Se cumplen 10 años de la muerte de Guillermo “Coco” Garrido, un joven oriundo de la localidad chubutense de Epuyén. Tenía 25 años y trabajaba de cajero de supermercado en Bariloche. El 13 de enero de 2011, un día antes del cumpleaños de su padre tenía franco, y por eso viajó a su pueblo natal para compartir un asado familiar.
A la noche de ese día sus padres lo acompañaron en su auto hasta El Bolsón para que tomara el colectivo que lo traería nuevamente a Bariloche. Antes de llegar a la Terminal, tuvieron un choque menor contra una camioneta. Intervino un guardia de tránsito municipal y dado que ambos vehículos podían seguir circulando, intercambiaron datos para dar por terminado el inconveniente.
“La policía intervino, lo llevó preso a Coco porque tenía olor a alcohol y secuestró el auto. En realidad nunca le hicieron alcoholemia, ni siquiera post-mortem. Supuestamente a las 22 entra al calabozo y 22:50 lo encuentran muerto en la celda. La policía siempre dijo que se había suicidado, nunca mostró pruebas de Coco colgado. Las pericias de la doctora Virginia Creimer dicen que Coco tenía un golpe en la nuca” relata la abogada de la familia, Marina Schiffrin.
La investigación la muerte de Coco dejó a su paso un camino sembrado de contradicciones. El expediente pasó por las manos de varios jueces y fiscales, acumuló miles de fojas, pero nunca se supo la verdad. Desde ese enero del 2011, vecinas, vecinos y organizaciones de El Bolsón realizan actividades exigiendo el esclarecimiento del caso. En este 2021 la convocatoria es el miércoles 13 y el sábado 16 para realizar jornadas antirepresivas de arte y música en la plaza pagano de esta localidad.
Escuchá el informe sonoro:
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Por Fabián Agosta
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen