Hace noventa años que el Club Andino forma parte del entramado de esta ciudad de montaña. Entrevistamos a Nicolás Brunori, miembro de la comisión directiva, quien nos contó cómo funciona la institución por dentro y las acciones a desarrollar a partir de la muerte del refugiero Manuel Benítez.
– ¿Cómo se organiza el club y quiénes toman las decisiones?
-Las decisiones se toman en la comisión directiva que está formada por un representante de cada actividad que se desarrolla en el Club: escalada esquí, comisión de auxilio, esquí, grupo de excursionistas de adultos, escuela juvenil de montaña, entre otras. Es un trabajo voluntario, tiene que ver con el concepto de club, con ganas de generar cosas con otros.
– ¿Cómo se sostiene el Club?
-El Club se sostiene a partir de la cuota de socios (1.138 pesos), el alquiler de locales en la base del cerro y un canon que recibe por la concesión de los refugios de montaña. Gran parte del dinero que recibe de las concesiones se gasta en el mantenimiento de las instalaciones. El Club se hace cargo de acondicionar la infraestructura del refugio y el concesionario del uso cotidiano.
– ¿Cuánto es el canon?
-Se cree que se hace mucho dinero con lo que se recibe de los refugios, pero es muy costoso construir en la montaña. Prácticamente lo que se gana como canon se reinvierte, como la ampliación del Meiling y la compra de la turbina en el Jakob. El CAB cobra un número fijo de pernoctes por temporada: entre 200 y 700 pernoctes dependiendo de la cantidad de gente que visita el refugio. Todo el tarifario lo propone el concesionario y el CAB lo aprueba o lo rechaza.
– ¿Cómo se eligen a los concesionarios?
-Primero se hace una licitación abierta -cualquiera puede bajar la licitación de la página del Club- que consta de dos propuestas a sobre cerrado. La propuesta técnica y la económica. La primera -la más importante- explicita como se va a trabajar: si va a estar abierto en invierno, si contratan a un servicio de guía, cuántos refugieros van a estar arriba. La segunda da cuenta del monto que se ofrece por el alquiler de la cabaña de montaña.
– ¿Cuánto dura una concesión? ¿Cuándo termina la concesión actual del Frey?
-La concesión dura dos años. Si el concesionario mantiene un buen servicio se renueva casi automáticamente. Claudio Fidani está hace muchos años en el Jakob. También Nicolás Betinelli en el Meiling. Hace cuatro años Ian Schwer junto a Federico Pajarín ganaron la del Frey. Ian pasaba mucho tiempo arriba y todo funcionaba muy bien. Ian muere en un accidente en la cordillera del Perú. Federico queda solo a cargo del refugio, pero no logra mantener la misma calidad en el servicio. En febrero de este año se llamó a licitación y a fin de mayo se eligieron los nuevos concesionarios: Guillermo Lynch Pueyrredón y Juan José Puliafito. El 15 de julio tomarán posesión del refugio y se abrirán las puertas al público.
-Ahora mucho de lxs refugierxs son jóvenes que no tienen tantas horas en el terreno como antes y poco conocimiento en primeros auxilios. ¿Qué se espera de un refugiero?
-Al refugiero lo contrata el concesionario. Su tarea se divide entre el servicio de comidas, la higiene del lugar y el mantenimiento de la picada -aunque esta tarea le corresponde a Parques- y cierto control para una convivencia ordenada. No se les exige tener conocimientos de primeros auxilios. Todos los refugios tienen radio y pueden comunicarse con la comisión de auxilio en caso de accidente. También cuentan con una camilla y un equipo de RCP.
-Antes los refugios eran un resguardo ante el mal clima o un techo por si se te hacía de noche en la montaña. Ahora algunos ofrecen un servicio de hoteles de lujo: una noche cuesta alrededor de los 3000 pesos. ¿A qué se debe ese cambio? ¿Cuánto gana un concesionario por temporada?
– Cada refugio es un mundo y tiene un perfil determinado de visitante. El CAB no lleva la cuenta de la cantidad de gente que se hospeda arriba. Es muy difícil controlar eso. Parques Nacionales lleva estos datos a través del registro obligatorio de Trekking. El uso del refugio cambió sustancialmente. Si ves los planos de las cabañas de montaña podés observar cómo se fueron ampliando para albergar cada vez más gente. Ahora la tecnología del equipo hace que no pases frío, las carpas son más livianas y podés calentar la comida con calentadores rápidos. La gente tiene y necesita menos expertise para subir la montaña, cuenta con el celular, la información en internet, aplicaciones que marcan las sendas. El refugio sigue brindando el servicio de resguardo pero funciona más como punto de encuentro donde circula información: te cruzás con alguien que te comenta que está nevando fuerte, que tal sendero está cerrado, que se encontró con una persona perdida.
-La muerte de Manuel Benítez, así como la tragedia del Ventana son momentos que marcan un antes y un después en la historia del montañismo. ¿Qué cosas van a cambiar a partir de ahora?
-La comisión directiva decidió armar una comisión evaluadora para investigar qué pasó y en qué medida el club es responsable de esta situación. Más allá de lo que diga el juez que está llevando la causa, convocamos a gente de montaña externa al club para que determine si hubo errores que se puedan evitar para que esta situación no vuelva a suceder.
Por Verónica Battaglia
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen