Para el intendente de Lago Puelo, los incendios en la Comarca Andina fueron un llamado de atención. En esta entrevista con Al Margen, cuenta qué piensa sobre el origen del fuego, y responde sobre las demandas de los vecinos. Esta semana, anticipa, se instalarán los primeros módulos de construcción rápida para la vivienda.
A 45 días de los incendios en la Comarca Andina, los vecinos de Lago Puelo intentan reconstruir su vida, algunos de ellos desde cero. En esta localidad, se destruyeron más de 500 casas, casi la mitad en barrios que no estaban urbanizados.
Su intendente electo en 2019 por el Frente de Todos, Augusto Sánchez, recibió a Al Margen el sábado en su despacho, donde anticipó que esta semana comenzarán a instalarse los primeros módulos de construcción rápida con fondos del Ministerio de Hábitat de la Nación.
En esta entrevista, describe el estado obsoleto de los servicios públicos, brinda detalles sobre el curso de la investigación judicial sobre los incendios e informa sobre el destino de los recursos recibidos desde la Provincia de Chubut y Nación.
-Este fue el peor incendio que se recuerde en Lago Puelo, ¿no?
-Esta es la peor catástrofe en toda la historia de Latinoamérica, por las condiciones ambientales en las que se originaron el incendio, que técnicamente se denomina “tormenta de fuego”. Ese día convergieron la sequía, 30 grados de temperatura, vientos de 60 kilómetros por hora y dos elementos muy combustibles: el pino, que a partir de los ‘70 comenzó a reemplazar al bosque autóctono por iniciativa privada y del Estado para estimular la generación de una actividad económica nueva, y la rosa mosqueta, que invadió la producción tradicional de frutas finas, cerezas, hortalizas y cereales. A esto hay que agregar que ese día no pudieron operar helicópteros ni aviones hidrantes, por los fuertes vientos. Y que el personal de prevención de incendios forestales estaba abocado a un foco en El Maitén: las guardias en el El Hoyo y Epuyén eran mínimas. Va a ser un incendio de estudio, porque esto tiene que servir como un llamado de atención: tenemos que armonizar nuestra vida en el bosque.
– ¿Hay números del impacto económico?
-El día después del incendio, calculamos daños materiales por 5 mil millones de pesos. Ahora seguro es más del doble, pero aún no terminamos de cuantificarlos.
– ¿Qué información tiene de la investigación que realiza la Justicia provincial y la Justicia federal?
-No tenemos información oficial.
-Se difundió que peritos de la Superintendencia de Bomberos y División Siniestros de la Policía Federal no habían encontrado aceleradores de incendio
-Para nosotros es un trascendido.
– ¿Usted qué cree que ocurrió?
-Descartamos que haya sido natural, porque ese día no hubo tormenta eléctrica ni cayó un rayo. Entonces, o hubo negligencia o hubo intencionalidad. La negligencia pudo haber sido el descuido de un vecino, o que un árbol haya tocado el tendido eléctrico.
-Se habló también de la caída de un transformador
-El incendio no empezó en un lugar donde se cayó un transformador. Luego de que se hayan quemado algunos postes, sí, cayeron algunos transformadores.
– ¿Quién se encarga del mantenimiento de los servicios públicos?
-Lago Puelo tiene una infraestructura básica de agua y luz pensada hace 25 o 30 años para un pueblo de producción primaria. Durante los últimos años, el mantenimiento del tendido eléctrico a cargo de la Provincia no ha sido adecuado. Además, desde hace dos o tres años, hay un conflicto gremial entre el sindicato Luz y Fuerza de Chubut y la Provincia, por el cual el personal en muchas oportunidades realiza retención de tareas.
Con el agua pasa lo mismo: la red de Cerro Radal y Golondrinas (dos barrios de Lago Puelo) estaba pensada para el cultivo. Vivían pocas personas, y ahora son miles.
-Durante los primeros días, nos llamó la atención la ausencia de logística del municipio en las zonas afectadas.
-Lago Puelo es una municipalidad pequeña, con 130 trabajadores de planta y 200 contratados. Cubre las necesidades básicas: recolección de residuos, mantenimiento de agua en Golondrinas, alumbrado donde hay, bacheo y acomodamiento de calles. La crisis nos encontró con poca capacidad de respuesta para atender a 1500 vecinos.
– ¿Qué ayuda recibió el municipio?
-Al otro día del incendio, recibimos un aporte de un millón de pesos del Tesoro de la Provincia, que usamos ese mismo día. Se acercó el ministro de la Familia provincial, con colchones, comida y agua mineral. Al segundo o tercer día, vinieron también los ministros de Gobierno, Salud y Producción, y se pusieron a disposición. El Gobierno de la Nación realizó un aporte de 75 millones de pesos de un ATN (Aporte del Tesoro Nacional), que se gasta en la distribución de agua, limpieza de escombros, mil raciones de comida diarias elaboradas en conjunto con el Ejército, grupos electrógenos, provisión de combustible, baños químicos, herramientas, motosierras y cualquier emergente. La ANSES y PAMI duplicaron la asistencia social para toda la Comarca, y Desarrollo Social de la Nación trajo sus equipos técnicos, colchones, mantas, agua, alimentos.
-Los vecinos con los que dialogamos dicen que no recibieron aún materiales para la reconstrucción de sus casas.
-El Ministerio de Hábitat de la Nación nos dio un aporte para la realización de unos 250 módulos de construcción rápida. Una solución provisoria que se está fabricando y que martes o miércoles de esta semana empezaremos a instalar en lugares ambientalmente aptos. Para eso, contratamos a un grupo de geólogos de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco.
-Hay gente que está durmiendo sobre sus terrenos en carpas.
-A través de un aporte del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación estamos pagando el alquiler a unos 25 damnificados. Quisiéramos ampliarlo, pero no encontramos más lugares de alquiler. Otras personas están viviendo en casa de amigos o parientes. Otras se han ido a un segundo lugar de residencia. Otras pagan su alquiler.
-Se presentó en el Concejo Deliberante un proyecto para controlar los fondos que recibió el municipio. De aprobarse, ¿usted va a vetarlo?
-Sí, porque la Provincia tiene un Tribunal de Cuentas al que le rendimos. Y además, porque el Concejo Deliberante debería crear el Tribunal de Cuentas de la ciudad. Estoy de acuerdo con que haya un monitoreo ciudadano, pero este proyecto crea una estructura sin misiones ni funciones y con un costo oneroso: cinco profesionales con el mismo sueldo que el de vice intendente. Es una maniobra que busca entorpecer las tareas del Ejecutivo en plena Emergencia, para sacar rédito político.
Por Pablo Bassi
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen