En el 2014 un grupo de profesionales, algunos de los cuales se desempeñan en el servicio de cuidados paliativos del hospital zonal Bariloche, decidieron ampliar el trabajo que venían desarrollando alrededor del duelo en los espacios de salud y comenzar a desarrollarlo en otros ámbitos. Nacían así, de algún modo, los primeros trazos del proyecto “Duelo en escuelas” que hoy cobija la fundación Ideas Paliativas en acción (IPA).
“Nos pareció que era un tema lo suficientemente potente como para llevarlo a otros ámbitos, más allá del consultorio y los espacios íntimos. Y un lugar posible y necesario era el ámbito de los colegios”, cuenta Alejandro Nespral, médico pediatra, coordinador del servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Zonal y uno de los fundadores IPA, espacio integrado por un equipo interdisciplinario de profesionales y voluntarios interesados en difundir y promover la importancia de los cuidados paliativos, especialmente en el contexto de enfermedades graves, muerte y el duelo. “Con esa idea transformamos herramientas y conocimientos en un taller y lo ofrecimos en escuelas públicas de nivel primario de Bariloche”.
En aquel comienzo, recuerda, realizaron siete talleres que podrían haber concluido allí mismo. Sin embargo, el tema fue despertando un interés que comenzó a multiplicarse por la posibilidad que se reconocía en los espacios educativos de hacerse de herramientas transformadoras para abarcar distintas situaciones relacionadas a un tema que muchas veces se considera demasiado “delicado”, como es la muerte. Develar el tema, echar luz sobre todo lo que a partir de allí se abre, comenzó así a generan nuevas demandas que trazaron el camino hasta hoy.
“Cuando sucede una pérdida importante, tanto la institución como la comunidad experimenta ciertas vivencias similares: desde el desconcierto a cómo me organizo, qué digo, qué no digo. Nos fuimos formando con otras personas de larga trayectoria, que trabajaban sobre todo en situaciones catástrofe institucional. Y eso también aprendimos: que el duelo, sobre todo la primera impresión de una pérdida súbita, es que es algo catastrófico, que no está en los cálculos y uno no sabe qué hacer. Fuimos así desarrollando un método que llamamos asesorías o espacios de acompañamiento”.
Ya hacia el 2015, año en el cual se conformó formalmente IPA, el proyecto Duelo en escuelas tomaba una forma concreta en diálogo con docentes, directivos, alumnos y hasta padres. En este ida y vuelta con la comunidad, el equipo se propone objetivos para poner de manifiesto la importancia de abordar el tema de la muerte y el duelo en el ámbito escolar, brindar a los docentes –como destinatarios directos- herramientas concretas y aplicables en casos de duelo, favorecer la disminución de síntomas psíquicos y físicos asociados a la imposibilidad o dificultad de aceptar una pérdida, incrementar la calidad de vida de la población en general y, específicamente, en el transcurso de la situación de duelo y contribuir a la mejora de los vínculos dentro del sistema escolar.
Salir de lo emergente
La psicóloga María Luz Hurtado, también integrante y coordinadora de IPA, recuerda a la vez que, si bien la puerta de entrada fueron las situaciones puntuales de duelo que necesitaban de una asesoría -a partir de la cual muchas escuelas deciden capacitarse- con el correr del tiempo la lógica se fue transformando. “Hoy se generan capacitaciones en escuelas donde no ha sucedido una situación de duelo. Muchas empezaron a querer formarse, porque les interesa el tema y hay muy pocas herramientas”.
Por esto, ambos profesionales destacan el programa del Ministerio de Educación de Río Negro que comenzó a capacitar en la temática, un paso de vanguardia en el tema del duelo en el cual no hay muchos antecedentes. Lo hizo a través del espacio de formación “Educar en pandemia: Acompañamiento en situaciones de duelo. Prácticas pedagógicas para su abordaje” y en una primera instancia que tuvo lugar en septiembre se realizó el conversatorio inicial “Muerte y Duelo en escuela”, dirigido a supervisores y equipos directivos. Este trayecto de formación se enmarca en el dispositivo “Intervención Técnica en situaciones de crisis: Te cuido, nos cuidamos” nacido para acompañar situaciones de duelo en las instituciones educativas, agravadas por la emergencia sanitaria.
“Nos alegra que actores decisivos, como el Ministerio de Educación, haya visto en este tema una oportunidad para ponerlo en agenda y salir así a capacitar en toda la provincia sobre esto”, continua Alejandro y también señala que el tema resultó más grande del que pensaban al comienzo. “Al principio se enfocaba en situaciones agudas de duelo, pero después nos dimos cuenta que el duelo es parte de un tema más grande, que es hablar de la muerte y del duelo como experiencia, pero desde una perspectiva educativa”.
Justamente, cuenta, en agosto realizaron junto a la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) un taller virtual para cien agremiados. Este espacio tan necesario, venia pensándose tras la explosión que hubo a fines de junio en una escuela rural del paraje Aguada San Roque, a 60 kilómetros de la localidad neuquina de Añelo, por la cual fallecieron dos operarios y una docente. El intercambio permitió un importante lugar para tratar un suceso tan doloroso y todo lo que había provocado el hecho en la comunidad.
“La pandemia también hizo que ver que quizás la muerte no te esté pasándote al lado, pero es algo que está pasando y eso también fue un contexto que abrió puertas nuevas”, continua María y Alejandro completa: “La gran transformación fue pasar de un dispositivo de ayudar en una situación puntual a poder transformar eso en un tema posible de ser educado. Eso que parece fácil, llevó 7 años. Nacimos como un dispositivo para ayudar en situaciones de crisis, muerte o enfermedad grave, y después nos dimos cuenta que hay que hablar de una pedagogía emergente, hay que traerla, hay que nombrarla, desde una perspectiva educativa. Tenemos argumentos para creer que no puede ser que no se hable en las escuelas de forma programada, planificada, contextualizada, educativa, pedagógica y didáctica de esto”.
Lo cierto es que las experiencias les han mostrado la necesidad de abarcar el tema. Incluso en los contextos donde el acercamiento ha sido con los padres, agradecidos por herramientas, que, en definitiva también hacen a una crianza más completa. “Podemos tener un montón de cosas para decir y está buenísimo, pero muchas veces lo hacemos desde nuestras creencias y hay cosas para leer y hablar desde otro lugar”, sigue María.
“La muerte como tema, sobre todo como experiencia humana, está muy empujada, sostenida, por las creencias individuales. Pero en otros procesos educativos no está ese yo creo. Son importantes las creencias, pero la educación se apoya en un eje de estudio. Entonces, sin abandonar las creencias individuales, más allá de lo que yo creo, es importante que haya herramientas para hablar de la muerte con los chicos. Enseñar que cuando uno pierde a un ser querido va a experimentar ciertas sensaciones y a eso se le llama duelo”, agrega Alejandro.
Así, ambos coinciden en la necesidad de pensar el tema como un concepto pedagógico a enseñar. “Se puede hablar de la muerte y nos emocionamos, se puede hablar de la muerte en números, en matemática, en sociales, en naturales y hasta se puede hablar del misterio de la muerte”, dice María. “Queremos aportar un cambio a la idea de que egresen del sistema educativo personas que sueltamente digan: a mí en la escuela nunca me hablaron de este tema. Trabajando en el campo de los cuidados paliativos, muchos dicen: nunca me había puesto a pensar en la muerte. Ahí hay muchas responsabilidades, pero en 15 años de escuela ¿nunca nadie te habló de esto?”
– ¿Por qué les parece que es tan importante hablar de este tema?
– (Alejandro) Hay muchas razones, pero una que está siempre presente es que genera una vida más libre. Por el concepto de libertad. Cuanto vos mas sabes, desde lo teórico, la experiencia, las emociones, desde todas las inteligencias, vas a estar mejor preparado para lo que sea que vaya a ser tu vida.
-(María) En la medida que podamos hablar de las pérdidas, de las muertes, también nos vinculamos a diferente a nivel de comunidad con los otros. Que el dolor pueda ser un tema del cual uno pueda compartir, vivenciar, es importante. Si bien los duelos tienen su cuota de intimidad, hay algo de cómo nos acompañamos, sobre todo en estos momentos. Algunos adolecentes con los que trabajamos el concepto de muerte después nos decían: “Nos conocimos mas” o “me estoy haciendo preguntas que no soy el único que se las hace”, “me di cuenta que puedo acompañar a tal que está pasando por una situación de duelo y ni sabía lo que estaba pasando y ahora lo entiendo”.
Finalmente, cabe destacar que este 6 de noviembre se realizará desde IPA la jornada virtual “Enfermedad, duelo y muerte en la escuela”, destinada a profesionales de educación, salud y público en general.
Más info en ttps://fundacionipa.org/
Por Violeta Moraga
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen