El 5 de noviembre se cumplieron 15 años del rechazo a la iniciativa norteamericana del Área de Libre Comercio de las Américas en la cumbre de las Américas en Mar del Plata. Este acontecimiento histórico marco un antes y un después en la historia reciente de América Latina. Compartimos análisis con Pablo Daniel Ovín, periodista y conductor del programa radial “Al carajo”.
– ¿Qué es lo primero que se te viene a la memoria a la hora de evidenciar lo que significó ese No al ALCA?
-Lo primero que me viene es recordar y poner en contexto con el presente lo que pasó en ese momento. Año 2005, tres presidentes: Lula de Brasil, Hugo Chávez de Venezuela y Néstor Kirchner de Argentina que vencieron a Estados Unidos con Bush acá en Mar del Plata. La relación de fuerzas estaba bastante despareja, no era que toda América Latina tenía gobiernos progresistas, de izquierda o populares, sino que estaban estos tres en soledad más Tabaré en Uruguay pero que estuvo cintureando hasta último momento.
Lo que yo destaco de ese momento es la capacidad de liderazgo y de conducción de esos tres que le cambiaron la cara al continente encabezando y demostrando que había otra alternativa, conduciendo a la región contra Estados Unidos. Fue Panamá el que presentó la propuesta del ALCA, fue un gobierno latinoamericano, obviamente títere de Estados Unidos, por eso la importancia de estos tres gigantes.
-Pasados 15 años ¿Qué te parece que nos faltó para dar ese paso más de lo que podía haber sido una moneda común, evidenciada en papeles?
-En ese proceso, cuando se conquistaron varios de los gobiernos de América Latina, creo que la autocrítica histórica es que faltó ir a fondo, faltó profundizar. Los tres gobiernos antes mencionados hicieron grandes transformaciones pero por ejemplo Chávez no pudo sacar a Venezuela de la dependencia del petróleo y siempre siguió importando alimentos, Argentina logró sacar a millones de personas de la pobreza pero no logró revertir la cuestión estructural, también está la dependencia del dólar que estos días la seguimos padeciendo.
Hay cuestiones de poderes fácticos, económicos, políticos, judiciales y mediáticos que están ahí… en esa década de las izquierdas latinoamericanas después del No al ALCA pasaron muchas cosas buenas pero esos poderes siguen estando. Los gobiernos no terminaron siendo revolucionarios, no terminaron transformando la realidad sino intentando negociar y avanzar de a poquito. Después la historia demostró que la derecha contra atacó y recuperó por las urnas, las fake news y los golpes los gobiernos en los distintos países. Ahora estamos en una instancia en la cual el péndulo parece que quiere volver para el lado del progresismo.
– ¿Te parece que con un cambio de figura en el gobierno de Estados Unidos va a cambiar algo?
-Me parece que no, lo que cambia es la cara o los modales. Obviamente preferíamos a Obama que a Trump, o a Clinton que a Bush pero las bombas las hicieron los demócratas y los republicanos por igual en la historia norteamericana. Ahora, creo que Donald Trump excede todos los límites. A mí lo que me parece positivo para el mundo es que Estados Unidos termina de demostrar su verdadera cara. Siempre se le echó la culpa en su momento a Reagan, a Bush, ahora a Trump pero lo que está demostrando el sistema es que el problema no son las personas o los partidos sino los propios poderes de ese país que siguen manteniendo una actitud imperialista, intervencionista y colonialista.
Todo lo que está haciendo Trump en Estados Unidos, denunciando fraude, no reconociendo una elección, es lo mismo que hacen siempre los gobiernos de derecha en terceros países. Paso con la oposición boliviana el año pasado con el golpe a Evo Morales, pasó con la oposición hondureña cuando se juntó para derrocar a Zelaya, pasó en Paraguay con Lugo, en Ecuador con Correa… Acá en Argentina el macrismo cuando abandona el gobierno amaga a denunciar fraude. Trump está aplicando el mismo librito de la CIA frontera adentro de Estados Unidos. Veremos qué pasa, yo no tengo grandes expectativas con Biden pero siempre es bueno que el botón rojo lo tenga una persona más o menos humanista que un criminal como Trump.
– ¿Cómo te parece que va a quedar diagramada esta Latinoamérica post-covid?
-Chile con su cambio de constitución, Bolivia con la vuelta del MAS, Uruguay mantuvo el gobierno del Frente Amplio, Ecuador tiene elecciones en febrero y todo indica que va a ganar el partido de Rafael Correa. Yo creo que el año que viene va a terminar de definirse en la región como queda pintada Latinoamérica. Tenemos las elecciones en Venezuela en diciembre donde Maduro y el chavismo obtendrá la victoria o la derrota.
La gran expectativa va a ser Brasil, cuando llegue el momento de que Bolsonaro tenga que disputar la continuidad en el poder. Y sumo que, a diferencia de lo que en el 2005 donde teníamos a Néstor, a Lula y a Chávez iniciando ese proceso, ahora tenemos también a México con López Obrador que antes no estaba. Sumando a México, si el año que viene se producen un par de cambios más hacia gobiernos populares, América Latina estaría en condiciones de reeditar aquel Al Carajo, o por lo menos, volver a intentar construir algo diferente al imperialismo norteamericano.
– ¿Por qué tu interés en la política latinoamericana?
-El Al Carajo de Chávez me pegó de tal manera que me empecé a interesar por la política internacional. Entendí que lo que pasa en cualquier lugar del mundo nos afecta en la proximidad. Cualquier fichita que se mueve en el planeta, te afecta acá en la esquina. El mundo está globalizado para bien o para mal.
Me empecé a meter y a bucear en las radios comunitarias del continente y a construir otra agenda. El programa radial Al Carajo lo empezamos en el 2009 y ahí arranqué, me apasiona y me parece que es muy necesario. Los medios tradicionales no nos cuentan que pasa en el continente y en el mundo. La información internacional está oculta o manipulada, para desarticular todo eso hay que mirar la Patria Grande todo el tiempo y tratar de tener esas voces al alcance de la gente.
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Por Fabián Agosta y Julia Biagioli
Equipo de Comunicación Popular Colectivo Al Margen