La empresa no pagó aún la mitad del salario de octubre ni la mitad de un cóctel de deudas de 2019. La Provincia y la Nación aportan más de $15.000.000 en subsidio por mes.
Un grupo de choferes de la empresa Mi Bus cree que la salida a la crisis del transporte público en Bariloche es la estatización del servicio. Son un desprendimiento de la UTA (tradicional sindicato de la CGT), que desde marzo constituyó la seccional Bariloche de la UCRA (Unión de Conductores de la República Argentina – CTA Autónoma).
“Yo creo que lo mejor es estatizar el servicio con control de los trabajadores”, dice Aldo Cárdenas, secretario adjunto de la UCRA Bariloche. “Vamos a poder ver cuánto ingresó en subsidios, cuándo y a dónde fue”, agrega el hombre, con 20 años de experiencia arriba del colectivo.
Desde la pandemia y por la flaca recaudación, el transporte público en la ciudad entró en crisis, a pesar de que la Provincia transfiere más de 7 millones de pesos y la Nación casi 8,5 millones. Si bien hay conflictos similares en otras ciudades del país, Cárdenas huele algo más.
“Los paros son una maniobra entre Roberto Fernández (titular de la UTA) y José Cano (titular de la federación automotor FATAP, socio propietario de Amancay-MiBus y exfuncionario macrista)”, desliza Cárdenas. “Tratan de sacarle más subsidios al gobierno y amenazan con el desempleo de 40 mil trabajadores en todo el país durante enero y febrero, además de llevar el boleto a más de cien pesos”, denuncia.
Cárdenas confía en la sustentabilidad de un servicio municipal y pone como ejemplo el servicio de emergencia que montó la ciudad de General Roca. Allí, el Ejecutivo alquiló unidades a la empresa Koko, a la vez que los trabajadores a la deriva tras la fuga de la empresa licenciataria constituyeron una cooperativa de trabajo.
En relación a las declaraciones del jefe de Gabinete de Bariloche, Marcos Barberis, respecto al déficit que arrastran algunas líneas, Cárdenas fue muy crítico: “Acá no hay líneas que pierdan, a lo mejor algunas trabajan menos en algún horario, como la 70. ¿Pero se subió alguna vez Barberis a un colectivo? ¿Conoce los horarios pico? ¿Sabe cuánta gente viaja a las 12.30?”, preguntó retórico.
“Sólo un servicio municipalizado puede garantizar que los vecinos discapacitados, los albañiles, mucamas o empleadas domésticas no anden caminando en estos días”, agregó. “Si a Mi Bus no le dan los números, que se vaya”.
Por Pablo Bassi
Equipo de Comunicación Popular Colectivo al Margen