El politólogo español y cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero afirmó que la “dura experiencia neoliberal” en América Latina llevó a los pueblos a optar nuevamente por gobiernos progresistas, a la vez que instó a la unidad regional para enfrentar mejor la pandemia del coronavirus.
Consultado por la desigualdad mundial en el acceso a las vacunas, Monedero advirtió: “Hay que repensar los organismos internacionales, ¿por qué se desmanteló la Unasur?”
El dirigente español, que enseña Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid y tiene experiencia en la TV como conductor y columnista, compartió esas definiciones en una entrevista con Télam, que se transcribe a continuación:
-¿Cómo ve el escenario político en América Latina tras la victoria de Luis Arce en Bolivia y el pase a segunda vuelta del correísmo en Ecuador?
– El continente latinoamericano fue el que primero pagó de una manera muy dura el precio de la imposición del modelo neoliberal y también fue el que primero respondió con las victorias de (Hugo) Chávez, (Luiz Inácio) Lula da Silva, Evo Morales, (Rafael) Correa, Néstor Kirchner, (Fernando) Lugo. También es cierto que fueron los que primero recibieron, como en una suerte de péndulo, un correctivo a su propio éxito. Hubo una clase media que se olvidó de dónde venía y votó a sus verdugos y a gente que la hizo regresar a la pobreza. Fue una mezcla, a veces, de errores propios de los gobiernos de la izquierda, también de una propaganda muy fuerte de los medios de comunicación -que son el principal partido de oposición a esos gobiernos- y, por otro lado, de una incapacidad de comunicar cómo se logran las transformaciones sociales. Sin embargo, creo que los pueblos latinoamericanos aprendieron el camino. Es verdad que (en 2015) ganó (Mauricio) Macri en Argentina, pero la otra mitad del país votó en contra. Ganó (Jair) Bolsonaro, pero tuvieron que meter en la cárcel sin pruebas y con “lawfare” a Lula e, incluso así (Fernando) Haddad sacó el 47% de los votos. Al correísmo tuvieron que perseguirlo y Correa tiene que estar fuera y Jorge Glas está en la cárcel. Tuvieron que dar un golpe de Estado en Bolivia. Es decir que tampoco es verdad que hubo un retroceso sin más de los gobiernos de izquierda sino que -como ocurrió en los años 70- la violencia del modelo neoliberal volvió a repetirse. Sin embargo, los pueblos mantienen la memoria de lo que mejoraron.
– ¿Ve entonces probable que se profundice esta suerte de retorno de los gobiernos progresistas en la región?
– Ganó Arce, pasó a la segunda vuelta (Andrés) Arauz y eso que les han puesto dificultades de todo tipo. Seguimos viendo que en Colombia crece el apoyo a Gustavo Petro. Vimos que en Chile, ese Chile pospinochetista, tuvo que ceder a una (Asamblea) Constituyente. Vemos el acuerdo entre la Argentina de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner y el México de (Andrés Manuel) López Obrador, que me emociona porque México siempre ha estado muy fuera del continente y recupera.
Creo que esa memoria de lo que mejoraron los pueblos con los gobiernos del cambio está volviendo a emerger porque la experiencia neoliberal es muy dura. En Colombia están matando todos los días a gente. Bolsonaro ha empobrecido profundamente al país. El año de gestión de los golpistas en Bolivia fue un auténtico desastre. El trumpismo casi lleva al caos a Estados Unidos. Y la experiencia del macrismo fue terrible. Yo soy ligeramente optimista, un optimista trágico. Sé que estamos luchando contra gigantes, pero también soy optimista porque veo luz, avances y conciencia. Hay un movimiento en toda América Latina que me llena de regocijo: las mujeres como un sujeto consciente y organizado que está avanzando. Creo que este auge creciente del papel político de las mujeres sólo puede traer parabienes para el continente latinoamericano y para todo el mundo.
– La pandemia del coronavirus puso de manifiesto las dificultades de los países latinoamericanos para acceder a las vacunas, acaparadas por las naciones más ricas. ¿Cómo se puede cambiar esta situación?
-Hay que repensar los organismos internacionales, ¿por qué se desmanteló la Unasur? Porque era un ámbito regional que daba fuerza para poder disputar lógicas y peleas en el ámbito global. Argentina sola no puede. México, Venezuela, Colombia, Brasil no pueden solos. En cambio, la Unasur es otra cosa. Los países empezaron a contar en el ámbito internacional cuando estuvieron juntos. Por tanto, una de las tareas es volver a juntar la fuerza, igual que en Europa estamos siempre intentando juntar a los países del Sur para alcanzar la fuerza para poder negociar con los países hegemónicos, Alemania o sus satélites, que no siempre se destacan por su generosidad.
–En España, la reciente condena del rapero Pablo Hasél desató una ola de protestas y un debate sobre la calidad de la democracia en el país. ¿Es un punto de inflexión?
-El vicepresidente del Gobierno español, Pablo Iglesias, constató que la democracia en España es muy débil y es verdad, porque España se acostó franquista y se levantó demócrata, y arrastramos todavía muchas inercias. Hay un franquismo sociológico que se verifica en los medios de comunicación, en la judicatura y en un entramado empresarial vinculado a la corrupción y al clientelismo. Después, se vincula a hechos concretos como el encarcelamiento de raperos, de titiriteros, de artistas, y lo que hizo Iglesias fue expresarlo. Al mismo tiempo, ocurren cosas que son muy sonrojantes: el rey emérito está huido en Dubai cuando hay constancia de que tuvo dinero ilegal y, por tanto, se está comportando como un delincuente, y un rapero por cantar en su contra es condenado. Es una persona que -en lo personal- creo que piensa de una manera muy desafortunada, pero tiene derecho a expresarlo. Es un insulto, sobre todo, para la gente joven que escucha rap, que sabe que el rey emérito ha huido y que encarcelan a un cantante, igual que encarcelaron a gente titiritera o que escribió un tuit. En todo el mundo estamos en un momento de enorme debilidad democrática pero, en el caso de España, se agrava por todo lo que atravesamos de 40 años de dictadura y 40 de convalecencia.
-Durante el reciente aniversario del golpe de Estado fallido de 1981 (conocido también como “Tejerazo”), Iglesias pidió reconocer el debate social sobre un “horizonte republicano” en España. ¿Existe realmente esa posibilidad?
– Sí. Recientemente hubo diferentes medios independientes que hicieron una encuesta en la que la apuesta por la república superaba a la de la monarquía. De hecho, el Centro de Investigaciones Sociológicas no pregunta desde hace unos años por la monarquía porque es bastante probable que el resultado que saldría cada tres meses fuera que hay una mayoría de españoles republicanos frente a una minoría de españoles monárquicos.
Redacción
Cooperativa de Comunicación Popular al Margen