La Universidad Nacional de La Plata ratificó hoy la resolución por la que se restituyen los restos de Maish Kensis, joven yagán quien murió en 1894, a su comunidad, en Chile, en lo que se convertirá en la tercera medida similar de carácter internacional que realiza el país.
Kensis había llegado prisionero al Museo de La Plata en 1886 junto a otros integrantes de su comunidad, con la que también había compartido cautiverio durante dos años en una misión en Ushuaia. Sus restos serán enviados ahora a la Comunidad Indígena Yagán de Chile, .
Autoridades de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) confirmaron hoy al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) que “se ratificó por Presidencia de la Universidad Nacional de la Plata, ad hoc del Consejo Superior de esta casa de altos estudios, la restitución del joven yagán muerto prisionero, en 1894, en el Museo dependiente de la facultad de naturales”.
El antropólogo del INAI, Fernando Miguel Pepe, explicó que “este es el último paso burocrático, ahora solo falta coordinar la fecha de entrega con la comunidad yagán para realizar esta histórica restitución, que es la segunda internacional que realizamos desde el Museo de La Plata y la tercera del país”.
La primera restitución internacional del Museo de La Plata fue, en 2010, la de Damiana Kryygymai, una niña del pueblo Aché cuyo cuerpo fue mutilado tras morir prisionera de la ciencia: su cabeza fue enviada a un museo de Berlín y su esqueleto al museo platense.
Recién en el 2012 su cráneo fue restituido a la comunidad Aché de Paraguay desde Berlín por intermedio del colectivo Guias (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social) y la Cancillería Argentina.
Maish Kensis permaneció expuesto en las vitrinas del museo platense hasta el 22 de agosto del año 2006 cuando fue identificado por el antropólogo Pepe e inmediatamente retirado de exhibición, sentando así el precedente para el retiro total de los restos humanos de los pueblos originarios del continente americano de dicha institución.
Pepe relató que “Maish Kensis fue un prisionero de la ciencia, obligado a trabajar en el museo al igual que la familia del longko Inakayal y también muere, de una enfermedad curable para la época, muy joven, con tan solo 22 años“.
“Sus esqueletos, cueros cabelludos, piel y cerebros son expuestos al público como representantes salvajes e inferiores, justificando así el genocidio realizado por el general Roca“, precisó.
Según relató en 1906 el antropólogo neerlandés Herman Ten Kate, “habiendo dejado a este indio vivo, encontré, luego de una larga ausencia del museo, su cerebro y su esqueleto en las vitrinas de nuestras galerías antropológicas”.
“En su estadía en el Museo fue obligado a preparar esqueletos humanos para su exhibición y Moreno lo vestía con un traje de funebrero“, detalló el neerlandés.
Pepe consideró que “por eso esta restitución es tan importante, cierra un ciclo ignominioso para todos los pueblos y comienza el camino de la reparación histórica tan necesario para nuestras comunidades”.
El antropólogo informó que ahora se aguarda que dos representantes de la Comunidad Indígena Yagan, de Puerto Wiliams, comuna de Cabo de Hornos, Chile, viajen a La Plata a recibir a Maish kensis.
Luego se trasladarán a Ushuaia donde junto a la Secretaria de Pueblos Originarios Vanina Maldonado y la subsecretaria Pamela Altamirando se coordinará el traslado en barco a Chile, para que finalmente reciban sepultura en el cementerio de la comunidad Yagán junto a sus hermanos.
Fuente: Télam
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen