Para interiorizarnos acerca de las presentaciones que se realizan este domingo 27 y el lunes 28 de marzo en nuestra ciudad, dialogamos con Francisco Díaz, su director y Cecilia Garzón, parte del equipo de investigación.
– ¿Por qué decidieron encarar este proyecto audiovisual?
Francisco Díaz – La idea surge en el marco del proyecto de investigación “Obstáculos y Desafíos en la Implementación de la Ley Nacional de Salud Mental 26657” como el diseño de un recurso pedagógico para la formación de profesionales de salud sobre todo para visibilizar experiencias exitosas en el campo de la Salud Mental y la ley y conocer los obstáculos, desafíos y logros a once años de su sanción.
Cecilia Garzón – Esto teniendo en cuenta que en el 2020 estaba previsto el cierre de los manicomios. Pensando en eso nos propusimos identificar todo el entramado territorial y comunitario que ya existía previo a la sanción de la ley y que en nuestro país tiene experiencias desarrolladas durante más de 50 años.
– Dada la vastedad de nuestro país y la variedad de experiencias que existen ¿Cuáles son las que aparecen en la película?
F.D. – Retoma varias: En Rio Negro, “Maquinando”, empresa social textil que llevan adelante quienes asisten al Centro Cultural Camino Abierto de Bariloche y en Chubut “Quenuir”, “El Caldero” e “Hilando Caminos”. Las elegimos porque son las que tienen más años de existencia y nos muestran como las personas que atraviesan estas experiencias llevadas delante de manera horizontal se empoderan y acompañan en el camino a sus compañeros. Además, articula mucho con desarrollos teóricos – académicos y dos eventos puntuales que sucedieron en 2019: el Encuentro Latinoamericano de Salud Mental y Derechos Humanos desarrollado en Rosario, Santa Fe y la Conferencia Regional de Salud Mental Comunitaria que se hizo en Esquel, Chubut.
C. G. – Otro punto para elegirlas fue que en ninguna de estas provincias existen los manicomios y en el caso de Río Negro, es la primera en la que existe una Ley de Salud Mental Provincial, la 2440, que sirve como referente para otras experiencias. También registramos diferentes movilizaciones en defensa de la Salud Pública, como la ocurrida durante el gobierno nacional anterior cuando el Ministerio de Salud pasó a ser Secretaría y otra específicamente del ámbito de Salud Mental, como ser la Marcha Desmanicomializadora organizada como cierre del congreso de Rosario.
– ¿Existe una diferenciación entre salud mental y salud mental comunitaria?
C. G. – El documental plantea la base que no se puede pensar la salud mental sin la comunidad. Plantea una propuesta ética y una forma de entenderla, pero también se trabaja sobre otras interpretaciones o formas de abordaje que también existen.
F.D. – Incluimos registro de lo que fue el debate previo a la sanción de la ley en el Congreso y allí lo que se plantea es la sustitución de los manicomios por dispositivos con base en la comunidad.
C. G. – En lo que refiere a la utilización de archivo, también recurrimos a imágenes de la represión sufrida por trabajadores y usuarios del Hospital Borda de Buenos Aires en 2013 como para dar cuenta de la crudeza y la crueldad de diferentes formas de violencia institucional a las que son sometidas las personas internadas en los manicomios.
– Dentro de lo que establece la ley nacional queda pendiente el cierre de todos los manicomios ¿se puede decir que esta es la gran deuda a cumplir?
F.D. – Para los que vivimos en Capital Federal, podemos decir que sí. En el caso de Provincia de Buenos Aires a partir del cambio de gobierno se empezó a trabajar más seriamente en la implementación de ciertos cambios establecidos por la ley.
C. G. – En realidad el documental lo que plantea es que Argentina asumió el compromiso de cerrar estos lugares en 2020. También muestra que ya hay mucho camino allanado, no resuelve, sino que lo que hace es plantear diferentes voces de estudiantes, docentes, referentes, trabajadores, cooperativistas, emprendedores, que marcan cual ha sido su experiencia y las posibles respuestas u obstáculos que encuentran.
– Para quienes conocemos experiencias como Camino Abierto sabemos de la integración y gratificación que genera el ser parte a quienes asisten a cualquiera de los talleres o actividades que allí se brindan. Imaginamos que esto mismo, lo deben haber sentido en todos aquellos espacios culturales o emprendimientos productivos que visitaron. Esto se contrapone a la imagen que socialmente muchas veces se tiene de las personas que asisten a un servicio o espacio de salud mental: el loco dopado o el loco peligroso ¿Qué recogen del público general cuando muestran el documental?
F.D. – Lo mejor que nos pasa al poder acompañar las presentaciones que venimos haciendo por distintas ciudades de la Patagonia es poder compartirlo con aquellos y aquellas que brindaron su experiencia, su testimonio y confiaron en el proceso del documental. Al verse en la pantalla con sus compañeros y compañeras refleja lo potente de las experiencias que llevan adelante, cosa que tal vez, en el día a día se pierde noción de su importancia.
C. G. – Otra cosa que aparece en muchos testimonios es aquellos que cuentan que pasaron de asistir a un espacio para convertirse en parte fundamental de los equipos que los llevan adelante, o como van cambiando roles y funciones y esto también resignifica los espacios, o como al participar se convierten en actores sociales y políticos entendido esto como aquellos que son capaces de modificar su realidad local y personal. También mostrar diferentes cooperativas o tipos de emprendimientos demuestra que no hay una única manera de hacer, sino que hay una variedad que, de distintas maneras creativas, aprovecha recursos disponibles y ganas para desarrollar espacios que les hacen bien.
– ¿Cuál sería el horizonte que propone esta ley que ya tiene más de diez años?
C. G. – (risas)Bueno… en este punto creo que vamos a generar la expectativa de que esto es lo que buscamos con el documental: no existe un único horizonte, no está resuelto, pero sí hay una propuesta ética que está en esto: en una construcción democrática, de una mirada ética y con respeto hacia los y las integrantes de las comunidades, respeto por la dignidad, por la diferencia, por la construcción colectiva… tal vez estos sean elementos que llamen a que vengan a ver el documental. Si bien esto en muchos ámbitos ya se da, al contar con una ley que ya cumplió los años que tiene, aparece la necesidad de contar con profesionales que aborden la salud mental de manera diferente a la tradicional, contar con espacios inclusivos tanto para los usuarios y usuarias como para sus familias y una revisión de las currículas existentes en los espacios formativos, tanto de grado como de posgrado. Y esto es algo que surge de todos los testimonios que recogimos.
“DESMONTAR LA MÁQUINA” se presenta el domingo 27 de marzo a las 19h. en la Escuela de Arte La Llave con entrada libre y gratuita y el lunes 28 a las 14h. en el Aula magna del Hospital Zonal Bariloche (para la proyección en el hospital se requiere inscripción previa en dispositivosdecuidadobrc@gmail.com).
Por Fabián Agosta
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen