Alejandro Grimson dialogó con Al Margen en la previa de la presentación en Bariloche de un nuevo libro: “Argentina Futura: un horizonte deseable y posible”.
Durante el Segundo Consejo Federal de Empleo Público que se desarrolla en Bariloche, el antropólogo Alejandro Grimson presentó el libro “Argentina Futura: un horizonte deseable y posible”, que es producto de intercambios entre investigadores, académicos e intelectuales durante los últimos tres años.
Grimson es director de “Argentina Futura”, un programa que depende de la Jefatura de Gabinete de Ministros y que busca dar explicar y dar respuesta a la crisis que atraviesa el Estado de bienestar, el escepticismo sobre el futuro y lo que él denomina la lógica pendular argentina.
-Recurre a una figura de principios de los ochenta del economista Marcelo Diamand para explicar esta época.
-La idea del péndulo argentino es que en los últimos 50 años la Argentina ha tenido políticas heterodoxas y ortodoxas en lo económico. Esto lo planteaba Marcelo Diamand y decía que teníamos que salir del péndulo porque la lógica pendular, mirando el largo plazo de varias décadas, no es positivo. Hasta antes de la dictadura tenías en la Argentina un crecimiento del PBI per cápita, pero desde entonces el crecimiento es pendular.
-Pasar de lógicas ortodoxas a heterodoxas también sucede en otros países.
-Uno podría tener la disputa clásica -que tienen todos los países democráticos- entre un modelo de crecimiento con redistribución y otro de baja de impuestos a los ricos y menor inversión pública, como es el modelo de la derecha en casi todos los países del mundo. En el caso argentino, eso se combinó con una política insólita que es la destrucción de la capacidad productiva, científico tecnológica, de soberanía. Eso trajo otro dilema: ya no distribuir o no, sino producir o no. Hoy la Argentina tiene la oportunidad de salir de ese péndulo por una serie de cosas que explicamos en el libro: posibilidades de transformar la matriz productiva con áreas productivas nuevas generadoras de empleo en distintos puntos del país. Bariloche es un ejemplo interesante de cómo un polo turístico de primer nivel puede combinarse con un polo científico tecnológico de primer nivel.
– ¿Ese modelo de Estado benefactor que usted plantea no está en crisis? ¿No tiene que ver además con el empate hegemónico de los últimos tiempos entre fuerzas políticas?
-Lo que logró el empate hegemónico es que el Estado pierda muchas capacidades. Por ejemplo, que tengamos que discutir sobre las calidades de la educación pública. Una educación que recibió una inversión importante en un período, luego desfinanciada en otros períodos. Claramente hay en la Argentina una necesidad de transformación educativa, pero para eso es necesario un Estado que tenga más capacidad para que dé más educación a más argentinos. Ningún país tiene justicia social y parámetros básicos de dignidad sin una buena educación pública.
– ¿Hay consenso en esa idea?
-Nosotros planteamos en el libro que hay un riesgo de que ese empate hegemónico se convierta en catastrófico. O la Argentina ingresa un proceso integral de desarrollo o se estanca en un empate con peor posición relativa en el concierto de naciones de América latina.
– ¿Qué relevancia le otorga a la corriente de pensamiento descreída del Estado?
-Es un fenómeno que hay que tomar muy en serio. Frente a las dificultades que tenemos, se buscó instalar la idea de que los responsables de todo son los dirigentes políticos por igual, cuando los datos dicen cosas muy distintas. Se busca generar la idea de la antipolítica para construir un proyecto político específico con una serie de paradojas. Hay que pelear siempre por la libertad de poder desarrollarse y realizarse plenamente en sociedad, por la individualidad y por el debilitamiento del individualismo, porque sólo en una comunidad que se desarrolla los individuos pueden desarrollarse. La libertad de ellos, poderosos y ricos, es una mentira. La libertad para que algunos hagan lo que quieran, es una mentira.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen