a recolectarlos todas las semanas. De esa manera alimentamos la planta de separación.
Sin la promoción ambiental estas cosas no caminan, nosotros tenemos ocho promotoras ambientales que ponen un montón de energía para que esto funcione. Hoy estamos trabajando en conjunto con el municipio pero nos costó muchísimo llegar a donde estamos. Aparentemente cuando se habla de un reciclador se habla de un ciruja, la gente piensa que no tenemos espalda para hacer nada. En este caso nosotros demostramos que los compañeros y compañeras recicladores pueden llevar adelante la gestión de una planta de reciclado, están los resultados en el laburo que venimos dando en Viedma, Patagones y San Javier.
-¿Qué hacen con el material que clasifican y reciclan?
-El material que se clasifica, se enfarda, se acondiciona y nosotros tenemos una venta colectiva a través de nuestra Federación que vendemos directamente a la industria. Logramos sacarnos de encima al comprador que nos explotó durante tantos años, no le vendimos más el material porque nos estaba pagando muy poco, por decirte nosotros hoy vendemos a $35 el kilo de cartón y él nos lo compraba a $15. Estos son pasos que hay que dar, son cambios generacionales que tenemos que dar como ciudadanos, vecinos y recicladores, sino seguimos siempre patinando en la misma.
Hace muchos años que hay basurales quemándose en la provincia, hay una Ley de GIRSU -Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos- que fue aprobada, que implica que en dos años se tenían que cerrar todos los basurales a cielo abierto y eso no ha pasado. Como Federación estamos impulsando que esa Ley se pueda reglamentar para que los municipios tengan una herramienta más para poner en marcha los sistemas de reciclado. Pero que no se olviden que dentro de esos sistemas tienen que incluir a los recicladores y las recicladoras que son quienes están al pie del cañón.
Por Pablo Bassi, Fabián Agosta y Julia Biagioli
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen