Todo el país hablando del mismo tema. La información circula en la mayoría de programas de tv, no importa de qué índole sea y lo mismo pasa con los portales web y las redes sociales. Quieras o no, te llega. Aunque sea sólo a través de un meme. Compartimos algunas reflexiones que llegan de conversaciones entre amigas, colegas, periodistas, escritoras y otras sobre el “Wandagate”, como lo tituló la periodista feminista Mariana Carbajal.
Es el tema del momento. ¿Por qué? ¿Vende? Seguro. Son los problemas de gente blanca y rica que además, involucra a personas polémicas del espectáculo y del mundo del futbol. Y si lo vemos en detalle puede que estés empatizando con algunx de lxs participantes. Suele pasar. Nada extraño cuando casos así se hacen tan virales. Incluso este ha llegado a ser comparado con la muerte de Maradona.
Lo que es preocupante aquí es ese consumo frenético de la novela minuto a minuto sin cuestionarse o pararse a reflexionar sobre todas las puntas que del caso se desprenden. Porque que sea Icardi, Nara, la China y quién más quiera sumarse al culebrón, es y será anecdótico. Todo lo interesante del caso se concentra en varios puntos que algunas periodistas y escritoras feministas ya han empezado a esbozar y a dejar picando en el aire. En buenahora que circule algo más que el simple chusmerío/puterío de barrio al que se han sumado los medios del país y del mundo.
Es el momento indicado, hay que aprovechar la masividad para instalar en las agendas, temáticas como la sororidad. Mucho se ha dicho al respecto en relación a Eugenia Suarez y a Wanda Nara por el famoso: “Otra familia que te cargaste por zorra”. Ha hecho que incluso la sociedad esté hablando de una nueva grieta. “¿Qué team sos?” es una de las preguntas inevitables, al mejor estilo juez o jueza de la vida ajena, insistiendo en un posicionamiento. Solo les protagonistas de esta historia sabrán lo que realmente ocurrió; no está buena la ultra exposición de los acontecimientos y el festival que en estos momentos se están haciendo algunos medios de comunicación porque al fin y al cabo, llevó nuevamente a posicionar las miradas en una guerra entre mujeres donde se matan unas a otras.
Nuevamente el patriarcado haciendo de las suyas. La #RobaMaridos es tendencia. Entonces es interesante aclarar que la sororidad nos ayuda a empoderarnos, a acompañarnos, a tejer redes, a respetarnos y valorarnos pero no a ser “guardianas de un amor romántico” ajeno por el cual “velar”, tal como lo explicó la politóloga, feminista y activista por los Derechos Humanos, Florencia Freijo, en su cuenta de Instagram.
Otro punto a destacar: la responsabilidad de los actos. No es casual que aquí se haya puesto toda la atención en la China como si pobre e ingenuo Icardi no hubiese hecho absolutamente nada. Una vez más, todo recae sobre la mujer que en este caso no violó ningún acuerdo con nadie. Él la ve pasar por el costado. Aclaración: no se está justificando el supuesto accionar, se está resaltando que cada quien debe hacerse cargo de sus actos y ya.
Los códigos de las personas son diferentes, por eso nos relacionamos con algunas y con otras no. De acuerdo a nuestras convicciones, gustos, preferencias, etc. Insisto. Solo quienes estén involucrades sabrán lo que realmente ocurrió pero seguramente en algún momento, ustedes habrán enfrentado alguna situación similar a la pública, de un lado u otro del asunto. Porque aún hay mucho por deconstruir en esta sociedad opinóloga de absolutamente todo. Cada quien vive su sexualidad como mejor le sale y se relaciona sexoafectivamente como puede. No es fácil en este mundo donde afortunadamente los contratos en las relaciones empiezan a variar y ya no son tan rígidos. Obviamente, no en todos los casos, pero sí en aquellos que se permiten y quieren explorar. Por ello, es sumamente importante el diálogo sincero, aunque duela, de cuáles son nuestros deseos y nuestras ganas para no hacerlo por atrás, a escondidas. Es importante indagar en esos terrenos. ¿Qué quiero yo? Para luego acordar o no con esa o esas personas. Porque al fin y al cabo somos seres humanos, pensantes y deseantes. De eso se trata también la libertad individual, la no posesión, el no control, a los celos ni cabida, la caída del ideal de pareja o familia perfecta, que al caso, eso nunca existió ni existirá. Para nada tarea fácil pues implican enormes trabajos personales y colectivos. Pero mucho mejor dialogar que lastimar o salir lastimade.
Para concluir, la invitación aquí es a revisar estas prácticas que sólo repiten discursos violentos y dañan las luchas que desde hace años vienen dando los movimientos feministas. También a pensarnos en varios planos: el sexoafectivo por un lado, con los códigos que cada quien considere, con las preguntas que a cada quién le empiecen a hacer ruido y con los acompañamientos y lecturas al respecto que se puedan hacer. Por otro, revisar nuestras maneras de consumo y qué opinamos de los temas que las agendas nos ofrecen. Porque de todo pueden salir reflexiones interesantes pero es necesaria que estén presentes porque si no queda como un caso más de la farándula y nos perdemos de estos análisis que seguramente serán disparadores de otros relatos.
Por Luciana avilés
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen