Eva Analía de Jesús —conocida como Higui— fue atacada por ser lesbiana y estuvo siete meses presa en el penal de Magdalena por defenderse de un intento de violación en octubre de 2016. La Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín le otorgó la excarcelación en junio de 2017 gracias a la presión que ejercieron diferentes colectivas y autoconvocades. Este martes comenzó el juicio y ahora el reclamo es por la absolución. Las audiencias seguirán el miércoles y jueves y se prevé que terminen el martes 22. Higui agradeció el acompañamiento: «Si hubiese sido yo la muerta, no hubiese pasado lo que está pasando». Crónica de la primera jornada.
“¿Vos estás por lo de Higui?”, pregunta Débora mientras sostiene su bicicleta en la estación Lacroze del tren Urquiza. Minutos más tarde se juntan varias personas. Algunas se apuran a subir al próximo tren, otras esperan a amigues para viajar hasta la estación Lourdes a unas veinte cuadras del Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Martín, Provincia de Buenos Aires, donde este martes comenzó el juicio a Eva Analía de Jesús —conocida como Higui— que continuará durante esta semana (miércoles y jueves) y que se prevé que finalice el próximo martes 22.
En los días anteriores a que inicie el juicio se armaron grupos de whatsapp para organizar el acompañamiento. Desde Lacroze y Retiro salieron varios grupos y desde antes de las ocho de la mañana ya había personas en la puerta del TOC sobre la avenida Ricardo Balbín al 1700. Al rato se produjo el corte de calle.
“Vinimos a pedir la absolución de Higui, por el derecho a defendernos y poder visibilizarnos sin que nadie nos moleste”, dice Mar, una de las presentes. “Para que la justicia funcione y lo único que hizo fue defenderse de un ataque y la criminalizan por un montón de cosas que no hacen a la causa”, suma Lu. Caminan por la avenida, llevan banderas como capas, carteles que aseguran: “Para Higui la libertad. Organizadas te vamos a sacar”, “Yo también me defendería como Higui”.
Higui no está sola.
El inicio
Es la primera jornada de un juicio pospuesto a comienzos del 2020 por un hecho ocurrido hace más de cinco años. Los testigos previstos para las tres audiencias serán 35. A las 9.15 llega Higui, y fue recibida con cantos y abrazos: “Fuerza Higui”, “Estamos cerca tuyo”, “Van a llegar más amigues”. Con camisa cuadriculada, anteojos negros, mochila y sosteniendo una pelota de fútbol, Higui saluda a quienes la rodean, va reconociendo rostros y se acerca a dar besos, y cuenta que la pelota “está firmada por las pibas de la 31”. También dice que está nerviosa, pero que se siente acompañada. Se acerca Paux y le entrega una remera, Higui la mira y se emociona, luego la abraza. “Estoy en la campaña desde el 2018 —cuenta Paux—, le quise hacer un regalo porque Higui me contó que se había muerto la Machona, que era su perrita, le pedí una foto para hacerle la remera para que la acompañe durante el juicio y me pasó esa donde están todas sus mascotas”. En la foto hay tres perros y dos gatos.
El horario estipulado para el inicio del juicio era a las 9.30 hs. Cerca de las once llegó la fiscal Liliana Tricarico (presidenta de la Asociación de Fiscales de la provincia de Buenos Aires) y más tarde ingresaron a la Sala C de los Tribunales de San Martin los jueces Germán Adolfo Saint Martin, Julián Descalzo y Gustavo Alfredo Varvello. “Estoy acá para pelear por la absolución de Higui, la conocí por la militancia lesbiana y luchando conseguimos que la dejen en libertad, el juicio iba a ser en 2020 y acá estamos peleando por su absolución”, afirma Lila. Higui fue atacada por ser lesbiana, en un intento de violación correctiva, el 16 de octubre de 2016 en San Miguel, se defendió, el agresor murió mientras ella era golpeada. La policía la encontró “inconsciente y golpeada” y el Juzgado de Garantías N°6 de San Martín la procesó por “homicidio simple”. Estuvo siete meses presa en el penal de Magdalena hasta que la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín le otorgó la excarcelación en junio de 2017.
“Ole ole, ole ola. Una lesbiana se defendió, se llama Higui, queremos la absolución”, se escucha, se exige.
Abrazo social
“Estamos acá porque somos todas feministas populares y formamos parte de la Coordinadora de Fútbol Feminista que hace tiempo acompaña la causa de Higui”, dice Paula, de Boca. “Pedimos la reforma judicial feminista urgente porque necesitamos una justicia que nos proteja y no que nos siga vulnerando los derechos que tenemos, como Higui, una lesbiana que se defendió, un macho se murió y estamos pidiendo la absolución porque la autodefensa no es un delito. Evaluemos cuándo lo es, evidentemente cuando se trata de las pibas, no lo es. Estamos acompañando con nuestros colores, que son los de Higui”. Cuentan que invitaron a Higui a ver jugar a Boca y la vieron feliz: “El fútbol es su cable a tierra para conectarse con el disfrute”. Durante la espera se organizaron varios partidos de fútbol, en otro sector se colgó también un aro para jugar al basket y por otro lado, un par de chiques boxeaban.
Alma Fernández, militante travesti irrumpe en la avenida con su estela de alegría. “Hoy estamos acá desde la asamblea 28J, desde ATE INTI, desde la Comisión Basta de Travesticidios y Transfemicidios. Estamos acompañando, como venimos haciendo desde hace años a Higui y pedimos su absolución. Esta consigna es un hito contra todas las violencias, todos eso silencios que queremos que dejen de pasar. Volvemos a habitar las calles después de la pandemia. Pedir la absolución de Higui es seguir marcando la agenda emocional de este país. ¡Furia Travesti!”.
En la radio abierta avisan que a un costado están activos los stenciles, mientras bajo un gazebo, un grupo prepara una delicia que más tarde será compartida por todes: guiso de lentejas y de arroz. En otro costado, se realiza un taller de autodefensa. La actriz, guionista y comediante Ana Carolina le dice a lavaca: “A ver si terminamos con este sistema de castigo, de que unas vidas valgan más que otras y sobre todo, específicamente en este caso, para que salga la absolución para Higui. No puede ser este doble discurso de que hay vidas que pueden defenderse y hay vidas que no. ¿Cómo es, quién decide, en base a qué parámetros? Por eso estamos acá”.
Rocío, de Sudor Marika, agrega: “Estamos pidiendo la absolución de Higui y haciendo presión social, estar acá en la puerta con nuestras presencias. Estamos atentas, atentos y atentes a lo que pasa ahí adentro porque a veces la impunidad también se refuerza cuando no hay miradas que estén ahí atentas y cuerpos presentes, entonces es y será importante estar estos días del juicio”.
Leo Grosso, María Rachid, Vilma Ripoll y Mónica Macha son algunes de les polítiques que participaron. Suenan los temas de la banda Kumbia Queers, que estará también el próximo martes 22. También los de Lía Crucet porque son los favoritos de Higui.
“Si hubiese sido yo”
A las 14.20 hs se produce un cuarto intermedio. Higui se dirige hacia el micrófono y canta junto a les que le rodean: “¿Dónde está Tehuel?”. Luego sigue: “Gracias a todes por el apoyo, ahí adentro no sé cómo estoy aguantando. Son todos buenos ahora, pero como digo siempre, si hubiese sido yo la muerta, no hubiese pasado lo que está pasando, eso no más quiero decir. Gracias por estar acá. Les quiero”. Higui posa con la bandera de la diversidad y varies se acercaron a sacarse fotos con ella. “Parece mi cumpleaños de 15”, ríe Higui.
Raquel Disenfeld es la psicóloga de Higui, estuvo presente para acompañarla y mañana miércoles entrará al TOC como testigo. La conoció a la semana de haber sido excarcelada de la prisión de Magdalena: “Una compañera me preguntó si podía atender a Higui. Aprendió a conocerse, a valorarse. Antes se sentía culpable, pedía perdón. Es una lesbiana visceral, que se hizo a sí misma, no leyó nada de lesbianismo, en un momento se empezó a vestir como quiso, le gustó como jugaba el arquero colombiano y se puso Higui. Fue un acto de libertad. Tiene una ternura extraordinaria, sufrió desde su nacimiento todo tipo de violencia, pero se pudo conectar con el fútbol, con la naturaleza, ama a los animales. El amor a la naturaleza es supervivencia. En la cárcel la hostigaron por ser lesbiana, cuando fue a Magdalena dijo: puedo jugar al fútbol y eso la mantuvo viva. Y las pibas también”.
La describe como muy responsable con sus hermanitas, empezó a trabajar a los ocho años limpiando casas, paseando perros, cuidando bebés, sabe cocinar muy bien. Construyó su propia casa, agregó habitaciones a la casa de su madre, es autodidacta. En la pandemia invitaba a les chiques del barrio a comer fideos, sueña con poner un merendero. “Somos más las violencias que hemos sufrido”, reflexiona Raquel.
Higui vuelve a entrar a la sala y permanece allí durante más de dos horas. Al salir, es recibida nuevamente con cantos, aplausos, sonrisas. “Higui corazón, aquí tenés les mostris para tu absolución”. La mayoría de quienes llegaron temprano, se quedaron hasta el final para acompañarla. “Cantemos fuerte así nos escucha adentro y sabe que estamos”, repitieron durante la tarde.
A las 18.20 hs la energía sigue intacta.
Por Lavaca
Fotos: Foto: Lina Etchesuri
Redacción
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