El candidato de Juntos por el Cambio obtuvo en las PASO un sorpresivo respaldo popular que podría dejar al Frente de Todos sin representación en el Congreso. ¿Logrará para eso contener el voto radical? Empresario del transporte, contratista del Estado, pañuelo celeste, exintendente de Cipolletti, Anibal Tortoriello aspira a ocupar una banca en la cámara baja en el peor momento de su relación con el partido de Leandro N. Alem.
A Aníbal Tortoriello lo sorprendió en 2015 el rumor de que él mismo sería candidato a intendente de Cipolletti. Una idea lejana a sus intenciones. “En esos momentos, ni siquiera miraba los programas políticos”, le dijo días atrás a Walter Cortés en su programa de cable, “pero el rumor se agrandó y luego vinieron a verme de todos los partidos políticos y ahí comenzó a picarme el bichito”.
Aníbal Tortoriello, 62 años, cuatro hijos, siete nietos, comparte algunas similitudes con Mauricio Macri. Sus padres vinieron de Italia, se hicieron de abajo y legaron en ellos la dirección de sus empresas. Francisco Tortoriello arrancó transportando madera en un camión desde San Martín de los Andes a Viedma, y terminó distribuyendo gas licuado de petróleo y cargas refrigeradas por América para empresas, entre ellas la sociedad anónima de mayoría estatal YPF. Luego hicieron política.
Huérfano de toda trayectoria partidaria, el ARI de Magdalena Odarda le facilitó a Tortoriello en 2015 la estructura legal para ganar la intendencia de Cipolletti. Al año siguiente, Tortoriello se afilió al Pro. Intentó ser relegido en 2019 y perdió con Claudio Di Tella de Juntos Somos Rio Negro. Ese mismo año, también apostó por acordar con Alberto Weretilneck para evitar la gobernación de Martín Soria. A principio de 2021, se impuso dentro del partido amarillo como candidato a diputado, con el apoyo de Patricia Bullrich y el legislador Juan Martín y la resistencia de Sergio Whisky y Horacio Rodríguez Larreta. En septiembre ganó la interna sobre dos listas radicales. El desafío, en noviembre, será contener esos votos rojiblancos que suman un 10%, para arrebatarle la banca al Frente de Todos. ¿Podrá?
La relación entre el radicalismo de Rio Negro y Tortoriello es ríspida. Mario de Rege, uno de los precandidatos vencidos por Tortoriello en la interna, fue muy duro con él: criticó su discurso antipolítica y alentó suspicacias: “¿Cómo consiguió Tortoriello los contratos de su empresa con YPF?”, se preguntó. Durante los últimos días, el radicalismo no evitó fotos con Arabela Carreras en al menos tres actividades luego de las elecciones primarias.
Hubo un hecho que profundizó las diferencias. Fue cuando Tortoriello pidió a la diputada Lorena Matzen que evitara hacer campaña aduciendo que su postura a favor del aborto podría restarle votos al espacio. El hecho generó el repudio de 400 mujeres dirigentes radicales, de PRO, CC ARI e independientes de todo el país. “Tortoriello no nos representa“, dijo Pedro Rivero, presidente de la UCR Cipolletti.
De formación católica, Tortoriello llevó al extremo su intento de vincular la fe y el Estado. En pleno auge de las movilizaciones a favor del aborto, apoyó como intendente el proyecto de ordenanza de pastores de varias iglesias que pretendía declarar a Cipolletti ciudad “pro vida” e instaurar el “día del niño por nacer”.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen