Con una nueva concentración desde las 16.00 en la Plaza de los Pañuelos frente a la comisaria, mañana se realiza la 7º Marcha contra el Gatillo Fácil. En Bariloche convoca la Multisectorial contra la Represión y amigos y familiares de víctimas del gatillo fácil de esta ciudad. Y es que, lejos de atenuarse, las situaciones de violencia y muerte se siguen multiplicando, junto con un sistema judicial perverso que nunca termina de establecer las condenas de manera concreta, alimentando la impunidad en pasillos y laberintos institucionales.
“La situación de gatillo fácil no ha disminuido y la represión policial sigue en aumento”, señala a Al Margen Marcela Cano, de la Multisectorial, y destaca que a nivel local, la Comisaría 42 sigue siendo la más denunciada. “También hay una cuestión que tiene que ver con la falta de respuestas concretas. El año pasado, por ejemplo, hubieron varias denuncias de tremendos abusos policiales. Esas causas se presentan, la gente se expone, vuelve a contar y revivir el momento, pero esas causas nunca avanzan. Nunca la gente es llamada cuando presentan una denuncia por abuso. Siempre es llamada cuando cometen alguna infracción, por ejemplo, esas causas se ven rápido. Ahora, cuando los pibes presentan sus denuncias, nunca se mueven”.
Es así que el fuerte reclamo contra la política represiva se hará sentir mañana en las calles, recordando casos emblemáticos como fue el fusilamiento de Diego Bonefoi en el 2010 y la brutal represión policial que se dio posteriormente en el Alto de Bariloche, originando los asesinatos de los jóvenes Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas, un surco imborrable en la memoria del pueblo barilochense. “La familia esperó todos los tiempos posibles y admisibles y ahora la causa se encuentra en la Corte Suprema. Y no hay un tiempo, no se sabe si va a ser en dos meses, en tres, o si no va a ser. Ese es el temor. El 17 de junio marcó un antes y después, el hecho de llevar al banquillo de los acusados a la cúpula policial que ya tenía una historia de impunidad y de abuso policial, lograr aunque sea esa condena de cuatros años, es un paso importante. Pero esto ya parece una burla”.
Cabe recordar que en el2018 se logró llevar al banquillo de los acusados a la cúpula policial completa, más tres efectivos policiales que son sobre los que se pudo definir que habían disparado con balas de plomo, aunque fueron muchos más. Sin embargo, a pesar de haber logrado que los responsables sean declarados culpables y condenados, estos siguen en libertad: “Cada apelación de la defensa fue rechazada. Pero la causa ahora está ahí, en la Corte Suprema, como detenida. Seguramente hay una explicación administrativa, pero para los familiares está detenida, con el riesgo de que se cumplan los tiempos y caduque y con la bronca de tener que seguir encontrándose a los asesinos en la calle. Esto también habla de violencia estatal”.
El caso de Rafa Nahuel es otro de los que sigue trabado en los idas y vueltas de la justicia, entre tantos cientos más que en el anonimato siguen ese curso de extrema lentitud. “Nosotros hablamos de violencia estatal, no solo pensando en las fuerzas de seguridad, sino en el Estado como poder político, como poder que legisla, como poder judicial que resuelve sobre temas de injusticia. Y hay una violencia por goteo. Porque después la gente se embronca ante un montón de situaciones de abuso, y es que hay una violencia permanente, material y simbólica”.
Marcela trae a colación el Foro por Consenso que se realizó ayer en Bariloche en el Hotel Inacayal. “Una burla más grande no puede haber a la memoria, a la historial, al presente y al futuro”.
Un sistema injusto
Los relevamientos que viene siguiendo la Multisectorial indican claramente que lejos de disminuir, los casos de víctimas de gatillo fácil siguen incrementándose sobre una población fundamentalmente joven. “En el 2016 hicimos un informe con los casos de victima de gatillo fácil y muertes en comisarías y realmente es espeluznante, no solo la cantidad, que aumentó notablemente del 2016 a ahora, sino las razones: un pibe es detenido a veces por alguna razón cualquiera, a veces sin razón, y de pronto aparece muerto. Es la impunidad de la detención: te detengo, te veo por la calle, me pareció que estabas haciendo algo y te pegué por la espalda. Y esos casos están sin resolver, no hay nadie preso por eso”.
Marcela también remarca que en un sistema injusto es imposible que haya justicia. “Este es un sistema donde te nombran un abogado defensor oficial y él ve tu causa 15 minutos antes de que tengas una audiencia, sea la causa que sea. El servicio jurídico de defensa que te ofrece el Estado es una cargada. Entonces, no hay justicia en un sistema tan injusto”.
También reflexiona que la marcha crece en todo el país, no solo porque crecen los casos, sino porque es importante lograr una conciencia de lo que pasa. “Las madres, los padres, con mucha fuerza lo dicen: a mi hijo no lo recupero mas. Peros siguen peleando por los otros hijos, para que no haya más hijos asesinados, y ese es su mensaje que queremos rescatar. No hay derecho a que los pibes sean fusilados, a que no estén para intentar un futuro distinto, no hay razones que justifiquen el accionar del Estado”.
Finalmente, Marcela Cano hace referencia a las situaciones de abuso durante la pandemia, cuando el poder de las fuerzas de seguridad se vio incrementado, razón por la cual desde la multisectorial también llamaron a denunciar los casos. “Desde la multisectorial y desde el Comité Contra la Tortura se han presentado casos de menores abusados en la comisaría 42, por ejemplo. Se vivieron situaciones muy complicadas, muy injustas, con una justicia que también estaba en pandemia, un aparato judicial que tampoco atendía. Presentamos varias denuncias por correo electrónico, porque no se podía ir, ni siquiera tenias una persona enfrente para presentar los papeles”.
Finalmente señala la importancia de que las personas que atraviesan una situación de abuso policial hagan la denuncia, pero también remarca la importancia de una sociedad toda, que tiene que denunciar esa conducta de abuso.
“Esa es también una tarea que tenemos que darnos. Y en ese sentido insisto: los familiares marchan un día pero todo el año luchan, están pendientes, atraviesan miles de situaciones. Muchos que ya perdieron a sus hijos no solo pelean por juicios que casi están perdidos, sino por esa memoria colectiva y esa condena social. Para revertir esas situaciones tan naturalizadas de injusticia”.
Por Violeta Moraga
Foto: Euge Neme
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen