El Movimiento de Trabajadores Excluidos de Chubut impulsa la propuesta de llamar a un plebiscito para que el pueblo se exprese respecto al proyecto minero. Conversamos con Lisandro Lértora de la Rama Rural de esa organización respecto a esta postura que divide aguas en el movimiento antiminero.
– ¿A qué se dedica la rama rural?
-Tenemos nuestro desarrollo más importante en el valle inferior del Río Chubut, con una asamblea de productores hortícolas y ladrilleros que están en las cercanías de Gaiman. Ahí nos organizamos para poder mejorar la calidad de vida y las condiciones de producción, todo lo que implica la cadena productiva.
– ¿Cuáles son las discusiones que se dan en torno a la megaminería actualmente?
-Lo hemos discutido bastante en todas las ramas del MTE, no sólo en la rural. Acá en Chubut se tuvo un triunfo muy importante en las últimas semanas porque las comunidades de la Meseta Central presentaron un amparo que permitió frenar el proyecto de zonificación. También hubo una movilización a la Legislatura para pedir que se retire el proyecto de zonificación, que es el que habilitaría que en la meseta central exista la megaminería.
Por otro lado empezaron las marchas de la UOCRA pidiendo trabajo y porque ese proyecto se implemente. Esta es una estrategia que siempre tienen las mineras, de utilizar a la UOCRA como punta de lanza. Hicieron una movilización en Madryn y cada tanto hacen en Trelew. Nosotros las intervenciones que tuvimos las hicimos principalmente en la rama rural, hicimos una marcha desde las chacras el año pasado con la consigna “El agua es trabajo”. Nos pareció interesante esta consigna porque a veces se pierde de vista que el agua es trabajo además de que sirve para vivir, no sólo para los productores hortícolas sino para toda la cría de animales. El agua da un montón de sustento a la economía chubutense.
Hicimos también un verdurazo que salió muy bueno. A partir de ahí empezamos a participar de lo que son las Asambleas de la UACH (Unión de Asambleas Ciudadanas Chubut) y confluir con esos sectores en la lucha, hasta que tuvimos unas medidas que para nosotros no salieron bien. A partir de ahí decidimos empezar a buscar otras estrategias, discutimos, estuvimos pensando bastante como darle una salida política al conflicto. Esto no tiene salida política, el gobierno intenta avanzar para poner la megaminería, se producen grandes movilizaciones pero ninguna de los dos sectores “gana” por así decirlo, no nos da la fuerza.
Sabiendo que las mineras siempre van a volver, se nos ocurrió la idea de hacer un plebiscito, que es una idea bastante cuestionada. Hay miedo al aparato mediático, a que la gente la van a convencer fácil y a la prebenda electoral. Nosotros creemos que está bien arraigado el no a la megaminería, la verdad que es una minoría la que está a favor. En definitiva, creemos que hay correlación de fuerza positiva a nuestro favor y que hay conciencia en el pueblo. Hubo movilizaciones en todos los pueblos, chicos y grandes.
El otro factor que nos parece determinante es que ningún político puede hacer campaña a favor de la megaminería. Todos los políticos que ganaron, incluso el póstumo Das Neves, Arcioni, Ricardo Sastre dijeron que estaban en contra… Después se desdicen pero nadie puede hacer campaña a favor, esa es una contradicción muy grande. Todos mienten, pasan las elecciones y después se dan vuelta. Es una crisis política grande, a nosotros nos parece una ventaja estratégica. Por esto creemos también que no va a salir el plebiscito.
– ¿Por qué la importancia de llamar a un plebiscito?
-En términos abstractos porque tiene que decidir el pueblo. Ya hace 18 años que venimos con esta historia y la conciencia del pueblo crece cada vez más. Las medidas de acción directa como los cortes de ruta tienen aval. Creemos que no están dadas las condiciones, nosotros somos un movimiento amplio y aun así nos cuesta mucho poder articular un proyecto en la legislatura. Suponemos que van a dejar pasar las elecciones para volver otra vez con el eje de la megaminería, la clase gobernante no puede avanzar con el proyecto de zonificación. En Esquel el pueblo tuvo la fuerza y ganó un plebiscito con el 85%.
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