Tras el resultado electoral del domingo, ocurrió un miércoles cruzado por rumores y cartas de renuncia de ministros cercanos a Cristina Kirchner, en aparente búsqueda de abrir espacios a renuncias de sus pares cercanos a Alberto Fernández. En un día así dominado por los comentarios, rumores y aparentes razonamientos de los panelistas televisivos, aquí se materializó otra propuesta: salir a las calles a conversar sobre el presente. Una crónica de Agencia Lavaca para escuchar a organizaciones populares y la que dice la “calle”.
La mujer trabaja en un kiosco del subterráneo y dice que el resultado de las elecciones y los corcoveos de renuncias en el gobierno representan lo siguiente: “Son un vamos a ver”.
Votó al Frente de Todos hace dos años, pero no ahora. Se llama Claudia y dice que se sintió humillada cuando por primera vez como adulta tuvo que pedirle plata a su padre jubilado para sobrellevar lo que no había ocurrido nunca: el cierre del kiosco durante un año. La vieja teoría de la “movilidad social ascendente” en Argentina, transformada en un tobogán.
Sobre la crisis ministerial, le surge un gesto irritado: “Es una pelea entre ellos por el reparto de poder: no les importamos nosotros. Todavía estoy esperando que el gobierno me ayude. Nunca recibí ningún apoyo estatal”. Desde que abrió, ya casi no vende diarios ni revistas, pero sí libros, alcohol en gel y chucherías.
Ya dentro del subte hay una chiquita de unos tres años con un parche en el ojo mirando a su hermano menor que sueña lo suyo, cuatro personas capturadas por sus celulares, otras escuchando música, y una joven hace algo extravagante: lee un libro. Título: El poder del ahora, que no trata sobre pujas políticas en estos tiempos pantanosos, sino que se ofrece como “una guía para la iluminación espiritual”, proyecto de alcances inciertos en la zona de Plaza Miserere y el mundo que la rodea.
La doctrina de la sorpresa
“Todo el tiempo dicen que se enfrentan dos proyectos de país, pero para mí tienen un solo proyecto, que es la incapacidad de poder transformar a la Argentina, que tiene un capital impresionante por su pueblo y por su riqueza. Menos mal que no gobiernan otros lugares con menos posibilidades. Realmente la incapacidad de la dirigencia que ha gobernado el país en los últimos años, oficialistas y opositores, es admirable”. Ernesto Lalo Paret fue niño ciruja, joven integrante del movimiento de recuperación de fábricas por sus trabajadores, impulsor de empresas recicladoras de basura conformadas por cartoneros, de proyectos como la instalación de la universidad en la cárcel de San Martín, integra la red de empresas recuperadas de San Martín, se encarga de la articulación territorial de la UNSAM y está en la Mesa del río Reconquista que reúne a las organizaciones sociales que han crecido alrededor de esa cuenca.
“Venimos bancando la incapacidad de gestión frente a las urgencias. Los funcionarios se refieren siempre a la pandemia, para justificar lo que no hacen. Les falta agilidad y voluntad de transformación”.
Sobre el resultado del domingo: “Sabemos que está la famosa grieta inventada por las corporaciones políticas para retroalimentarse a sí mismas. Pero la grieta real está entre toda la clase dirigente y el pueblo. En ningún caso tuvo capacidad de cambiar la situación estructural de desigualdad en el país”.
“La situación de desconexión de las dos corporaciones políticas –oficialistas y opositoras- se nota por esto: les llama la atención ganar, y les llama la atención perder. Los porcentajes en 2019 y ahora siempre fueron sorprendentes para todos”.
Impresión: “Entonces, entre los partidos y la sociedad, la que juega a la política es la sociedad. La idea es: como la herramienta que tenés es la electoral, ya está comprobado que el culo me lo rompen todos, entonces te devuelvo con lo mismo. Hace dos años te sorprendimos con un voto, ahora te sorprendemos con el contrario. Pero la sociedad es la que más hace política”.
El argumento: “Las dos corporaciones dicen que cuando perdieron fue porque no profundizaron. Todos dicen lo mismo. Pero en el caso del actual gobierno: tuviste toda la estructura del Estado casi al pedo durante casi dos años. Si no te animaste a profundizar en pandemia, ¿cuándo te vas a animar?”.
Un caso emblemático para Lalo son las fábricas recuperadas: “No te oyen, no les interesa. Estamos todos con el culo al aire y al borde del desalojo. Tienen un prurito contra la autogestión. Pero venimos planteando incluso en la provincia de Buenos Aires que suspendan las leyes de desalojo, y mostrando todo lo que representan esas empresas como generación de trabajo, de cultura, incluso transformando algunos de los planes en trabajo genuino. ¿Resultado? No tomaron una sola medida. Claro, los planes son una forma de construir política, y no tienen ni la voluntad o ni si quiera la astucia de tomar alguna medida. Ni te contestan”.
Otro caso: las fotos de Olivos y las excusas posteriores. “Por supuesto, son símbolos, pero los símbolos te muestran que nos toman a todos de pelotudos”.
Diagnóstico: “El Estado es una máquina de repetir fracasos, despilfarrar guita, no se optimizan los recursos, no se piensa a mediano ni largo plazo. No me sorprende para nada. A Macri le duró muy poco la proyección fabulosa que parecía que iban a tener. Perdieron en la primera elección. Este gobierno podría intentar algo distinto”.
Sostiene Paret que la cultura barrial tiene problemas demasiado más gruesos que los espasmos electorales que ella misma parece haber generado. “La cultura popular hace rato que se cagó en la política, como la política se cagó en la gente. En los barrios se viven cosas mucho más graves que el resultado de una elección. Los últimos 10 femicidios son todos narcofemicidios. El acceso a la justicia es peor que antes. La incapacidad de gestión la ves tanto en lo macro como en lo micro, pero no les interesa cambiar su propia lógica”.
Inesperadamente, Lalo propugna una reforma del Estado. “Claro, porque los sectores populares no tienen acceso a la justicia, a la salud ni a la educación. Entonces hay que hablar de una reforma que permita acceder a esos derechos que están escritos, pero no se aplican”.
¿Se derechizó la sociedad?
“El verdadero problema de los procesos progresistas es que no terminan de dar respuestas reales” dice a lavaca Nahuel Levaggi, uno de los fundadores de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT) y actual presidente del Mercado Central.
No comparte el diagnóstico sobre la derechización de la sociedad: “Para mí no hay derechización sino que la sociedad está enojada. Lo de Milei es algo que se repite históricamente, pero aquí el enojo se expresó de otro modo”. El próximo martes, 21 de septiembre, está previsto el tratamiento en comisión de la Ley de Acceso a la Tierra que la UTT promueve para que exista una especie de Procrear rural que permita que miles de familias agricultoras accedan a comprar su propia tierra. Los últimos sucesos electorales y los terremotos ministeriales ponen en riesgo tal cuestión. La UTT tiene previsto un acampe frente al Congreso y un Florazo para festejar la llegada de la primavera, y recordar la importancia de otra política que no termina de concretarse más allá de los buenos deseos.
En un video distribuido por la UTT Levaggi aparece diciendo, entre otras cosas: “Nosotros y nosotras venimos peleando por un país más justo, parados desde la producción, desde un modelo agroalimentario sano que garantice alimentos a todos y todas. Creemos que es el momento en que hay que reforzar el camino, que hay que dejar de escuchar a los poderes concentrados y garantizar una economía que le ponga poder adquisitivo en el bolsillo al pueblo, que los alimentos estén a precio justo”. “El domingo el pueblo habló y quienes ocupamos cargos de gestión tenemos que escucharlo. Venimos haciendo un esfuerzo enorme y todas y todos tenemos que hacerlo. Hay un pueblo que nos necesita, que la está pasando mal y no hay que mirar para el costado: hay que preguntarnos qué, cada uno de nosotras y nosotros, hacemos todos los días”.
Cristina y Alberto según los mapuche
“No nos sorprendió demasiado el resultado electoral, porque venimos con cierta carga de frustración con este gobierno nacional y popular” dice desde Neuquén a lavaca Jorge Nahuel (aunque prefiere escribirlo Nawel), referente de la Confederación Mapuche de Neuquén
“Vemos mucha claridad conceptual, de parte del presidente, pero no lo vemos después consecuente en los hechos y en la obra. En el aspecto que más nos afecta, como el fracking y la promoción del extractivismo, el presidente ha dicho que la pandemia era una excelente oportunidad para replantearse este modelo que está atentando contra la naturaleza. Lo hemos escuchado con gran expectativa, pero después vemos alentar la megaminería en Chubut, en San Juan. Es decir una absoluta incoherencia entre el discurso y la práctica. Y en ese sentido es muy desesperanzador porque no se aparta de la política llevada adelante por el gobierno nefasto de Macri. En relación a los pueblos originarios es peor, porque directamente ni aparecemos en su agenda. Por lo tanto es muy frustrante para los pueblos originarios. A eso sumale la crisis económica, con una inflación galopante, que es lo que sufrimos todos los sectores del pueblo”.
¿Vaca Muerta no representa una especie de bombazo productivo y de crecimiento? Nawel: “Eso ya no lo puede creer nadie, porque vivimos en una provincia totalmente endeudada. Es un discurso para afuera, y por eso mismo el oficialismo perdió la gobernación: la provincia no se beneficia con el extractivismo, lo sufre”.
Sobre los cambios en el gabinete: “No veo ninguna diferencia entre una política representada por Cristina o una política representada por Alberto, desde el punto de vista de los problemas que nosotros tenemos. En ambos casos nunca pudimos lograr que -en un Congreso absolutamente mayoritario- se pudiese tratar el tema de la propiedad comunitaria de la tierra, que es lo que le pedimos en el Bicentenario (2010) cuando gobernaba Cristina. Alberto representa la continuidad de esa deuda. Lo único que nos hermana con Cristina es que una mujer odiada por el poder. A nosotros nos sigue pareciendo que es dentro del pensamiento peronista que podemos resolver nuestros problemas. Tengo enorme expectativa en la nueva generación de la militancia peronista porque noto que hay un cambio y comprenden los temas cruciales sin caer en los viejos paradigmas”.
Carne, dólares y flores
La recorrida callejera va alumbrando otras voces. Lucy y Julián tienen una carnicería en Parque Chacabuco desde hace 20 años. Cuentan que pudieron pelearle al 2001, al macrismo y ahora a la actual crisis económica. No hablan de lo electoral, pero sí dicen que el Estado –ni el gobierno anterior ni el actual- los ayuda: “Nos hicieron comprar, hace cuatro años, una máquina de ticket de la AFIP que ahora nos dicen no sirve más. Y pretenden que compremos otra que sale 80 mil pesos”. Conclusión: si no hay plata ni trabajo, tampoco hay ingenio oficial para aliviar la situación de los comerciantes: “No la podemos pagar en cuotas, ni actualizar el sistema de la otra, nada”. Dato técnico: el proveedor de la máquina les pasó el precio en dólares.
Andrea y Sandra están en un puesto de vena de flores en Congreso: “Lo peor es la inflación” dice Andrea. “Si no hay tanta inflación la gente puede ser más consumista. El argentino no es de guardar, es de gastar, pero ahora no te alcanza. Yo hasta hace una semana estaba sin trabajo. Pero Sandra decidió reabrir el kiosco y podemos vender flores justo que se viene la primavera”.
Sobre las pulseadas en el gabinete: “Vivo en Lugano. Me desperté a las cuatro de la mañana para ir a comprar flores frente a la cancha de Huracán. Abro el kiosco a las 7 y trabajo hasta las 19”. ¿Escucha radio, mira televisión? “Cuando llego a casa cocino, ceno, me baño y me duermo. Venía de tener una enfermedad terminal, me curé, voy a la Catedral de la Fe, y le agradezco a Dios seguir peleándola, como siempre. No, del gabinete no sé nada”. Dice que lo suyo más que religión, es una relación con Dios. Y sigue armando ramos.
Diversidad x 3
La recorrida trae de vuelta un mensaje por whatsapp de la artista trans Susy Shock, que se prende a su modo en pensar lo que está en juego: “No quiero creer en la estrategia comunicacional de que el país se derechizó sólo porque la Ciudad de Buenos Aires lo haya hecho. La izquierda fue la tercera fuerza votada a nivel nacional y eso es señal importante de que hay otra agenda que se reclama, y esa agenda no le conviene a sus intereses, por eso lo ningunean. ¿Qué son las quemas de humedales, si no? ¿Qué es Berni, si no? ¿Qué es el titubeo de ir con firmeza en repartir mejor en un país saqueado y en semejante crisis sanitaria mundial? ¿Qué es pensar un país sin extractivismo?”
Y la última: “¿Qué es una mirada profunda y real de un feminismo que atraviese a la vez todo esto y no sea algo light y reservado a áreas específicas, sino una nueva gesta desde donde reconstruirlo todo?” Acompaña Susy ese mensaje contra la burocratización de los sueños con fotos de Lohana Berkins y de Diana Sacayán.
Nora Corvalán, desde la Comarca Andina, venía denunciando en los últimos días la persecución a las comunidades mapuches, el desmonte ilegal de bosque originario en la lof Catriman Coihueque, en territorios originarios, por parte de las empresas privadas apañadas por entes estatales. Sobre las elecciones dice: “Yo no fui a votar. Cada vez creo menos. Hay un castigo al gobierno nacional y en la provincia hubo un gran crecimiento de la izquierda que llegó al 10 por ciento. La situación es de mucha represión y criminalización hacia el pueblo mapuche, en toda la Cordillera, desde Villa Mascardi hasta el Parque Nacional Los Alerces. Hay un crecimiento fuerte de la derecha, sobre todo en Bariloche, con posiciones estigmatizantes y racistas. Ahí se conformó lo que se llama Consenso Bariloche, que busca la creación de un Parque privado en una zona bastante céntrica en donde viven cinco o seis comunidades mapuches, desde un discurso muy xenófobo. Y que viene desde antes de la conformación de un partido llamado Propiedad Privada. Todo esto con el aval del intendente de Bariloche y la gobernadora”.
Sobre los vaivenes electorales y pujas internas del gobierno: “Para mí no hay grieta cuando hablamos del extractivismo, la defensa del agua y la tierra. Los cambios serán de maquillaje: saco este, pongo este. Nadie puede ver más allá. O no quiere, porque los intereses son otros”.
Carlos Manessi integra el Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) y la Campaña Paren de Fumigar: “Ningún candidato tomó el tema ambiental, salvo en Santa Fe Carlos del Frade. Es algo totalmente borrado del discurso de todos los candidatos».
“Ningún candidato tomó el tema ambiental, salvo en Santa Fe Carlos del Frade. Es algo totalmente borrado del discurso de todos los candidatos».
Manessi disiente con un lugar común: “No hay dos modelos de país. Eso es un discurso. Hay un solo modelo de país: extractivista, a full, y con la naturalización tremenda por parte de muchos sectores de la sociedad”. Sobre los resultados electorales: “Se notó una abstención muy alta, que tiene que ver para mí con lo económico y lo ambiental. Sólo hay discursos vacíos. Cuando Alberto Fernández estuvo en la Cumbre por el clima, escuché un rato y me fui, porque notabas que era puro maquillaje, pura actuación”. Le parece un hecho emblemático el encuentro entre Fernando Chino Navarro, funcionario oficial y miembro de Movimiento Evita, con Gustavo Grobocopatel, llamado el “rey de la soja”: “Es un símbolo de la época. Uno de los referentes principales de un movimiento social con un frente agrario, con el que trabajamos, negociando con Grobocopatel que sabemos lo que significa desde el punto de vista del agronegocio, la concentración económica, los transgénicos y las fumigaciones. Juro que no encuentro palabras para decir lo que siento frene a esas actitudes”. Cree Manessi que el concepto de cambio climático incluye problemas como los agronegocios, la megaminería, el fracking, la pesca. “Ese es uno de los principales problemas de la humanidad en estos tiempos, pero ningún político habla de eso. Lo que sí hacen es puro maquillaje, pero si me apurás el gobierno de Alberto Fernández no sé si es más extractivista que el de Macri. Y del mismo modo fue el kirchnerismo el que permitió y promovió la expansión del negocio sojero. Entonces no hablemos de dos modelos de país, si seguís insistiendo con un modelo de atraso, de muerte y de enriquecimiento de los de siempre”.
Los espectadores del show
Otras palabras.
Bruno Di Mauro, del Movimiento de Empresas Recuperadas: “Están por chocar una calesita en la cual el único que no tiene cinturón de seguridad es el pueblo. Hay que bajar la confrontación estúpida y realmente sentarse a componer. El mismo pueblo no pudo construir la dirigencia necesaria para representar sus intereses, y hoy lo mejor que tenemos para frenar al neoliberalismo es este gobierno y hay que bancarlo. Nos gustaría que fuera una transición mucho más fiel a nuestros intereses, pero hay que defenderlo y dejar tanto circo por unas PASO de medio término, que no son el principio ni el fin de nada: todavía falta mucho”.
Una joven militante de La Cámpora, que estuvo fiscalizando el domingo negro para el oficialismo. “Hay algunos que son muy buenos para generar unidad en el café, pero trabajar en la gestión o generar políticas para la gente, les cuesta mucho”. Sobre los posibles cambios en gabinete: “Es una puja de poder típica de un gobierno de coalición: sectores que vienen de organizaciones políticas y sociales son las que mejor saben lo que está pasando”. Defiende obviamente a los ministros cercanos a Cristina, y no defiende obviamente lo contrario.
Un militante del Movimiento Evita desgrana un análisis sobre las pre-elecciones: “Hubo un mal análisis de la realidad, a partir del cual se prendieron actitudes dentro del peronismo que no suman”. ¿Cuáles? “La frivolidad y la carencia de un discurso político fuerte en la campaña orientado a la necesidad económica. La desconexión con la base social de la sociedad produce que no veas venir la cachetada, y construís un relato como si no hubieran necesidades reales y concretas, urgentes”.
Menos politizado (o no) el domingo al mediodía en tres grupos de WhatsApp de jóvenes corre la misma frase: “Ya fue, si hay mucha cola ni voto”. En uno hasta se aclara de cuánto era la multa sino ibas: de $50 a $500. La sensación: “Si total es lo mismo, no nos sentimos convocados”. En los mismos chats, esta sensación empezó a revertirse con los resultados que favorecieron a la derecha.
El martes a la noche, en una cena de amigas – dos madres- se habla de:
-Precios de alquileres, y la suerte que tiene una a la que no le aumentó tanto como la inflación.
-Que se dividen para ir cada una y al mismo tiempo a dos supermercados mayoristas. Mientras compran, se llaman por teléfono para ver en cuál de los dos lugares está más barato cada producto que necesitan.
-El maltrato que sufrió una de las contertulias en un trabajo que había sumado extra cuando necesitaba sí o sí más dinero para pagar el impagable crédito UVA.
-Se analiza mandar a hijes a jornada completa para poder trabajar más.
Los Tiempos de Estrés parecen llegar hasta un cumpleaños de seis: una mamá cuenta que está brotada -espalda, pecho y cuello, y tuvo que empezar tratamiento. Otra madre cuenta que se le empezó a caer el pelo: también, estrés.
Elena, mamá de dos niñas. “El pueblo con su voto parece ya haber cumplido su cometido y no está esperando mucho cambio. Y ganancia menos. Los titulares sobre aprietes y renuncias dentro del mismo kirchnerismo generan una amarga victoria para muchos”.
Elena medita: “Me resulta raro este caos en el que cayó el gobierno tras la elección. Como si el resultado hubiera sido impensado, como su no tuviera un plan de acción ante un resultado así. Mi corazón que mantiene intacto el deseo revolucionario de mi juventud. No me inquietan tanto estas turbulencias políticas. Lo que sí me inquieta es que perdí esperanza de que este cambio nos traiga mejoras reales al pueblo. Parecemos simples espectadores que sólo importan a la hora de pagar la entrada del show”.
Por agencia La Vaca
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen