El gobierno municipal de Bariloche busca explotar como una empresa los activos inmobiliarios estratégicos propiedad del Estado local. Ingresó un proyecto de creación de una sociedad estatal para manejar como paquete el puerto ubicado sobre la costa sur del lago Nahuel Huapi. Nota de Susana Lara.
La franja de tierra de la costanera de invaluable valor paisajístico; tres islas que incluyen la famosa del proyecto de energía atómica de Ronald Richter y todas las tierras públicas de las que disponga en el ejido. A un año de finalizar su mandato y sin chance de renovar por un nuevo período, el intendente Gustavo Genusso decidió intervenir abiertamente en los negocios de infraestructura para el turismo y desarrollo inmobiliario con un instrumento jurídico que evita someter a discusión cada decisión empresarial.
El Poder Ejecutivo propuso crear Puerto San Carlos Sociedad del Estado para explotar por sí o a través de terceros la infraestructura para el turismo lacustre y deportes náuticos que jamás fue finalizada ni aportó un centavo a los fondos propios municipales. Pero el verdadero negocio no es el puerto, sino la tierra en uno de los pocos sectores de la costa sur del Nahuel Huapi sin construcción o no apropiada por particulares linderos. La forma de instrumentarlo, a través de una empresa estatal, difiere del proceso licitatorio con audiencias públicas, como es el caso de la adjudicación de las tierras públicas del cerro Catedral, por mencionar el más controvertido.
Genusso accedió a la intendencia por un partido vecinalista que se alió a Juntos Somos Río Negro, espacio que organizó el senador Alberto Weretilneck durante su primer período como gobernador después del homicidio de Carlos Soria. A la vez, Bariloche es casi una marca internacional, un escenario empresarial y político que supera al espacio doméstico y el mayor distrito electoral provincial con expresiones políticas propias, como es el caso del activismo de la nueva derecha anti-mapuche. El proyecto de ordenanza no da cuenta del entramado que subyace a este salto en la política estatal.
Recursos propios
Así como algunas provincias se reservan tierras fiscales para su control, algunas gestiones comunales desarrollan políticas de desarrollo inmobiliario en acuerdo con grupos económicos. Ese fue el caso de Horacio “Pechi” Quiroga en Neuquén Capital y de varios municipios de la Cordillera, donde los ejidos conservan muchos rasgos rurales o de baja urbanización.
Genusso busca garantizar la continuidad de un paquete de negocios más allá de su gestión, según se desprende del proyecto de creación de la sociedad, especialmente de su estatuto de constitución. De aprobarse tal como fue propuesto, la sociedad asumirá algunas funciones que hoy desempeña el gobierno local. Podrá “planificar, proyectar y ejecutar, por sí o por contratación de terceros, el polo de desarrollo turístico, cultural, social, deportivo y de servicios del Puerto San Carlos, de la costa del Lago Nahuel Huapi, la isla Huemul y todas las tierras que se incorporen al mismo, cuyo usufructo sea otorgado a la sociedad por la Municipalidad de San Carlos de Bariloche. Para ello deberá confeccionar un Plan Maestro de Desarrollo Urbano del área, el estudio de la infraestructura urbana a incorporar, la promoción de inversiones, la actividad inmobiliaria y la construcción de obras nuevas y/o remodelaciones de las ya existentes. La Sociedad podrá, asimismo, vender, conceder, permutar, arrendar, total o parcialmente, inmuebles incorporados a su propiedad. Sus actividades podrán ser la compra-venta, urbanización, remodelación, loteo, parcelamiento, arrendamiento, subarrendamiento, permuta, administración, concesión y todas las operaciones de renta inmobiliaria”. Algunas fuentes indican que ya tiene un master plan con el que habrían avanzado en conversaciones informales con potenciales inversores.
El control del directorio
El proyecto no ofrece ninguna valuación de mercado de los activos que aportará el Estado a esta sociedad. Sin embargo, un lote junto a la costa vale lo que el mercado esté dispuesto a pagar, ya que prácticamente no existen otros con esas características medioambientales y dimensiones, ni en Bariloche ni en Villa La Angostura, localidad vecina de la costa norte. La infraestructura del puerto es deficiente, según fuentes de la náutica comercial, pero es invalorable su ubicación, no para competir con las líneas de navegación que parten de otros puertos (Pañuelos y Bahía López), sino para diseñar un proyecto más deportivo multidisciplinario. En tanto, las tres islas están en total abandono y con muy poca infraestructura en pie, por lo que el valor es el que le pueda agregar la inversión, pero sobre todo la concepción, ya que tienen un gran valor cultural, con el enterratorio del cacique Guenul y vestigios de pueblos originarios que dominaban la navegación.
A partir de la documentación oficial, puede estimarse que la sociedad recibirá algo más de cien hectáreas ubicadas sobre poco más de dos kilómetros de costa. Además, la isla Huemul (Gûenul, origen de Buenuleo), que tiene 75 hectáreas y está ubicada a poco más de ocho kilómetros de la costa. Integra un mismo espacio con las islas De Las Gaviotas y De Las Gallinas, mucho más pequeñas. El proyecto oficial prevé un aporte de capital de 15 millones de pesos, así como la transferencia por 70 años de los derechos de superficie del suelo de toda la tierra, conservando la propiedad el municipio. De todos modos, el articulado establece que puede vender algunos de esos inmuebles, aparente contradicción que seguramente se discutirá en el Concejo Deliberante local.
Encallao
El itinerario del puerto del centro es tormentoso. El muelle histórico fue arrasado por efecto de la erupción de un volcán en Chile en la década de los ’60. Jamás se repuso, según la reconstrucción de algunos actores de la navegación civil. Tal vez porque se perdió la práctica de la navegación y las rutas lacustres son para disfrutar destinos terrestres, no tanto el recorrido en el agua. Además, porque la elección del punto céntrico no es la más adecuada para las rutas actuales, como así también está muy expuesto a los vientos. Algunos puntos del proyecto original que ganó la licitación original a fines de los ’80 nunca se terminaron. Crecieron árboles en la dársena oeste y se formó un banco de piedra en la este, por mencionar algunas deficiencias que se advierten a simple vista.
La iniciativa oficialista puede ser una oportunidad para replantear de base un puerto céntrico, con un modelo de explotación y uso. A diferencia de otras urbanizaciones, esta ciudad puede mirar el lago desde prácticamente toda su extensión. Ampliar los usos y acceso para la población residente y el turismo suena atractivo. Habrá que ver si queda energía para dedicarle o se impone la lógica de la frontera inmobiliaria.
Por Susana Lara (El Cohete a La Luna)
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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