Hasta el viernes se puede participar en Bariloche del Estudio Antropométrico Argentino, escaneo corporal 3D que realiza el INTI para conocer las medidas de la población argentina y de esta manera hacer respetar la Ley de Talles, regulada en 2021. Al margen participó de la experiencia y te cuenta de qué se trata.
Es bastante sencillo. No hace falta turno. Tal vez te toque alguna que otra cola, pues Bariloche modo verano 2022 es así. Pero una vez que entrás, no tardas más que unos breves minutos. Es la tecnología del escáner corporal 3D elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que llegó a la ciudad. Allí se quedará hasta el 11 de febrero.
Así es. El Estudio Antropométrico Argentino (EAAr) recorre el país y llegó a esta ciudad aprovechando la ola de turistas que nos visitan. Se queda hasta el viernes en el Puerto San Carlos. Podés acercarte de 11 a 13 hs y de 16 a 21. Desde los organismos que intervienen como el Ministerio de Desarrollo Productivo de Nación, invitan a “ser parte de la historia” para cumplimentar la Ley nº 27.521 conocida como Ley de Talles y para que “la vestimenta sea un derecho garantizado para todos y todas”. Más de 500 personas ya vivieron la experiencia en la ciudad rionegrina.
El primer relevamiento federal de la morfología y la medida de los cuerpos argentinos es rápido, privado y cuenta con protocolo de medidas sanitarias. Lo primero que hacés al llegar al Puerto es registrarte. En los folletos piden que te acerques con DNI. A esta cronista no se lo pidieron. Sí hay que responder una breve encuesta con datos generales y algunos más que apuntan a saber la condición socioeconómica de quien participa, tipo de alimentación, enfermedades de base, problemas con indumentaria o calzado, entre otras. No hace falta contestarlas todas. Se pueden omitir algunas.
Luego toca esperar a que te llamen. En mi caso no fue mucho. Mientras, entraban y salían algunos y algunas curiosas que no sabían que es lo que pasaba allí adentro. Es que al estar la entrada toda ploteada, era de esperarse que llamara la atención. Cuando percibían que no se regalaba nada, un par se iban, otres quedaban. Sobre todo, adolescentes y jóvenes interesados e interesadas en esta elaboración de tabla de talles nacional que refleje la diversidad de los cuerpos argentinos.
Te llaman por tu nombre. Ingresás a una especie de probador/cambiador. Lo primero que te miden es el peso y la altura. Después llega el momento en que te quedás en ropa interior, en soledad, mientras desde afuera te guían sobre cómo seguir con varias instrucciones.
Quienes tengan pelo largo deberán recogérselo bien para que la máquina haga de las suyas porque en la cabina contigua, te harán ubicarte de una manera determinada, con las piernas separadas, con los brazos abiertos al lado del cuerpo y allí sucede la magia. En cuestión de 10-15 segundos, se registran medidas de todo tipo que podrás llevarte impresas. Y eso es todo.
Algo tan simple, tan sencillo y que permitirá que la industria local unifique el criterio de su trabajo acorde a medidas reales. Los resultados del estudio, que busca ser representativo en términos de género, grupos etarios y regiones geográficas del país, se utilizarán como base para la definición del Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), que regulará el uso de estos nuevos parámetros en la fabricación, confección, comercialización o importación de indumentaria.
El escaner ya pasó por las ciudades La Plata, Pilar, CABA, Paraná, San Juan y Neuquén, en las que se relevaron a más de 2.700 personas. Entre estas mediciones y las relevadas en años anteriores, les especialistas del INTI lograron alcanzar el 75% de la muestra federal necesaria para construir, a futuro, una tabla de talles acorde a las características de la población nacional.
A mediados del año pasado, cuando se lanzó este estudio, Paula Español, la por entonces Secretaria de Comercio Interior, dijo: “Esta ley, su reglamentación y su fiscalización futura tienen que ver con necesidades de cambios sociales, políticos y económicos que tenemos que implementar y que se hacen con todos y todas. Es imposible pensar en una transformación de la magnitud que estamos buscando sin la participación de la sociedad civil, de los académicos, el sector privado, pero también encabezado por un Estado con voluntad de transformar, de escuchar las diferentes voces que se expresan y reclaman y de ampliar derechos”.
En junio de este año, se cumplirá un año de la reglamentación de la ley que establece que la totalidad de la indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años deberá ser fabricada, confeccionada y comercializada de conformidad con este sistema único normalizado de talles, que estarán estandarizados según las medidas corporales de la población argentina.
Ojalá que para ese entonces los resultados de las muestras de los 6500 cuerpos argentinos estén a la luz. Ojalá que la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje en Consumo funcione realmente como la autoridad competente para sancionar en caso de incumplimiento y frente a actos discriminatorios o prácticas abusivas por parte de los y las proveedoras alcanzadas por la normativa. Ojalá que la Escuela Argentina de Educación para el Consumo, en coordinación con el INADI y el Ministerio de Salud, estén realizando actividades de capacitación, información y sensibilización para difundir y concientizar contra la estigmatización por cuestiones de talla y temáticas afines, como lo dice la norma.
Hasta el viernes hay tiempo de involucrarse activamente.
Por Luciana Avilés
Cooperativa de comunicación Al margen