Francisco Rubio de la Asociación Cultural Salvador Allende convoca a los casi 12.000 residentes chilenos en Bariloche a votar el domingo por la aprobación de la nueva Constitución que reconoce como derechos fundamentales la educación, la salud, la cultura y el agua. “La Constitución vigente de Pinochet siempre vio al chileno en el extranjero como a un extranjero más”, dice.
El domingo Chile plebiscitará una Constitución nueva. Unos 750 chilenos residentes en Bariloche están habilitados a votar en el consulado de 8 a 18 Hs y unos 12.000 están obligados a votar en Chile, ya que aún conservan el domicilio legal trasandino. De aprobarse, se pondría fin a la Constitución de 1980 redactada por la dictadura de Augusto Pinochet.
Francisco Rubio vive en la Argentina hace una década, integra la Asociación Cultural Salvador Allende de Bariloche y es apoderado de la lista Apruebo Chile que promueve la nueva Constitución.
-Hace pocos años que los chilenos pueden votar en el exterior, ¿no?
-Hace seis años. Era una demanda de 30 años que la Constitución vigente nunca consideró, porque siempre vio al chileno en el extranjero como a un extranjero más. Incluso considera extranjeros sin derechos a los hijos de padres chilenos en el extranjero. La nueva Constitución sí los reconoce y facilita los trámites de nacionalización.
-Hay una comunidad grande de chilenos en la Argentina, sobre todo en Bariloche. ¿Tiene esto algo que ver con la Constitución vigente desde 1980?
-Mucho tiene que ver. Una Constitución que pasó derechos administrados por el Estado a manos particulares, como la salud, la educación y las pensiones.
-Me decía que fueron varias las olas migratorias de chilenos a la Argentina.
-La primera transcurrió entre 1880 y 1930, bien campesina; la segunda en la época de Perón y la industrialización de la Argentina, rural y capitalina; en el ´55 hubo otra por una gran sequía en el sur; luego estuvo la que denominamos “política”, consecuencia del golpe de Estado, la más grande de todas; después la de 1982, tras la crisis económica en la que todos los servicios del Estado pasaron a manos privadas; y luego la del ´90 que denominamos “cultural”, cuando los servicios de educación pasaron a manos privadas y a mucha le gente le convino estudiar en la Argentina porque estudiar en Chile salía más caro que comprar una casa.
– ¿Qué cambios promueve la nueva Constitución?
-Es verdaderamente revolucionaria. Incorpora más de veinte derechos ciudadanos, algo impresionante, porque la vigente no incluye ninguno -salvo la del niño por nacer que fue modificado recién en 2010 al incorporar causantes para que la mujer pudiera abortar-. En el capítulo derechos fundamentales para la vida, la nueva Constitución establece el de la educación, la salud, la vivienda, la cultura y el agua; se establecen derechos indígenas y de mujeres; se declara a Chile Estado democrático, plurinacional, intercultural y paritario: toda elección a cargo público tiene que ser mediante listas paritarias y los cargos unipersonales deben tender a ser bipersonales. Es decir, le otorga a las mujeres al menos el 50% de los cargos de representación popular.
– ¿Hay un proyecto complementario que vaya más allá del solo reconocimiento a los pueblos indígenas?
-La nueva Constitución reconoce a once pueblos originarios, y si apareciera otro nuevo también lo contemplaría. Los reconoce como parte de la multiculturalidad y el idioma, porque habla de la diversidad lingüística que tiene que ser enseñada. Las comunidades pueden armar colegios -normalmente los mapuche lo hacen- y educar a sus generaciones con su idioma. Además, si el Estado quisiera asentarse en territorio indígena debe ser algo consultado, no como ahora, que vemos conflictos en la Araucanía por la entrega de tierras ancestrales para la explotación de bosques. También les da derechos para que tengan representantes idóneos en la Corte Suprema: un avance muy grande, porque ninguna constitución los reconoció como parte del Estado.
-Según algunas encuestas la nueva Constitución sería desaprobada. ¿Cómo se explicaría este rechazo luego de las movilizaciones que hace dos años impulsaron la redacción de una nueva Constitución?
-La derecha ha hecho un buen trabajo en base a mentiras y desinformación, como que irá a cambiar el himno nacional, la bandera, que gobernarán los mapuche, que a las chicas se las va a permitir hacer abortos hasta los nueve meses, que Carabineros prácticamente va a desaparecer. Cosas que ni siquiera se han discutido en la Constituyente. Pero el rechazo a la Constitución vigente redactada por la dictadura es anterior a la reinstalación de la democracia en 1990, por eso su cambio a través de una asamblea constituyente fue aprobado hace dos años con el 80% de los votos a favor. Hoy se cuestiona que los representantes de la asamblea constituyente hayan sido elegidos 100% por el pueblo de manera paritaria y que esté conducida por dos mujeres. En relación a la encuesta, creo que está sobredimensionada. Como el voto es obligatorio, hay un 50% de chilenos obligados a votar que en las últimas elecciones no obligatorias no lo hicieron. Soy desconfiado de las encuestas, en las últimas tres elecciones se han equivocado rotundamente.
– ¿Qué ocurriría si se desaprueba?
-El presidente Boric dijo que tendría que llamar a otra Constituyente, porque la Constitución del ´80 ya fue rechazada por el 80% de los votos. En esa misma consulta se aprobó el llamado a una nueva asamblea.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen