El policía que asesinó a un ladrón en 2017 recibió una condena de 2 años de prisión en suspenso, con lo que no quedará detenido. “así como hay un sobreseimiento fácil también hay condenas fáciles”, expresó María del Carmen Verdú de Correpi.
El policía Luis Chocobar fue condenado a 2 años en suspenso en el juicio por el asesinato de Juan Pablo Kucok, un joven que huía tras haber herido a un turista en un intento de robo. A partir del apoyo del gobierno anterior por parte del presidente Mauricio Macri y sobre todo de la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el caso se convirtió en un emblema del gatillo fácil.
Contra el pedido de la fiscal Susana Pernas, que pidió tres años por homicidio agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en exceso del cumplimiento del deber, los jueces que integran la el Tribunal Oral Nº 2 de CABA dictaron un año menos al encontrarlo culpable de exceso del cumplimiento del deber. Por su parte la querella que representó a la familia de la víctima había pedido homicidio agravado por haber sido cometido por un funcionario de policía con abuso de sus funciones y prisión perpetua.
Junto a Chocobar fue juzgado un amigo de Kucok que participó junto a él del intento de robo y recibió una condena de 9 años de prisión por tentativa de homicidio y tentativa de robo. La Fiscalía había pedido 18 años de cárcel y su abogado defensor, Albino Stefanolo, había solicitado la absolución.
la referente de CORREPI María del Carmen Verdú expresó que “así como hay un sobreseimiento fácil también hay condenas fáciles cuando en ciertas circunstancias como en este caso el masivo repudio al accionar de Chocobar en el cuerpo social que no les permite directamente jugarse a la absolución. Entonces existe esa salida fácil que es elegir una figura que a lo sumo traiga aparejada una condena simbólica de dos años en suspenso que es más o menos la que corresponde a quien por accidente sin ningún tipo de intención de designio deliberado mata a alguien en un accidente de tránsito o en una situación de error médico, una mala praxis”.
Verdú también planteó que este juicio plantea la postura del poder judicial en su conjunto respecto a estas situaciones. “En el juicio tenemos dos personas imputadas. Por un lado, una persona que tenía 17 años en la fecha del hecho y que hizo algo que está mal y no convalidamos pero que no tiene pena de muerte como castigo. Por otro lado, hay un integrante del aparto de seguridad del estado que con el arma reglamentaria interviene cuando los pibes ya estaban escapando y la cámara ya había sido recuperada por los vecinos que rodearon a Kukoc. Frente a esa situación la fiscal pidió 18 años para el chico que robó y que intentó matar y pidió tres para el policía que además de tener la obligación de no herir a nadie también tiene la obligación de proteger a la totalidad de la ciudadanía. Cuando la ley define el homicidio o las funciones policiales habla de las personas, de los ciudadanos. El Código Penal dice el que matare a otro, no el que matare a una persona honesta, ciudadano probo, etc…”, sostuvo.
“La moraleja judicial de esta sentencia está clara como el ruido que hicieron esos ocho disparos en La Boca ese día: si vas a cometer un delito más te vale ser un policía con el arma reglamentaria que le tira por la espalda a un pibe desarmado que está huyendo que ser ese pibe intentando robar una cámara fotográfica hiriendo a una persona porque al pibe le dieron 9 años que ya está cumpliendo porque está detenido desde el primer día, cosa que no le pasó a Chocobar. El tiene una pena en suspendo que se le va a agotar rápidamente sin ningún tipo de modificación de su vida cotidiana y con el apoyo y acompañamiento de todo ese sector social de la mano dura y la tolerancia cero. Ya estuvo Bullrich haciendo declaraciones en los medios como si le hubieran dado perpetua que es lo que le correspondía por ser un homicidio cometido deliberadamente por un miembro de las fuerzas de seguridad con abuso de su función”, agregó.
La ex ministra de Seguridad y presidenta del PRO Patricia Bullrich se hizo presente en la sede judicial y estrechó un abrazo al policía en consonancia con el apoyo que le brindó cuando estaba en el poder. Al respecto, Verdú recordó que “aquel abrazo en enero de 2108 no solo de Patricia Bullrich ministra de seguridad sino el presidente mauricio Macri que recibió en Casas Rosada a Chocobar fue la antesala a lo que vino muy poco después que fue la legalización del gatillo fácil con aquella resolución 956/18 que muy correctamente se empezó a conocer como el protocolo Chocobar a disparar y abusar del arma reglamentaria contra personas, aunque se encontrasen desarmadas o por la espalda. Fue la primera vez en la historia argentina, no sólo desde el 83, sino desde siempre, que un gobierno asumía públicamente la promoción del gatillo fácil a punta de reglamentaria y además lo legitimaba con una norma que después trataron de incorporar al Código Penal”
“Celebramos desde Correpi la derogación que hizo el actual gobierno tanto del protocolo Chocobar como otra media docena dictados gobiernos dictados por Bullrich como el de ofensores de trenes, el servicio cívico voluntario en valores de Gendarmería. Ahora, evidentemente con la derogación de esas normas no sirve, no alcanza porque esa doctrina Chocobar felizmente hoy no norma vigente para las fuerzas de seguridad sigue siendo tomada al pie de la letra en los tribunales para justificar este tipo de hechos. Acá no estamos hablando de una situación en la que no se sabe si el policía pudo o no tener temor por su vida, que había un arma si no sabía que era de juguete, no hay ninguna duda al respecto. Esto no es un tema que sean justamente estos tres jueces en particular”, concluyó
Por www.canalabierto.com.ar
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen